Importancia de la Vida Práctica en la pedagogía Montessori

La Vida Práctica en la pedagogía Montessori es uno de sus pilares fundamentales. Así pues, tiene mucha importancia en el desarrollo del niño de forma autosuficiente.
Importancia de la Vida Práctica en la pedagogía Montessori
Azucena Fernández

Escrito y verificado por la maestra Azucena Fernández.

Última actualización: 16 junio, 2019

Las actividades de la Vida Práctica en la pedagogía Montessori son aquellas actividades que todo el mundo realiza en su día a día relacionadas con todos los aspectos prácticos de la vida. Realizar ejercicios de Vida Práctica es uno de los pilares del método Montessori.

Los niños observa estas actividades en el mundo que los rodea y adquieren conocimientos, con la experiencia real, sobre cómo lograr conseguir habilidades para la vida de una forma útil. Estas actividades son culturales y específicas teniendo en cuenta el tiempo y lugar en el que se encuentre.

Las actividades prácticas de la vida ayudan a que los niños logren un sentido de “ser” y “pertenecer”, establecido a través de su participación en la vida diaria con nosotros. A través de la Vida Práctica en la pedagogía Montessori, el niño aprende cosas sobre su cultura y todo lo que significa ser humano.

Las áreas de la Vida Práctica en la pedagogía Montessori son las siguientes:

  • Cuidarse a sí mismo.
  • Cuidar el medio ambiente.
  • Educación y cortesía.
  • El movimiento de los objetos.

Asimismo, hay otra zona que abarca estas cuatro áreas y que es una parte muy importante de la vida práctica: la alimentación.

Importancia de la Vida Práctica en la pedagogía Montessori.

Las actividades de la Vida Práctica son una parte integral en cualquier ambiente de pedagogía Montessori. Hay que tener en cuenta que el comportamiento práctico también es para los demás.

“No solo es importante la vida práctica en una casa, la limpieza de las habitaciones, el riego de las plantas, etc., sino el hecho de que cada uno en el mundo debe moverse con un propósito y debe trabajar, no solo para sí mismo, sino también para los demás”.

-Montessori-

La Vida Práctica en la pedagogía Montessori: al servicio de los demás

Las tareas del hombre deben ser también tareas al servicio de los demás. Si esto no fuera así, sus tareas no tendría más sentido que los ejercicios gimnásticos. Todo el trabajo práctico que hacemos lo hacemos no solo para nosotros mismos, sino también para los demás.

Pensemos en algo que puede parecer tan frívolo como bailar: no tendría sentido sin público. Los bailarines, que perfeccionan sus movimientos con gran esfuerzo, bailan para ellos y para los demás. O los sastres, que se pasan la vida cosiendo, no pueden usar toda la ropa que ellos mismos hacen.

La forma en que los adultos realizan sus actividades cotidianas tiene un impacto en el niño y en su desempeño de estas tareas. En un primer momento, estas actividades se hacen con el niño y alrededor del niño. Al hacerlo así, el niño se siente importante y gana autoestima, ya que alguien se preocupa lo suficiente por él como para hacer estas actividades con él.

Rol de los adultos

En estas actividades de la Vida Práctica en la pedagogía Montessori el niño empieza colaborando con el adulto. Por ejemplo, levantando los brazos para ponerse una camiseta pero necesitando ayuda del adulto para ponérsela al principio.

Esto se ve desde muy temprano en el desarrollo del niño y es un proceso gradual. Todo dependerá de las habilidades de observación del adulto, que debe dar solo la ayuda necesaria. La ayuda necesaria depende de cada niño. Algunos niños solo necesitan que estemos cerca.

Importancia de la Vida Práctica en la pedagogía Montessori.

Como adultos que cuidan niños, es nuestro deber proporcionar un entorno con el que el niño pueda participar de forma plena, feliz y activa en la vida diaria. Algunos niños entran a la Comunidad Infantil con muy poca experiencia en ayudar o ser parte de su vida diaria en un nivel práctico.

Otros llegan habiendo tenido mucha experiencia; a veces nos encontraremos con un niño que ya sabrá cómo hacer parte de una actividad. Debemos saber distinguir las diferentes experiencias de cada niño. Tenemos que darnos cuenta, además, de que el niño no hará la actividad tan bien como nosotros y aceptar las habilidades de cada uno de ellos.

“El adulto debe adquirir la sensibilidad para reconocer todas las necesidades del niño; solo así puede darle toda la ayuda que sea necesaria. Si estableciéramos un principio, sería que lo que se necesita es la participación del niño en nuestras vidas, porque en ese periodo en el que debe aprender a actuar, no puede aprender bien si no ve cómo”.

-Montessori-

Hacer que los niños conozcan su entorno y las tareas de Vida Práctica es nuestra misión, y dependerá de nuestra sensibilidad. Practicar estas tareas será, por lo tanto, una parte fundamental en el desarrollo de los niños.


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  • Maria Montessori. (1979). The Child in the Family. Avon Books.

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