¿Quién sufre más con la noticia de una cesárea inesperada?
Las posibles complicaciones en el parto son algo muy preocupante para toda la familia. Durante este proceso, la noticia de una cesárea inesperada, podría ser la razón de mucho estrés. Las causas de una cesárea que no ha sido planificada, por lo general no son buenas, pero ¿quién sufre más ante esta noticia?
Podemos creer que nadie más que una madre podría preocuparse enormemente por saber que algo no va bien. Sin embargo, el desconocimiento por lo que sucede en la sala de parto, es motivo de preocupación para todos. En estos momentos, el padre podría llevarse la peor parte, porque su temor ha estado contenido durante todo el embarazo.
Por más que una madre se preocupe ante las circunstancias, ella sabe lo que siente y entiende mucho mejor el proceso. En el caso de la familia, el no saber con certeza lo que pasa dentro de la sala puede despertar una gran ansiedad. Imaginemos a nuestra pareja teniendo que lidiar con una mala noticia en el momento del parto, de seguro sería espantoso.
Una cesárea inesperada: reacción del papá
¿Los hombres se defienden bien en esto casos o no? Por lo general es su propio cuerpo que avisa. Hemos visto casos de desmayos, de histeria, llanto, euforia, nunca sabemos cómo van a reaccionar.
Aunque cada vez sean menos, en la mayoría de los casos las mujeres acuden con sus parejas a dar a luz. En gran medida, las salas de espera también están llenas de familiares que esperan al nuevo bebé.
En el momento del parto, toda la atención se concentra en la madre y el hijo, pero ¿qué siente papá? Nos acercamos a preguntar cómo va todo o nos preocupamos de su reacción. En todo caso, ellos podrían preocuparse incluso cuando todo marcha bien. Esto en particular por lo que ya sabemos: está claro cuál es el sexo fuerte en estos casos.
¿Cómo toma la familia la noticia de una cesárea inesperada?
A nadie deja de causarle un profundo estrés el saber que los médicos deben actuar de emergencia en un parto. La cesárea no es tan mala hasta que se vuelve urgente, porque los motivos son de preocupación.
Aunque sepamos que se trata de una medida para salvar al bebé y/o a la madre, no deja de darnos miedo. Mamá sufre, papá también sufre, quizá el bebé sufre, y es también un sufrimiento familiar.
Sin dudas la abuela materna es una de las más afectadas, su hija y su nieto, están peligro. Aunque lo sabemos, no nos concentramos en ellas, las abuelas sufren en silencio como la mayoría. En estos momentos es muy importante la unión familiar, porque las malas noticias deben recibirse acompañados.
No siempre las cesáreas de urgencia indican que no habrá resultados satisfactorios. En ocasiones, se aplica para apresurar el nacimiento, porque el bebé está sufriendo o es imposible una dilatación adecuada. Entrar en pánico no es una opción, debe imperar la fortaleza para actuar y estar disponibles ante las eventualidades.
En el caso de una cesárea programada, los riesgos podrán ser los mismos, pero no lo sentimos igual. Estar en un hospital siempre es motivo de preocupación salvo cuando se trata de un nacimiento. Es por ello, es importante que las energías positivas con las que llegamos, prevalezcan incluso ante las noticias inesperadas.
Por su parte, los hombres son más temerosos en cuanto a cosas de hospital. Solo ver una aguja podría hacerlos perder todo su porte de macho que ha mantenido. Es por ello que muchos padres sucumben ante las complicaciones del parto de sus esposas y es totalmente comprensible. Aunque nos cueste creerlo, ellos también lloran, sufren y les fallan las rodillas.
Minutos eternos
Basta con que todo se complique para que dejemos de estar tranquilos. Es un hecho que ningún especialista médico nos va a quitar los nervios. Al contrario, es suficiente con saber que entramos en emergencia para que nuestro ritmo cardíaco se acelere. No saber cuál de los dos corre peligro y estar desinformados sobre el avance, alarga el tiempo inexorablemente.
El tiempo que transcurre después de conocer esta noticia puede pareceré eterno. Aunque en realidad ya hayamos esperado previamente por el desenlace, nuestra perspectiva cambia radicalmente. ¿Por qué una cesárea de emergencia? ¿Cuál es el próximo paso? ¿Qué mala noticia me traerán?
Estos tortuosos minutos por lo general los llevamos con paciencia, pero no siempre. Sabemos que hay motivos para proceder de emergencia, así que quizá no nos han dicho todo. Es normal ponernos demasiado ansiosos, algo que no siempre es recompensado inmediatamente. Las buenas noticias no tardan en llegar para muchos, pero otros deben soportar peores escenarios.
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