¿Por qué es importante que los niños duerman siesta en verano?
La siesta es muy importante para el desarrollo de los niños y para que su organismo funcione bien todos los días durante sus primeros años. Sin embargo, en época estival las rutinas familiares se modifican, los horarios se vuelven más flexibles y algunos hábitos se dejan de lado. De esta forma, queremos contarte por qué es importante que los niños duerman siesta en verano.
Cabe mencionar que el sueño de los niños evoluciona y se transforma desde su nacimiento hasta la adolescencia. A medida que crecen, la cantidad de horas de descanso necesarias se reducen progresivamente. Además, el sueño nocturno comienza a ganar relevancia con respecto al diurno. A pesar de esto, los infantes necesitan tomar siestas. Durante los primeros dos años de vida, seguramente serán varias, pero hasta los 4 o 5 suelen necesitar al menos una.
Esta necesidad no se suspende por el hecho de que llegue el verano. Y, aunque queramos disfrutar más tiempo en familia, aprovechar los días libres y realizar actividades interesantes, es importante respetar estos momentos de descanso. Sigue leyendo y entérate los motivos.
La importancia de que los niños duerman siesta en verano
Estas son las principales razones por las que debes mantener las siestas de tu hijo durante el verano.
Facilitan y consolidan los aprendizajes
Los primeros años de vida son etapas de mucho aprendizaje. Los niños comienzan a descubrir el mundo, comprenden lo que sucede en el entorno, cómo socializar con los demás y desenvolverse de forma autónoma. Son verdaderas esponjas y para que estos aprendizajes se consoliden, el sueño resulta un factor fundamental.
Aunque muchos piensen que es un momento de total desconexión cerebral, lo cierto es que mientras descansamos, nuestro sistema nervioso central se mantiene muy activo. Este proceso fisiológico ayuda a consolidar los datos en la memoria y a afianzar algunos conocimientos nuevos. Especialmente, favorece a la memoria declarativa (relacionada con los hechos ocurridos) y a la procedimental (asociada a las habilidades y a las destrezas motoras).
Incluso unos pocos minutos de sueño tienen un efecto positivo. Por ello, los pequeños necesitan estos descansos diurnos y nocturnos también durante el verano.
Ayudan a recuperar energías
El sueño contribuye a conservar la energía y a restaurar aquella perdida durante la jornada. En definitiva, ayuda a los niños a reponerse para poder continuar con su día sin estar cansados o somnolientos. Incluso, una pequeña siesta puede favorecer a que estén más contentos, productivos y ágiles.
Esto puede ser especialmente importante en verano, ya que las altas temperaturas generan una gran fatiga y cansancio. De no tomar la siesta, tu hijo puede no rendir lo mismo, ni disfrutar del resto del día debido al agotamiento y a la falta de energía. Incluso, puede mostrarse más activo e irritable como producto de la deprivación de sueño.
Propician un buen estado de ánimo
Dormir algunos minutos periodos durante el día ayuda a los peques a reducir el estrés y las tensiones, pues les permite relajarse y despertar revitalizados, tanto física como mentalmente. Esto, sin duda, contribuirá a mantener un mejor humor durante el día. Recordemos que para los más pequeños la siesta no es un capricho sino una necesidad.
Algunos estudios han encontrado que, efectivamente, el descanso propicia un buen estado de ánimo. Además, tumbarse en la cama y relajarse, aun sin llegar a dormirse, también ofrece esos efectos beneficiosos. Por eso, si deseas que tu niño esté descansado, alegre y de buen humor, incluso durante las últimas horas del día, no le prives de ese descanso diurno.
Mejoran el descanso nocturno
A veces pensamos que si el niño no toma siesta durante el día, descansará mejor por la noche. Sin embargo, en la realidad sucede todo lo contrario.
La falta de sueño diurno puede hacer que el pequeño llegue a la hora de dormir excesivamente cansado, inquieto e irritable, lo que le impedirá conciliar el sueño con facilidad.
Algunos consejos para que los niños duerman siesta en verano
No siempre es sencillo ajustar los planes familiares para respetar las siestas de los niños. Por ello, antes de despedirnos, te ofrecemos algunos consejos al respecto:
- No te aflijas si un día puntual tu niño no duerme siesta o se acuesta más pronto o más tarde de lo habitual. Pero si esto se convierte en la norma, los problemas de sueño no tardarán en aparecer. Por eso, trata de establecer una rutina y procura adaptar los planes de la familia para no descolocar en exceso los horarios de tus niños.
- Si tienes que salir a la ruta, haz coincidir el viaje con el momento de la siesta de tus hijos. Así, podrán dormir en el coche y no se trastocarán sus hábitos.
- Si tu bebé aún toma dos siestas y tú necesitas prescindir de alguna de ellas, opta por mantener la de la mañana. Esta es la que marcará el estado emocional del pequeño durante el día. Perderla puede hacerle estar incómodo e irritable durante toda la jornada.
- Evita que la siesta se concrete a horas avanzadas de la tarde. Esto puede hacer que lleguen a la hora de acostarse sin sueño. Así, si tu hijo se ha dormido en el coche de vuelta a casa, pásalo directamente a la cama y déjalo descansar hasta el día siguiente. Es preferible esto a despertarlo para volver a dormirlo poco tiempo después.
Recuerda, ¡las siestas en la infancia son importantes!
Como ves, aunque estemos de vacaciones, es importante que los niños duerman siesta en verano. Como padres, debemos hacer un esfuerzo por ajustar los planes y las actividades a sus necesidades y respetar este descanso diurno que tan bien les hace. Los pequeños lo agradecerán, ¡y tú también!
Te podría interesar...Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Daiss, S. R., Bertelson, A. D., & Benjamin Jr, L. T. (1986). Napping versus resting: effects on performance and mood. Psychophysiology, 23(1), 82-88.
- Pin Arboledas, G., & Ugarte Libano, R. (2010). Lo que el pediatra de Atención Primaria debería saber sobre el sueño. Pediatría Atención Primaria, 12, s219-s230.