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7 Formas de decirle a tu hijo que lo amas sin palabras

4 minutos
7 Formas de decirle a tu hijo que lo amas sin palabras
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez

Escrito por Equipo Editorial
Última actualización: 06 marzo, 2020

Nunca dejes de decirle a tu hijo que le amas, lo importante que es para tu vida y la felicidad que te brinda su sola presencia. Ponerlo al tanto de tus emociones mediante las frases más dulces lo hará sentirse seguro y sumamente querido.

Pero existe otra manera de decirle a tu hijo que lo amas. Ella tiene tanta o más trascendencia que la palabra en sí, porque se sustenta en un lenguaje siempre veraz: el que transmites con tu cuerpo.

En Eres Mamá queremos ponerte al tanto de 7 efectivas formas de decirle a tu hijo cuanto lo quieres usando tu lenguaje corporal.

Las miradas

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Según dicen muchos “Los ojos son el espejo del alma” y “Una mirada vale más que mil palabras”. Si las palabras pueden engañar, las miradas no. Por eso, una manera de decirle a tu hijo que lo amas es la mirada que le diriges cuando lo tienes delante.

Tu ternura, devoción, apego, amor, respeto, compresión… Aun de pequeñito tu hijo entenderá tus sentimientos a través de las miradas que le diriges.

Las caricias

Las caricias demuestran lo mucho o lo poco que quieres a otro ser humano. Quien no siente algo por otra persona le cuesta mucho acariciarla.

Las caricias revivan el espíritu. Un niño que se acostumbra a recibir y a disfrutar de las caricias de su madre es un niño feliz; y así como recibe esos mimos aprenderá y le gustará darlos a sus progenitores.

Si le das caricias a tu hijo le estás diciendo, aun en silencio, que es adorable estar a su lado y adoras proveerlo de cariño.

Los besos

La cantidad de besos que le des a tu hijo podrán transformarse en créditos de amor que le posibilitarán saberse querido en los años venideros cuando le toque salir del nido, se haga adulto y se mude a un lugar lejano en donde ya no puedas verlo a diario.

El contacto de los labios con la piel de las mejillas, los párpados, las manitas, la frente y cualquier otra parte del cuerpo le trasmitirá a tu niño el afecto que, mucho antes de su nacimiento, le comenzaste a tener.

Los abrazos

Los abrazos trasmiten confianza, cordialidad, fraternidad. Son ejemplos del lenguaje corporal que emitimos cuando nos sentimos bien junto a alguien o nos alegramos de verlo y tenerlo cerca.

Por eso, abraza a tu hijo cuando llegue de la guardería, el colegio, el área deportiva… Abrázalo cada mañana cuando se levante o te toque despedirlo en la puerta.Un apretoncito fuerte le va a enseñar que quien te quiere te estrecha bien.

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Los guiños de ojos

Si quieres decirle a tu hijo que le amas guíñale el ojo cada vez que el momento lo amerite. Los guiños de ojos significan:

• Apruebo lo que estás haciendo
• Me parece formidable como eres y como te comportas
• Soy tu cómplice en la travesura que acabas de inventar

Las sonrisas

Cuando las personas ríen o sonríen demuestran que están contentas.Las sonrisas levantan el ánimo de cualquiera y sacan hasta al más apesadumbrado de su melancólico estado.

Sonreírle a tu pequeño no solo va a darle a conocer lo feliz que eres toda vez que él llenó el espacio que te faltaba, también va a estimularle el buen ánimo y le demostrará que la vida hay que enfrentarla de forma positiva, con optimismo y alegría. Si quieres decirle a tu hijo que le amas y de paso hacerlo feliz, sonríele.

Las atenciones

Atender a su llamado cuando tenga miedo o necesite que lo ayudes en algo, mirarlo cada vez que te hable o te pida que veas lo que acaba de hacer, cubrir sus necesidades, escucharlo, compartir tiempo con él, dedicarle unas horas del día a jugar o hacer lo que le guste, acompañarlo en sus actividades extraescolares, guiarlo en sus deberes, educarlo…, las atenciones que le brindes a tu hijo constatarán el amor que le tienes.

Si lo aconsejas cuando lo necesita, le das de comer, lo proteges, le inculcas valores, lo preparas para el mundo, le das juguetes, le enseñas a buscar el valor ante los fracasos y obstáculos más grandes, le ofreces tu hombro para llorar y estás presente cuando te necesita…, no te hacen falta la voz ni las palabras rebuscadas para trasmitirle todo lo grande que el corazón se te vuelve cada vez que lo tienes enfrente. Tu actuar mismo se lo dicen.


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