La vitamina K puede salvar la vida de los recién nacidos. Aquí te contamos los principales motivos.
Este componente es fundamental para la formación de factores que contribuyen a la coagulación de la sangre.
En este sentido, cuando un bebé presenta niveles bajos de vitamina K, puede padecer la enfermedad hemorrágica (sangrado en la orina, oídos y nariz).
Es rica en esta vitamina, por eso es imprescindible que el bebé tome todo el calostro al nacer.
Contienen buenas cantidades de vitamina K. No obstante, lo ideal es que el bebé sea amamantado con leche materna de manera exclusiva durante sus primeros meses.
Basados en diversos estudios, los médicos recomiendan aplicar una inyección de vitamina K durante las primeras dos o cuatro horas de vida del bebé para evitar hemorragias.
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