Bibliotecas infantiles: usos y derechos

La asistencia a bibliotecas infantiles es muy positiva para la formación y educación de nuestros hijos. ¿Cómo se regulan estas instituciones?
Bibliotecas infantiles: usos y derechos
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 10 marzo, 2021

Además de la escuela y la casa, hay muchas otras actividades que son importantes a la hora de fomentar el desarrollo de los niños. Entre ellas están los deportes, el juego, la música, el teatro, y por supuesto, las bibliotecas infantiles. Aunque pueda sonar extraño, llevar a los niños a la biblioteca puede tener una influencia muy positiva en diversos aspectos de su desarrollo.

Es aconsejable que los padres vayan a estos centros culturales acompañados de los pequeños para que conozcan el lugar, adquieran el hábito de visitarlo y disfruten de las actividades que han sido pensadas especialmente para ellos.

En muchas ciudades, hay muchas bibliotecas exclusivas para los niños. A continuación, veremos algunos elementos para saber más sobre las bibliotecas infantiles.

Razones para llevar a los niños a la biblioteca

Una de las principales razones para llevar a los niños a la biblioteca desde pequeños es que eso fomentará su interés por la lectura. Si tienen a su alcance una gran variedad de libros que los puedan entretener, se sentirán muy motivados a mirarlos. Será una actividad muy divertida para ellos y es probable que quieran ir muy a menudo.

Bibliotecas infantiles: usos y derechos.

El ambiente de las bibliotecas infantiles es el más adecuado para que los niños tengan ganas de leer. El lugar es acogedor, pueden sentarse tranquilamente a leer en silencio y muy cómodamente. Los libros suelen estar ubicados estratégicamente para que los puedan alcanzar fácilmente.

El hacer que los niños visiten regularmente una biblioteca es, además, una manera de generar en ellos un hábito muy enriquecedor a nivel cultural. Además, esto les incentivará a dejar el sedentarismo, pues tendrán que salir de casa y caminar hasta ahí.

La biblioteca ayuda a los pequeños a aprender las normas de convivencia

Además de las razones antes expuestas, llevar a los pequeños a la biblioteca también hará que aprendan a respetar ciertas normas de convivencia y, en general, a respetar a los demás.

El hecho, por ejemplo, de que las demás personas estén en silencio, hará que los niños también se queden callados para no molestar. También se puede aprovechar para enseñarles la importancia de cuidar los libros para que los otros también puedan disfrutar de ellos.

Los pequeños aprenderán también que existen normas de convivencia en los lugares públicos y que hay que acatarlas. Además del silencio y el cuidado de los libros, también deberán aprender a entregar los libros en los plazos debidos.

Las visitas a la biblioteca también enseñarán a los niños a valorar los servicios públicos que pueden usar y a sentirse afortunados de poder hacerlo. Descubrirán que existen espacios gratuitos pensados especialmente para ellos donde se han puesto a su alcance todos los recursos que necesitan.

Un poco de historia de las bibliotecas infantiles

Una de las bibliotecas infantiles más conocidas es la que abrió sus puertas en 1965 en la localidad francesa de Clamart. Esta biblioteca se llamaba La joie des libres y no era la sección infantil de una biblioteca pública como cualquier otra. Era un espacio especialmente concebido para los niños y adolescentes.

Bibliotecas infantiles: usos y derechos.

A pesar de que no era la primera biblioteca infantil en Europa, tuvo una gran repercusión. Este lugar tenía como antecedente otra famosa biblioteca infantil que abrió sus puertas en París, en 1924: L’heure joyeuse.

Se trataba de una biblioteca creada por iniciativa de una institución norteamericana como parte de un plan de ayuda a la reconstrucción de los países de Europa después de la Primera Guerra Mundial. Lo más destacable de ese lugar era, sin duda, la respetuosa acogida que se daba a todos los niños, sin importar su origen social o cultural. Algo que en ese tiempo no era nada común.

Esta biblioteca tenía la particularidad de haber creado un espacio de lectura muy luminoso y acogedor, con muebles especialmente pensados para los niños. La selección de los libros era muy rigurosa y todos estaban en estanterías al alcance de los pequeños.

La famosa biblioteca parisina fue un lugar realmente revolucionario que tuvo un gran éxito entre los lectores más pequeños y entre los jóvenes, que encontraban allí un espacio placentero y acogedor. La labor de las bibliotecarias fue recordada durante mucho tiempo.


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