Cómo implicar a tu pareja en la crianza de los hijos

Educar a los hijos es una tarea de dos, aunque no siempre ambos padres se implican por igual. Te contamos cómo mejorar esta situación.
Cómo implicar a tu pareja en la crianza de los hijos
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 10 enero, 2021

A la hora de educar a un niño, lo ideal es que ambos padres estén presentes física y emocionalmente, que ejerzan su paternidad de forma activa. Pero esto no siempre es posible y, por diversas circunstancias, en ocasiones uno de ellos desempeña un papel principal y el otro secundario. Así, si este es tu caso, te proponemos algunas claves para implicar a tu pareja en la crianza de vuestros hijos.

Cada familia se encuentra en una situación diferente y, con frecuencia, las circunstancias no son tan favorables como nos gustaría. La vida no es perfecta y todos tratamos de amoldarnos y hacerlo lo mejor posible. Aun así, a veces la propia inercia nos lleva y no percibimos algunas mejoras que podríamos implementar para estar más presentes y disponibles para los niños.

Padre implicando a su pareja en la crianza de su hijo.

¿Por qué uno de los padres se implica más que el otro?

En cada caso las causas pueden ser diferentes; no obstante, el trabajo es uno de los aspectos que más contribuye a que esto suceda. Es frecuente que, mientras los hijos son pequeños, uno de los progenitores deje de trabajar o reduzca su jornada para ocuparse de ellos.

De este modo, comienza a pasar mucho más tiempo con los niños. Y, por lo mismo, cuenta con mayor facilidad para saber cómo les ha ido en el colegio, quiénes son sus amigos o cómo se han sentido ese día. Evidentemente, estar presente en sus principales actividades cotidianas supone una ventaja.

Pero, más allá de las condiciones externas, la actitud también juega un papel importante. Por su propia personalidad, algunos adultos tienden a implicarse más en la crianza de los niños, se esfuerzan por conocer los detalles de su día a día y priorizan la vida familiar por encima de otros aspectos. Mientras, otros padres adoptan una actitud más despreocupada al respecto.

Todo lo anterior lleva a que se establezcan dinámicas que tienden a perpetuarse. Con el tiempo, se establecen los roles y se asume que uno de los padres se encarga de los niños mientras el otro permanece en segundo plano. Para cambiar esto, hará falta un esfuerzo conjunto.

¿Cómo implicar a tu pareja en la crianza de los hijos?

Si ves a tu familia reflejada en alguna de las situaciones anteriores, es posible que desees realizar un cambio. El progenitor que se ocupa de los hijos puede sentirse solo y desbordado por la tarea; mientras, el otro puede sentir que se le deja de lado. Por ello, las siguientes recomendaciones pueden ayudar a revertir esta dinámica:

  • Si tú eres quien pasa más tiempo con los niños, trata de hacer partícipe a tu pareja de todo lo que a ellos se refiere. Cuéntale las novedades del día y pídele opinión en cada decisión que tenga que ver con vuestros hijos. Desde los menús de comida hasta el disfraz para carnaval o las actividades extraescolares. Formad un equipo y tratad de consensuar vuestros puntos de vista.
  • Procura que los niños perciban un frente unido respecto a su educación. Si ha habido un conflicto durante el día y has tenido que resolverlo a solas porque tu pareja no estaba, cuando vuelva, anímale a hablar con los niños. No importa que les diga lo mismo que tú ya les has dicho; de este modo, os tendrán en cuenta a ambos como figuras de autoridad implicadas.
  • A veces el progenitor que pasa menos tiempo en casa termina siendo, únicamente, la figura que imparte disciplina. O la que juega y disfruta con los niños. Es importante que ambos padres ejerzan los dos roles. Por ello, intenta que tu pareja pase tiempo de calidad con ellos, tanto disfrutando como educando.
    Padres hablando con su hija sobre madurez emocional.

Implicar a tu pareja en la crianza es cosa de dos

Es frecuente escuchar a uno de los miembros de la pareja quejarse de que el otro no se implica; y a este otro afirmar que su compañero no le permite tomar parte en la educación de los hijos. Y ambas versiones pueden ser acertadas: si uno nunca está disponible o interesado, el otro ha de hacerse cargo solo. Del mismo modo, si nunca te piden opinión, terminas haciéndote a un lado.

Así, para implementar un cambio, es necesario dialogarlo previamente y estar de acuerdo. Los dos deberán realizar un esfuerzo para cambiar el modo en que venían actuando hasta el momento y favorecer una implicación equilibrada. Finalmente, el bien de los menores es el principal objetivo.


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