Cómo la música puede ayudar a los bebés a hablar

Cómo la música puede ayudar a los bebés a hablar
María José Roldán

Escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 17 abril, 2020

Todo el mundo sabe los beneficios de la música para los bebés y es que el ritmo les potencia su capacidad intelectual. Si meces a tu bebé en sincronía con la música es probable que te preguntes cómo esa experiencia le beneficia en su cerebro y cómo afecta en su desarrollo. 

La música puede ser mucho más importante para tu bebé que tan solo un poco de ritmo que le entretenga. La música puede ayudarle a hablar.

Un estudio confirma que la música ayuda a tu bebé

Un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Washington  muestra que jugar con los bebés con música ayuda a que el procesamiento cerebral de los bebés de 9 meses les ayuda a mejorar el habla y a comprender mejor los sonidos que deben pronunciar, por lo que mejorará notablemente las habilidades lingüísticas de los niños. Es un estudio pionero en este sentido.

El estudio es el primero que se realiza con bebés tan pequeños y que sugieren que la música hace que los niños aprendan un patrón rítmico (el típico de la música) y que mejora la capacidad para detectar y hacer predicciones acerca de los patrones rítmicos del habla. Esto es un gran descubrimiento, porque además de que la música desarrolla el cerebro, también potencia el habla de los pequeños.

El mundo complejo de los sonidos

Los bebés experimentan un mundo complejo cuando empiezan a descubrir los sonidos, las luces y las sensaciones… Todos estos estímulos varían constantemente y puede hacer que se sientan desorientados e incluso confundidos algunas veces. El trabajo del bebé es reconocer los patrones de actividad y predecir qué es lo que sucederá a continuación.

La percepción de patrones es un aprendizaje importante en la habilidad cognitiva y además, mejora la capacidad temprana de mejorar el aprendizaje futuro. Todos estos componentes son esenciales para el desarrollo cognitivo del bebé y es tan fácil como exponer al pequeño a música con patrones de ritmo. Los bebés disfrutarán de la música y además su cerebro trabajará a gran ritmo.

El lenguaje tiene patrones rítmicos

Al igual que ocurre con la música, el lenguaje también tiene fuertes patrones rítmicos. Cuando las personas pronuncian sílabas ayuda a los oyentes a definir un sonido del habla concreto y a entender lo que los demás están diciendo esperando un patrón definido de habla. Es la capacidad de identificar las diferencias en los sonidos del habla, algo que sin duda ayudará a los bebés a aprender a hablar con mayor facilidad. 

Los investigadores de este estudio diseñaron un experimento aleatorio que fue controlado para ver si realmente la música era una buena herramienta para mejorar la capacidad del habla en los bebés gracias al ritmo musical. La idea era comprobar cómo los ritmos de la música afectaban de forma positiva a los bebés de nueve meses que participaron en el estudio.

En qué consistió el estudio

En el transcurso de un mes, 39 bebés asistieron a 12 sesiones de juego con música que tenía una duración de 15 minutos en el laboratorio y siempre estaban acompañados de sus padres. En grupos de dos o tres pequeños, los bebés estaban sentados con sus padres, quienes los guiaron a través de las actividades que los investigadores explicaban previamente a los progenitores.

Hubieron 20 bebés que fueron asignados al grupo de música y en estas sesiones habían grabaciones de música para que los niños jugasen mientras que un experimentador guiaba a los bebés y sus padres a golpear con instrumentos de forma ligera siguiendo el ritmo y el compás de la música que los investigadores habían elegido previamente para poder llevar a cabo el estudio.

Todas las canciones estaban en el metro triple (como en la música de los vals) lo que los investigadores eligieron por ser relativamente difícil para los bebés la aprendan. Los 19 bebés restantes del grupo control asistieron a las sesiones de juego en las que no había música. Estos bebés jugaron con coches de juguete, bloques y otros objetos que requerían movimientos coordinados sin música.

Cuando pasó una semana después de las sesiones de juego con o sin música, las familias volvieron al laboratorio para ver las respuestas del cerebro en los bebés y fueron medidas.  Los investigadores utilizaron magnetoencefalografía  para ver la ubicación precisa y el momento de la actividad cerebral de los bebés, así podrían saber mejor cómo había influido el experimento en los pequeños.

Mientras medían el cerebro de los pequeños, os bebés escucharon una serie de hilos musicales y los sonidos del habla. El ritmo era interrumpido de vez en cuando y los cerebros del bebé mostraban una respuesta particular para indicar que realmente detectaban la interrupción del ritmo tanto de la música como del habla. Los investigadores se centraron en la corteza auditiva y la corteza prefrontal.

Los bebés en el grupo de música tuvieron respuestas cerebrales más fuertes para la interrupción tanto en la música y el ritmo del habla en comparación con los bebés que no tuvieron música en el experimento. Esto sugiere que la participación en las sesiones de juego con la música mejora la capacidad de los bebés para detectar patrones de sonidos.

 


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