Plagiocefalia en el bebé: qué es y cómo evitarla

El cráneo del bebé nace desarticulado para poder atravesar el canal de parto. Esto lo vuelve propenso a modelarse y aplastarse, tal como ocurre en la plagiocefalia.
Plagiocefalia en el bebé: qué es y cómo evitarla
Marcela Alejandra Caffulli

Revisado y aprobado por la pediatra Marcela Alejandra Caffulli.

Última actualización: 17 agosto, 2021

La plagiocefalia es una deformación del cráneo del bebé, que se observa con relativa frecuencia en los primeros meses de la vida.

Esto se debe, en gran parte, a la pauta preventiva del síndrome de muerte súbita del lactante, con la que se adoptó la costumbre de acostar a los niños boca arriba. Si bien esta medida redujo al 50 % el riesgo de eventos fatales en los bebés, provocó un aumento considerable de plagiocefalia.

¿Quieres conocer más acerca de esta condición? Entonces, no dejes de leer este artículo.

¿Qué entendemos por plagiocefalia?

El término plagiocefalia significa ‘cabeza oblicua’ y se utiliza para denominar a un grupo de deformidades del cráneo del bebé. También se la conoce como Síndrome de cabeza plana, ya que este es el aspecto que adopta el cráneo a simple vista.

Tipos de plagiocefalia

Existen muchas formas de clasificar esta condición. En esta oportunidad, utilizaremos una que las distingue según la localización del problema y el aspecto de la cabeza del niño:

  • Plagiocefalia posicional (o postural): La causa es externa, generalmente por permanecer varias horas recostados de espalda. El cráneo del niño presenta un aplanamiento en la cara posterior u occipital.
  • Plagiocefalia sinostótica: Se produce por el cierre prematuro de las uniones de los huesos del cráneo. En general, esto provoca un deformidad principal y varias deformidades compensatorias, por lo que la cabeza del bebé presenta un aspecto bastante peculiar y atípico.

Factores de riesgo de plagiocefalia

El cráneo de los bebés nace desarticulado para permitirles atravesar el canal de parto sin problemas. Es normal que al nacer los huesos de la cabeza estén mal ubicados, e incluso apilados los unos sobre los otros. Pero este fenómeno se corrige de forma natural con el correr de los días.

Aún así existen algunos factores que pueden explicar que un niño no logre modelar adecuadamente su cráneo y presente mayor riesgo de desarrollar una plagiocefalia:

  • Tortícolis congénita del bebé.
  • Ambiente uterino estrecho.
  • Nacimiento prematuro.
  • Traumatismos durante el parto.
  • Estrabismo.
  • Permanecer gran parte del día acostado en la misma posición.
Bebé prematuro en la incubadora.

Implicancias para la salud del bebé

En general, las plagiocefalias son de tipo posicional o postural. Esto provoca una deformidad leve y localizada, que representa un mero problema estético. Con las medidas de tratamiento apropiadas, al cabo de unos meses la mayoría de los bebés recuperan su aspecto normal.

En cambio, las plagiocefalias sinostóticas implican un cierre temprano de las suturas que unen los huesos del cráneo del bebé. Como consecuencia, todas las estructuras blandas de la cabeza provocan otras deformidades compensatorias para poder aumentar su tamaño.

Esta condición limita el crecimiento de órganos esenciales como el cerebro, por lo que suelen requerir un tratamiento quirúrgico inmediato.

¿Cómo se diagnostica la plagiocefalia en el bebé?

Basta con un correcto examen físico para diagnosticar la mayoría de los casos de plagiocefalia. Para un ojo entrenado, es posible diferenciar el tipo posicional de aquél que ocurre por el cierre prematuro de las suturas.

Para observar correctamente el cráneo del niño, es necesario hacerlo desde arriba. De esta forma, es posible observar la alineación que existe entre los ojos, la frente, la nuca y las orejas.

Exámenes complementarios

Cuando existen dudas diagnósticas o ante la sospecha de que el niño está cerrando las suturas antes de tiempo, es conveniente consultar al especialista. El neurocirujano es capaz de evaluar la situación de cada niño y determinar la conveniencia de solicitar estudios o no.

Entre las opciones posibles, se consideran algunos estudios de imágenes como radiografías de cráneo o tomografías computarizadas.

Tratamientos para la plagiocefalia

Muchas veces, el éxito del tratamiento depende del momento en el que se hace el diagnóstico. Por este motivo, es importante que el pediatra evalúe el crecimiento de la cabeza del niño en cada control.

Estrategias conservadoras

Se trata de una serie de medidas no quirúrgicas para modificar el curso de la plagiocefalia:

  • Técnicas de reposicionamiento del bebé: se educa a los padres sobre cómo alternar la postura del bebé mientras duerme y durante el resto del día. Esto es para evitar que la cabeza apoye siempre en el mismo punto.
  • Rehabilitación con fisioterapia, sobre todo para corregir las tortícolis y otros problemas musculares que favorezcan la plagiocefalia.
  • Ortesis craneal con cascos: esta opción es controvertida, pero resulta una alternativa eficaz para cuando las medidas anteriores son insuficientes

Todas estas estrategias pueden implementarse desde el nacimiento, pero no serán efectivas luego del año. A partir de esa edad, el cráneo pierde la habilidad de modelarse.

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Cuándo es necesario recurrir a una cirugía correctiva

Habitualmente, las plagiocefalias posicionales resuelven con las estrategias conservadoras al cabo de 4 o 5 meses. Cuando esto no sucede o la deformidad es severa, se considera el tratamiento quirúrgico.

En el caso de las plagiocefalias sinostóticas, la cirugía es la primera opción de tratamiento.

¿Cómo puedo prevenir la plagiocefalia en el bebé?

La mejor estrategia para evitar el problema, es ofrecer a los padres la consejería necesaria durante las citas de control con el pediatra.

A continuación, describimos algunas de las recomendaciones preventivas de la Asociación Española de Pediatría:

  • Cuando el bebé no está durmiendo, es conveniente recostarlo de panza, sobre una superficie firme y aislada del suelo. Siempre bajo la supervisión de un adulto, para evitar accidentes. Esto se conoce como tummy time y sirve para varios propósitos. Se recomienda hacerlo al menos 1 hora al día.
  • Alternar la posición de la cabecera del moisés o cuna periódicamente. Esto evita que el bebé se acostumbre a girar su cabeza siempre hacia el mismo lado.
  • Cuando se utilice sillas con cabezales ajustados (como por ejemplo, los sistemas de retención infantil), asegurarse de que el bebé pueda girar la cabeza levemente y evitar que permanezca mucho tiempo en la misma posición.
  • Levantar al niño con frecuencia, sostenerlo en brazos o portearlo. De esta forma también se evita el modelado de la cabeza.

Si tu bebé presenta alguna deformidad en su cabecita ¡no te asustes! Es probable que se deba a la posición que adopta habitualmente. Convérsalo con tu pediatra en la próxima cita.


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