La lumbalgia en niños y adolescentes

El dolor lumbar es de los síntomas más comunes entre los adultos, pero también es común entre niños y adolescentes. Aquí te contamos todo lo que debes saber si tu hijo tiene lumbalgia y cómo ayudarlo en casa.
La lumbalgia en niños y adolescentes
Maria Elisa Lisotti Luppi

Escrito y verificado por la fisioterapeuta Maria Elisa Lisotti Luppi.

Última actualización: 11 marzo, 2022

Lumbalgia se le llama al dolor lumbar. Es más común en adolescentes que en niños, aunque en la vida adulta es cada vez más frecuente. Es un síntoma que tienen en común muchos cuadros clínicos y enfermedades de todas las edades. Si nos referimos a la anatomía, la lumbar es una zona de transición que soporta gran parte del peso del cuerpo.

Los niños pequeños son los que menos sufren de dolor lumbar. Sin embargo, la incidencia aumenta con la edad, a medida que los adolescentes se van acercando a la edad adulta, presentan lumbalgia con mayor frecuencia.

Causas de la lumbalgia en niños y adolescentes

Las actividades laborales, el estrés diario y la falta de hábitos saludables suelen ser las causas más comunes de dolor lumbar en los adultos. Sin embargo, cuando se trata de niños y adolescentes, las sospechas se relacionan más con trastornos congénitos, traumatológicos o secundario a algún traumatismo directo o indirecto. Además, existen otras causas comunes de dolor lumbar:

Niña con dolor en los riñones debido a retiene la orina.
  • Posteriores a un esfuerzo excesivo: en estos casos no existe una lesión mayor. Suelen mejorar espontáneamente, aunque a veces necesitan tratamiento conservador con fisioterapia.
  • Pubertad: algunas teorías hablan de la relación del inicio de la pubertad con dolores en la zona baja de la espalda, lo que demuestra la influencia de los cambios hormonales en el aparato locomotor.
  • Escolaridad: las mochilas escolares, con carga que supere el 10 % del peso corporal del alumno, son un factor de riesgo importante de padecer lumbalgia.
  • Falta de cuidados físicos: la falta de actividad física, así como los entrenamientos excesivos y los hábitos tóxicos como tabaquismo pueden desencadenar dolor lumbar.
  • Postura: la forma de sentarse en el banco del colegio es otro factor sumamente importante, ya que es una postura que se mantiene durante largos periodos en los años de escolaridad. Por ello, sentarse de manera incorrecta es realmente un factor de riesgo para la salud de los niños y adolescentes.
  • Factores emocionales: es el caso del estrés o cuadros depresivos, por ejemplo. El cuerpo expresa situaciones emocionales a través de actitudes posturales, que pueden desencadenar dolor lumbar.

¿Cómo prevenir el dolor lumbar?

La prevención de la lumbalgia abarca diferentes áreas, entre ellas, los hábitos de alimentación saludable es uno de los primeros que hay que considerar. Así como también la actividad física a conciencia, que incluya fortalecimiento abdominal para proteger la columna.

La higiene postural debe ser enseñada a los padres y madres, y ellos han de enseñársela a sus hijos, de forma tal que las actividades de la vida diaria y la postura en el colegio sean realizadas de una manera saludable.

Existen cada vez más programas preventivos en el ámbito educativo que mejoran la conciencia corporal de los niños y adolescentes. Incluyen información teórica y ejercicios físicos que mejoran la salud de los alumnos a corto y largo plazo. Estos programas son coordinados por los docentes en conjunto con los profesionales de la salud.

Tratamiento para la lumbalgia en niños y adolescentes

Como en cualquier cuestión de salud, el tratamiento dependerá de la causa y del estado clínico de cada paciente. De todos modos, podemos describir, a grandes rasgos, el tratamiento conservador que se realiza desde la fisioterapia para el tratamiento de la lumbalgia en niños y adolescentes.

La fisioterapia pediátrica incluye educación sobre el propio cuerpo y medidas de prevención, como la higiene postural. Además, utiliza agentes físicos, como la electroanalgesia, para disminuir el dolor local. También realiza técnicas manuales, que además de influir en la disminución del dolor, trabajan la causa que produce la lumbalgia. Esto se acompaña de ejercicios terapéuticos; algunos se realizan en la sesión y otros se indican para realizar en el hogar.

Es fundamental que los cuidadores acompañen al niño o adolescente, tanto en la sesión como en las actividades indicadas para el hogar. El acompañamiento físico y emocional ayuda a que el tratamiento sea más efectivo e incorporado de mejor manera, así como el estímulo a realizar actividad física recreativa como un hábito más de la vida diaria.

Lumbalgia en niños y adolescentes.

¿Qué puedo hacer en casa si mi hijo tiene lumbalgia?

Después de consultar al médico pediatra y de descartar que se trate de alguna lumbalgia grave, puedes ayudar a tu hijo en casa. El niño o adolescente puede recostarse bocabajo, con una almohada debajo del pubis. Con un aceite esencial o una crema suave como medio de deslizamiento, se masajea la zona baja de la espalda.

Los masajes deben realizarse con toda la mano en contacto con la piel del pequeño, evitando presionar las zonas en las que los huesos son mas prominentes, como en la columna. Se busca “amasar” la zona muscular, con movimientos alternados entre una mano y otra. También se pueden complementar los masajes con aplicación de calor local con compresas tibias o moderadamente calientes. No obstante, debes tener muy en cuenta que estos consejos no reemplazan el tratamiento realizado por un profesional.

Es fundamental que los padres y madres sepan la importancia de la prevención en las etapas de desarrollo, en las que el cuerpo crece rápidamente. Y es muy fácil incorporar hábitos, tanto saludables, como no saludables. Por lo que la educación y observación en el hogar realmente pueden hacer la diferencia.

Por lo tanto, si tu hijo sufre de dolor en la zona baja de la espalda, primero debe realizarse la consulta médica. El pediatra determinará si será necesario un tratamiento médico con analgésicos o si se debe complementar con fisioterapia. Y, si se trata de una lumbalgia leve, sin lesiones ni otras complicaciones, puedes ayudarlo en casa con masajes suaves.


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