Las madres primerizas son el centro del mundo
Las madres primerizas se vuelven el centro del mundo como por arte de magia. Si hay otro niño en casa y mamá sale embarazada por segunda vez, para la familia y su esposo, al menos en materia emocional, no habrá muchos cambios: el primer hijo, ese que ya cautivó a todos, seguirá teniendo sobre él la mayor parte de las miradas. Pero si en el hogar todos son adultos y la muchacha de la familia sale embarazada por primera vez, inmediatamente, acaparará la atención.
Como alguna vez fuiste madre primeriza, estás pasando por ello en este instante, o piensas quedar embarazada pronto, en Eres Mamá te vamos a enseñar cómo sacar “ventaja” de tu estado. Convertirte en el centro del mundo te hará disfrutar de este proceso a lo grande.
Claro, si ya pasaste por eso estarás leyendo periódicos viejos; pero seguramente muy buenos recuerdos vas a rememorar con nuestro artículo. De cualquier manera nuestro interés es hacerte pasar un momento ameno y divertido.
Regla básica para convertirte en el centro del mundo
Los esposos están para ayudar en los embarazos. Su responsabilidad no termina con la concepción, como lamentablemente piensan algunos; es su deber contribuir con la crianza del hijo una vez que llega al mundo, pero también hacer todo porque la mujer pase su gestación de la mejor manera posible.
Por eso, la regla básica para convertirte en el centro del mundo y disfrutar de tu embarazo es: “abusar” de tu esposo todo lo que puedas. Y fíjate, cuando decimos abusar nos referimos a aprovechar todas las atenciones que pueda brindarte. Así que no olvides:
- Pedirle más mimos, besos, caricias y atención a lo largo del día.
- Preguntarle si puede venir del trabajo un poco antes para estar a tu lado, aunque solo sea para echarse juntos frente a la televisión.
- Pedirle sexo cuando quieras. Todas sabemos que durante la gestación hay momentos en los que el apetito sexual se nos reanima. Así que pídele ser complacida si ese es tu deseo también.
- Ponerlo al tanto de cada detalle de tu embarazo. Llámalo cuando esté en el trabajo para hablarle sobre las pataditas que dio el bebé, despiértalo por la noche para que te ayude a cambiar de postura en el cama, háblale sobre cualquier molestia que tengas: los edemas, los dolores en la espalda, la acidez… Introduce el tema del embarazo en cualquier conversación, no tienes por qué vivir este proceso a solas.
- Pedirle que te compre ese pañal, zapatilla, cinta, ropita… que tanto te gustan. Si le echas una mirada dulce y tierna no dudará en hacer realidad tu “capricho”.
Cumple tus antojos
Tener antojos a deshoras es algo que suele ocurrir durante el embarazo. Así que, aunque estos deseos incontrolables se presenten en el momento más inoportuno, no dudes en hacérselo saber y pide cuanto se te antoje.
Si quieres tomar helado de menta a las dos de la madrugada, por nada del mundo te conformes con ese de vainilla que tienes en la nevera. Cuéntale de tu antojo con la sonrisa más esplendorosa que tengas. Llámalo para que se levante y vaya a buscártelo.
Cuando te lo traiga cómetelo, y si de pronto tienes otro antojo extra aprovecha que está vestido para mandarlo a buscártelo. Ten presente que de esta manera nunca se le olvidará el embarazo de su primer hijo; entonces, a la larga, le estás haciendo un favor.
Las madres primerizas son el centro del mundo
Mamá, en una familia unida las madres primerizas se vuelven el centro del mundo por sí solas, nada tienen que hacer para lograrlo. Si estás pasando por esa etapa disfrútala como una fase mágica que antecede al momento más excitante de la existencia de cualquier mujer: el parto.
Involucra a tu esposo y al resto de la familia en esta experiencia. Saboread juntos cada ecografía, movimiento, patadita, el crecimiento de tu vientre y todos los pormenores del embarazo. Sé el centro del mundo como lo son el resto de las mujeres que están embarazadas, sobre todo en su primer embarazo cuando la familia está incompleta y todos esperan disfrutar de unos piececitos ruidosos y curiosos que merodeen por la casa y alegren sus corazones por primera vez.
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