Otitis en bebés: manifestaciones y tratamientos
Por lo general, las infecciones de oídos leves pueden superarse con la ayuda de un tratamiento antibiótico prescrito por el médico, tanto en la infancia como en la adultez. Sin embargo, cuando la otitis invade las orejas de un bebé pequeño, es evidente que el problema adquiere un grado de dificultad mayor.
La razón de que la dificultad aumente no solo se debe a la notoria vulnerabilidad del pequeño, sino al hecho de que un bebé no puede precisar qué le duele o, mejor dicho dónde le duele. Así pues, hay que darse a la tarea de averiguarlo mientras se intenta calmar su llanto.
¿Cómo identificar la infección?
Cuando un niño padece de otitis simplemente se toca la oreja que le duele y comunica a sus padres lo que le ocurre. Sin embargo, un bebé no tiene la capacidad verbal y por eso, ante cualquier dolencia simplemente llorará.
En este momento los padres deben volcarse en identificar qué es lo que puede estar afectando a su hijo. La tarea no será sencilla, por eso es bueno saber que la manifestación de la otitis es bastante frecuente en niños de corta edad y sobre todo en la estación del verano.
Si existiera la sospecha de que el dolor proviene del oído, una alternativa es apretar suavemente la oreja del pequeño. Si vemos que el llanto aumenta cuando ejercemos esta presión, entonces estaremos ante la probable presencia de una otitis en proceso.
Cosas que no debemos hacer
Si el niño es muy pequeño y tenemos alguna sospecha del padecimiento, lo correcto es llevar al pequeño de consulta al pediatra. Solo este especialista podrá aportar un diagnóstico acertado que permitirá a su vez la imposición de un tratamiento.
Asimismo, debemos saber que la automedicación es sumamente peligrosa en bebés de los 0 a 3 años. Por ello, no podemos suministrar un antibiótico por cuenta propia sin la receta y autorización del medio. Hacerlo podría poner en peligro la vida del bebé.
Se trata de una enfermedad bastante recurrente en los pequeños. Hay que tener en cuenta que una actuación negligente puede desencadenar dificultades posteriores.
Tratamiento de la otitis en bebés
Por lo general, la otitis en niños menores de 2 años se trata por medio de antibióticos y antiinflamatorios suaves. Claro que todo dependerá del historial clínico del bebé y por eso la opinión del doctor será de suma importancia.
Los antibióticos y antiinflamatorios utilizados frecuentemente son aquellos que vienen en gotas. Con respecto al dolor, la mayoría de los médicos recetan analgésicos comerciales como el paracetamol o el ibuprofeno en dosis aptas para los niños.
Además, debemos saber que el ibuprofeno no se recomienda en niños menores de los 6 meses de edad. Aparte de estos analgésicos, existen otros cuidados que podemos ofrecer a los pequeños afectados por esta enfermedad para mejorar su situación.
Creando las condiciones para tratar la otitis
Una recomendación que suelen hacer la mayoría de los médicos es suspender los alimentos a base de lácteos durante la enfermedad.
Secar bien los oídos de los bebés a la hora del baño es indispensable para prevenir la otitis. También es necesario secarlos bien una vez que ya se ha originado la enfermedad para no agravarla. Pero fuera del agua, los ambientes extremadamente secos pueden generar mayor dolor e irritación en la zona afectada.
Algunos expertos recomiendan colocar bolsas de agua caliente en la oreja infectada para aliviar el dolor.
¿Cómo sabemos si la enfermedad se ha complicado?
Si el pequeño tiene secreciones, mareos, vómitos o fiebre por encima de los 38 grados, es importante que los padres lo lleven al pediatra o que pasen por urgencias.
También debemos actuar con cierta premura si el niño no puede caminar correctamente, tiene pérdida del equilibrio o rigidez en el cuello. El chequeo médico es indispensable en estos casos.
Si un niño con tratamiento no presenta mejoría pasadas las primeras 48 horas, es aconsejable dirigirse de nuevo al médico.
Algunos datos sobre la otitis infantil
Según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, al menos la mitad de los niños españoles han sufrido de otitis antes de cumplir el primer año de vida.
De hecho, esta es una enfermedad que se produce con más frecuencia en niños que en adultos. Hoy en día, se sabe que los niños prematuros y aquellos con predisposición genética son más propensos a esta infección.
En resumen, la otitis es una enfermedad controlable, recurrente y que casi nunca genera mayores inconvenientes. Sin embargo, se pueden presentar ciertas complicaciones si los padres no actúan de forma metódica y prudente.
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