A un niño con vergüenza le cuesta participar en entornos sociales. Cuando este miedo avanza, desencadena trastornos como la fobia social, dependencia, ansiedad y otros problemas. Lee cómo tratarlo.
Bajo ninguna circunstancia justifique que “es temeroso”. De ser así, el niño actuará adoptando el calificativo que le has dado.
Crea situaciones con algún amigo o personas de su edad para que se acostumbre. Siempre es factible la presencia de los padres hasta que pueda desenvolverse individualmente.
Si bien es beneficioso enfrentar los miedos, tampoco hay que obligarlo. Es conveniente que los avances se hagan al ritmo del menor.
Tu hijo deberá observar cómo hablas o intercambias. Al hacerlo, le estás dando herramientas para que te imite y se desprenda de los remordimientos.
Es indispensable que el niño se sienta seguro y comprendido. Aunque no es aconsejable proteger en exceso.
Ya conoces cómo trabajar la autoestima de tu pequeño. No olvides recordarle que lo quieres y lo importante que es para ti.