Mitos sobre la fruta
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La alimentación es una ciencia en la que existe una gran cantidad de mitos. Los más antiguos y difundidos entre la población son los mitos sobre la fruta, a pesar de que sea saludable y aporte nutrientes variados. Por ello, en este artículo vamos a explicarte los 4 más famosos.
Evita las frutas ricas en azúcar para perder peso, uno de los mitos sobre la fruta más extendidos
¿Alguna vez has ido al nutricionista o al endocrino? A partir de los años 80-90, a cualquiera que quisiera adelgazar se le entregaba un listado de alimentos prohibidos, entre ellos, algunas frutas como el plátano, las uvas, los higos, los caquis y las ciruelas. Sin embargo, los tiempos han cambiado, y la evidencia científica demuestra que no existe relación alguna entre el índice glucémico y la pérdida de peso.
Para los que no lo sepan, el índice glucémico es la respuesta que genera nuestro organismo ante el contenido de azúcar presente en los alimentos. Cuanto mayor sea, más rápido se absorberá en sangre. Sin embargo, depende del alimento en su conjunto. Es decir, la fibra ralentiza ese efecto, que es lo que ocurre con la fruta. Por lo tanto, puedes comer hasta 3 raciones de fruta a diario, ya que son beneficiosas para prevenir la aparición de diabetes, enfermedades cardiovasculares y obesidad.
Las personas con diabetes no pueden comer fruta
Como hemos dicho anteriormente, la fruta está formada, básicamente, por agua y fibra, especialmente si es fresca. Además, aporta vitaminas y minerales. Y también contiene glucosa y fructosa, azúcares sencillos de absorción rápida.
Si tenemos en cuenta esto último, podemos pensar que los diabéticos no pueden metabolizarla bien, empeorando sus niveles de azúcar en sangre. Sin embargo, al contener la fibra, ayuda a regularlo, retrasando en el tiempo su absorción.
Un vaso de zumo equivale a una ración de fruta
Es el reclamo del que abusa la publicidad de los zumos de fruta comerciales. Evidentemente, están hechos a base de fruta pero, al estar exprimidas, la fibra se pierde. De esta manera, el cuerpo reacciona de manera diferente, aumentando los niveles de glucosa en sangre rápidamente.
Esto supone que, al cabo de 2-3 horas, tengas más riesgo de sufrir una hipoglucemia, si tienes diabetes, al tomarlo sin más y, a su vez, volver a tener hambre. Esto ocurre por ser un líquido que te llena momentáneamente.
Incluso si nos remitimos a la Organización Mundial de la Salud, los zumos se engloban dentro de las bebidas azucaradas, por lo que conviene reducir su consumo diario.
La fruta es mejor comerla entre horas, otro de los mitos más conocidos
¿Habéis oído que la fruta después de comer se fermenta? Pues no tiene por qué, a no ser que te siente mal. Generalmente, quienes defienden dicha afirmación lo justifican por tomar proteínas en la misma comida. Contrariamente, hay frutas como la piña y la papaya que contienen enzimas digestivas que facilitan la digestión de las proteínas. Por eso, no tiene ningún sentido reforzar este motivo para evitar comer postre.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta es que, al llevar a cabo un proceso de pérdida de peso o para controlar la ansiedad por la comida, pueda ser de utilidad comer la fruta antes de comer. ¿Por qué? Como es rica en fibra, agua y vitaminas nos llena, lo que nos permite aguantar hasta el mediodía o la cena.
Para terminar con este mito, comentaros que el motivo por el que se suele restringir la fruta tras las comidas es la intolerancia a la fructosa. Este azúcar se encuentra también en algunas verduras, hortalizas y en los frutos secos como las pasas, las ciruelas secas, etc.
Entonces, si resulta que en la misma comida ingerimos varios alimentos con altas dosis de fructosa, el transportador que permite su absorción va a saturarse, haciendo que el exceso llegue al intestino sin digerirse. Aquí, las bacterias van a fermentarla, produciendo síntomas digestivos como gases, hinchazón y pesadez.
Como conclusión, consume, al menos, 2 o 3 raciones enteras de frutas frescas a diario por los beneficios que suponen en la salud. Y recuerda que la alimentación evoluciona a lo largo del tiempo, y lo que hoy puede ser bueno, otro día no. Incluso, siempre es necesario adaptar la dieta a la persona.
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