Compartir: ¿cuándo exigirles?

La capacidad de compartir debe fomentarse desde los primeros años de vida. Esto permite mejorar la convivencia tanto con otros niños como con los adultos.
Compartir: ¿cuándo exigirles?
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 27 marzo, 2021

Compartir es un tema bastante presente en la vida de padres e hijos. Los padres estamos, en general, exigiendo que nuestros hijos compartan sus pertenencias con otros niños, ya que, es lógico que queramos que nuestros peques sean buenas personas, y, sobre todo, generosos.

Compartir puede ser bastante conflictivo si no hay una enseñanza correcta a hacerlo. Todos ya hemos estado alguna vez en algún parque, para llevar a nuestros hijos a jugar con algunos de sus juguetitos y hemos presenciado alguna disputa, principalmente entre las madres y sus hijos, exigiendo que los mismos compartan sus juguetes, cuando otro niño les quita alguno.

Compartir para los niños vs compartir para los adultos

Dicen que la vida es el camino que te enseña a ser buena persona. Como adultos, hemos aprendido que una relación personal vale más que cualquier cosa material. Que las cosas materiales se estropean, se rompen o hasta dejan de gustarnos con el tiempo. Pero un hermano, una hermana, un amigo, eso es para toda la vida. Hemos aprendido a confiar en los demás y a dar y compartir todo lo que tenemos sin importarnos si se rompe o se pierde.

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Esa es la diferencia entre los adultos y los niños: nuestro camino de la vida está mucho más recorrido que el suyo. Quizá muchos de nosotros hayamos tenido la suerte de haber sido criados por personas generosas que nos han enseñado desde temprana edad a serlo.

Otros, quizá lo hayamos tenido que aprender por nosotros mismos. Sea como sea, estamos seguros de que quieres enseñar a tu hijo a compartir. A nadie le gusta ver a un niño arrogante y egocéntrico que no quiere compartir sus juguetes, su comida o sus chucherías. Por eso, es importante que empieces a sentar las bases desde la tierna infancia. Pero ten en cuenta algo, nuestro título dice “Cuándo exigirles” y ahora te hablamos de enseñarle.

Exigir y enseñar a compartir, ¿cuál es la diferencia?

Como dijimos al principio, cuando se obliga o exige a un niño que comparta sus cosas, estamos quizá obligándolo a hacer algo que no desea. Sería como que nos dijeran que diéramos nuestro bolso con nuestras pertenencias a un extraño. Por eso nuestra recomendación es que sientes unas buenas bases para enseñarle desde el amor.

Parece fácil decirlo y no tanto hacerlo, pero no es tan difícil. Debes aprovechar cualquier situación que se tercie para empezar a inculcar en la mente y el corazón de tu hijo el deseo de compartir.

Por ejemplo: no es extraño que tu hija pequeña quiera tus zapatos de tacón o tu maquillaje. Aprovecha para hacerle ver que es algo tuyo pero que se lo dejas porque confías en ella y sabes que lo cuidará. Hazle ver que te hace feliz ver que disfruta con algo que tú has compartido con ella.

Aprovecha para tocar su corazoncito con preguntas del tipo: ¿verdad que a ti también te gusta ser feliz? ¿Sabes que si compartes tus juguetes con… (tu hermano/a, tu vecino/a, los niños del parque, etc…) también lo serás? Y, ¿sabes lo mejor? Ellos también te dejarán sus cosas y será como tener juguetes nuevos cada día. ¡Eso sería genial! ¿Verdad?

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No es difícil que pronto un niño rompa algo que ha cogido sin permiso o algo que tú le has prestado. Si quieres enseñar a tu hijo que el amor está por encima de todo y que no importa lo material, no debes enfadarte. Aprovecha la situación para decirle algo así como: no pasa nada cariño, solo es un objeto. Tú vales más que eso y no quiero hacerte llorar por enfadarme contigo.

Hazle ver después que si alguna vez le presta algo a alguien y se lo rompen, no pasa nada. Es mejor hacer sentir bien a los demás y las cosas siempre se pueden reemplazar, pero las personas no. Pero recuerda, tú debes darle el ejemplo. No te enojes y háblale siempre con amor.

Las palabras mueven, pero el ejemplo arrastra

Anónimo

Si predicas con el ejemplo, luego te servirá para hacerle recordar a tu hijo que tú compartes con él y que recuerde que lo importante no son las cosas materiales. Esto le servirá para que en el futuro sea una buena persona. Piensa un poco, ¿sería el mundo igual de ambicioso y corrupto si todos hubieran aprendido de ese modo?

Nuestra respuesta al tema del artículo: “Compartir, ¿cuándo exigirles?”, es breve pero concreta: nunca. Sin embargo, si cambiáramos la palabra “exigirles” por “enseñarles”, nuestra respuesta es: siempre.

No siempre es necesario sentarse a hablar con tu hijo para enseñarle una u otra cosa, ¡aprovecha cualquier momento!


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