Pensamiento lateral: qué es y cómo ejercitarlo en los niños

El pensamiento lateral ayuda a los niños a encontrar soluciones innovadoras, a ser creativos y más tolerantes. Descubre en qué consiste.
Pensamiento lateral: qué es y cómo ejercitarlo en los niños
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 06 febrero, 2023

Aquello a lo que denominamos pensamiento, incluye una serie de funciones cognitivas diversas. Desde planificar y analizar hasta generar ideas y tomar decisiones, son muchas las tareas que la mente pone en marcha en el día a día. A medida que los niños crecen y su cerebro madura, avanzan y perfeccionan estos procesos. Sin embargo, hay uno de ellos que no siempre se atiende correctamente: el pensamiento lateral.

Antes de contarte en qué consiste, has de saber que se trata de una herramienta fundamental, no solo en la infancia sino durante toda la vida. Este permite realizar aprendizajes de una forma más amena y significativa, encontrar la solución a diferentes problemas e incluso mejorar las relaciones sociales. Todo progenitor desea que su hijo goce de estos beneficios, pero para ello es importante enseñarle a emplear el pensamiento lateral.

¿Qué es el pensamiento lateral?

Este concepto fue propuesto por el psicólogo Edward de Bono en 1969 y se entiende en contraposición al pensamiento vertical. Este, que es el que todos conocemos y más empleamos, es lógico y lineal. El mismo parte de una serie de conocimientos previos, sigue una secuencia y arriba a una solución única. Así es como nos enseñan a pensar en la escuela tradicional y como hemos aprendido a hacerlo de nuestros propios padres.

En contraposición, el pensamiento lateral es creativo, caótico y espontáneo. Se abre a diferentes perspectivas y a múltiples soluciones, por lo que es sinónimo de innovación. Es lo que llamamos «pensar fuera de la caja» y es un modo de pensamiento muy propio de los niños. Ellos se atreven a explorar, a experimentar y a descubrir todas las alternativas. Sin embargo, a medida que crecen es común que les llevemos hacia el camino del pensamiento vertical.

Por supuesto, estos procesos son necesarios y el pensamiento lógico tiene una indiscutible utilidad en el día a día. De hecho, la mente humana está diseñada para basarse en lo que ya conoce para tomar decisiones y llegar a conclusiones rápidas. Es lo que conocemos como heurísticos de pensamiento o atajos mentales, que nos son de gran beneficio. Sin embargo, es importante equilibrar esta convergencia con un pensamiento más divergente.

En las escuelas los niños reciben instrucciones e información que luego deben recordar y reproducir. En cambio, el pensamiento lateral apela a la espontaneidad y a la creatividad.

¿Cómo estimular el pensamiento lateral en los niños?

Como decíamos, los niños tienden a ser creativos y espontáneos, aunque existen diferencias individuales. Sin embargo, para ejercitar el pensamiento lateral hemos de animarles a aplicar la creatividad deliberada; es decir, que sepan recurrir a ella voluntariamente a la hora de resolver un problema. Para esto, podemos aplicar diversas pautas.

Dar al niño un papel activo en su aprendizaje

Un verdadero aprendizaje significativo no se produce cuando el niño recibe pasivamente la información de un adulto, sino cuando la hace suya; y esto puede lograrse de muchas formas. Permitir a los pequeños experimentar, explorar, interactuar con los materiales y comprobar sus propias hipótesis son excelentes formas de contribuir con su pensamiento lateral.

Ser menos directivo

Con frecuencia, los adultos dirigimos a los niños todo el tiempo, les decimos cómo son las cosas, cómo deben comportarse y qué pasos seguir en cada momento. Esto estimula la obediencia, la rutina y el pensamiento lógico, pero apaga la creatividad y la espontaneidad. Por ello, resulta positivo dar una mayor autonomía a los pequeños y animarles a reflexionar y llegar a sus propias respuestas y conclusiones.

Por ejemplo, en lugar de dar directrices, podemos preguntar: ¿de qué forma crees que podríamos hacer esto?, ¿cómo podemos solucionar este problema?, o ¿qué ideas se te ocurren para conseguir este objetivo?

Enseñar dinámicas y estrategias útiles

Existen algunas dinámicas que pueden ser de gran utilidad para los niños a la hora de utilizar el pensamiento lateral. Estas pueden practicarse en casa o en la escuela inicialmente, pero con el tiempo harán parte de los recursos propios del niño. De esa manera, las habrá asimilado y sabrá utilizarlas cuando las necesite.

Una de las más efectivas es la tormenta de ideas. También conocida como brainstorming, es especialmente eficaz cuando los menores están atascados a la hora de solucionar un problema o tomar una decisión. En lugar de dar vueltas sobre los mismos pensamientos, la idea es proponer todas las soluciones que se le vengan a la mente, sin importar que sean descabelladas o fantasiosas.

Otra de las técnicas más útiles y divertidas es la conocida como «6 sombreros para pensar». Puedes aprender más sobre ella en este artículo.

La libertad para pensar sin restricciones lógicas puede dejar salir buenas ideas, algunas de las cuales pueden ser aplicables para resolver problemas.

Practicar ejercicios y juegos

Por último, podemos apoyar el pensamiento lateral de los niños al proponerles acertijos, adivinanzas y otros juegos que ayuden a despertar su ingenio y originalidad. Puedes encontrar múltiples opciones en internet, así como en libros infantiles de actividades. Pero también puedes crear tus propias propuestas: solo tienes que narrar una situación en la que existan diversas opciones y pedirle a tu hijo que enumere todas las que se le ocurran.

Por ejemplo: ¿para qué puede servir una caja de cerillas? Las respuestas pueden incluir desde utilizarla como recipiente para plantar una lenteja, usarla como un joyero para pendientes y anillos o colocarla como mesa en una caja de muñecas.

El pensamiento lateral es una herramienta de por vida

En definitiva, se trata de ayudar a los niños a entender que no siempre hay una única solución válida. Entonces, no hay por qué quedarse con la primera opción que nos viene a la mente. Se trata de animarles a ser originales en su pensamiento, a desarrollar su ingenio y a pensar y proponer por sí mismos más allá de lo que ya conocen o se les ha dicho.

La capacidad de emplear el pensamiento lateral les será muy útil en su etapa escolar y en sus relaciones personales, ya que los hará más empáticos y tolerantes al ser capaces de ver diferentes perspectivas. Pero, además, es un recurso muy valorado y demandado en el mundo profesional, por lo que, a futuro, le será de gran utilidad.


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