La importancia de beber agua en verano
Si bien es fundamental hidratarse en cualquier momento del año y de la vida, lo cierto es que, durante el embarazo y la lactancia, debemos prestar mucha atención al consumo de líquidos. En este artículo, te contaremos sobre la importancia de beber agua en verano en estas dos etapas.
La importancia de beber agua en verano para embarazadas
Aunque tenemos que consumir líquidos durante toda la gestación, cuando llega el verano es imprescindible aumentar la cantidad diaria. Este recurso permite al bebé crecer como corresponde y a la madre atravesar el embarazo de la mejor manera posible.
Algunos de los beneficios de beber agua en esta etapa son:
- Purifica el organismo y ayuda a excretar el exceso de sodio; se evitan así las infecciones en el tracto urinario.
- Hidrata el cuerpo y reduce la retención de líquidos en tobillos, tan habitual en el embarazo.
- Protege la salud del bebé y mejora la calidad del líquido amniótico.
- Evita la hipertensión y el desarrollo de enfermedades cardíacas en la madre.
- Reduce la aparición de hemorroides o de estreñimiento durante la gestación.
- Previene los partos prematuros.
La importancia de beber agua en verano en la lactancia
Cuando la madre amamanta a su bebé, es común que sienta sed, incluso en pleno invierno. Esto se debe a que la lactancia deshidrata el cuerpo de la mujer.
Esto sucede porque para producir la leche se necesitan líquidos, los cuáles ‘se toman’ del organismo. Por ello, los bebés no necesitan beber nada más durante los primeros meses.
Si la madre lactante sufre deshidratación leve, la producción de leche no se verá comprometida. Sin embargo, si la mujer padece de una deshidratación grave, sí.
Es fundamental que, además de beber agua para ‘recuperar’ los líquidos perdidos, también consuma alimentos frescos como frutas y verduras.
¿Cuánta agua se debe beber en el embarazo?
Si no tienes el hábito de ingerir agua, puede ser difícil que lo incorpores durante el embarazo, más allá de todos los beneficios que ofrece. En la gestación, se recomienda beber al menos 1,5 litros al día y aumentar a dos litros en el tercer trimestre o cuando hace calor. De lo contrario estarías ingiriendo insuficiente agua de manera diaria, tal y como afirma un artículo publicado en la revista “BMC Pregnancy and Childbirth”.
Durante la lactancia, en tanto, se mantienen los dos litros o incluso se puede aumentar a tres litros, si hace mucho calor.
Además de beber agua —que debe ser mineral o filtrada y de color claro, sin impurezas— también podemos hidratarnos con otros líquidos saludables:
1. Zumos de frutas
Es muy importante que no sean comprados o envasados, sino que los prepares tú misma en casa con las frutas de estación. De esta manera, evitarás consumir azúcares, aditivos y conservantes que pueden ser malos para tu salud.
Ten igualmente mucho cuidado con los zumos cítricos, ya que pueden dañar los dientes, que de por sí ya están comprometidos por el embarazo y la lactancia debido a la pérdida de calcio.
“En la gestación, se recomienda beber al menos 1,5 litros al día y aumentar a dos litros en el tercer trimestre o cuando hace calor”
2. Licuados y batidos
A diferencia de los zumos, los batidos suelen incluir algún lácteo como la leche o el yogur y aprovechan más propiedades de las frutas: incluyen la pulpa y, en algunos casos, la cáscara.
Este método de preparación permite conservar la fibra del alimento y reducir el impacto del mismo sobre los niveles de glucosa sanguíneos, tal y como afirma un artículo publicado en la revista “Diabetología”.
No solo puedes consumir licuados de frutas, sino también de verduras, o hacer una combinación entre ingredientes dulces y salados. Te recomendamos que los bebas en verano para la hora del desayuno o la merienda.
3. Aguas saborizadas
Durante el embarazo, las náuseas son muy habituales, así como también los cambios en la percepción de los sabores de la comida y bebida. Si no te gusta mucho el agua ‘sola’, puedes añadirle otros ingredientes, como por ejemplo una rebanada de limón, de pepino o de jengibre, unas hojas de menta, etc.
4. Infusiones naturales
El té verde puede ser un gran aliado durante el embarazo y la lactancia si no te gusta beber agua. Se puede consumir frío o caliente y combinar con limón, miel, jengibre o lo que prefieras.
Ten en cuenta que el jengibre aumenta la temperatura del cuerpo; por lo tanto, consulta con el médico si lo puedes consumir.
Hidrátate para mejorar la salud en el embarazo
En última instancia, también puedes hidratarte a diario si consumes ensaladas frescas o frutas en cualquier momento del día. El tomate, la manzana, la sandía y la lechuga, por ejemplo, tienen un buen porcentaje de agua en su composición. Por el contrario, evita los refrescos, el café y los té ‘comunes’ porque causan deshidratación.
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- Zhou Y., Zhu X., Qin Y., Li Y., et al., Association between total water intake and dietary intake of pregnant and breastfeeding women in china: a cross sectional survey. BMC Pregnancy Childbirth, 2019.
- Honsek C., Kabisch S., Kemper M., Gerbracht C., et al., Fibre supplementation for the prevention of type 2 diabetes and improvement of glucose metabolism: the randomised controlled optimal fibre trial (OptiFit). Diabetologia, 2018. 61 (6): 1295-1305.