Juega con tu bebé para estimularlo
Todos aprendemos jugando, y de hecho el juego es la mejor manera de adquirir conocimientos y desarrollar habilidades en diferentes ámbitos. ¡Juega con tu bebé para estimularlo! En este artículo te daremos algunos consejos de cómo hacerlo según la edad del niño.
A muchos les resulta increíle aceptar que cuando un niño está jugando, está aprediendo, desarrollándose. Basta con comprobar que muchos aprenden otros idiomas a través de canciones para demostar que es a través de lo que denominamos “juego” cuando un niño aprende y se desarrolla.
Por medio de actividades lúdicas el niño aprende a comunicarse con quienes le rodean. Jugar con él es tan importante como hablarle o cuidar su salud y alimentación.
La Guía para Padres, redactada y difundida por la Asociación Española de Pediatría, explica que en los primeros años del niño hay determinadas acciones y juegos que pueden favorecer su aprendizaje, estimular su curiosidad y desarrollar sus habilidades psicomotoras.
Los pediatras subrayan que una adecuada y correcta estimulación tiene un beneficio claro, tanto desde el punto de vista físico, como intelectual, social y emocional. Todo debe realizarse como si fuese un juego y no forzar al niño.
No te extralimites, unos pocos minutos al día pueden ser suficientes para practicar alguna de las actividades y juegos que desarrollamos a continuación.
El juego según la edad
En la Guía Para Padres divide el juego y la manera de estimular al bebé a través del juego según la edad. Por ejemplo, en los primeros tres meses puedes acostarlo boca arriba para arriba y enseñarle algún juguete de vivos colores y moverlo de un lado a otro.
También puedes hablarle mirándole a la cara, cantarle, sonreírle, acariciarle la cara y la comisura de los labios, producir diferentes sonidos cerca de él.
No tengas miedo de introducir el dedo en la palma de su mano, moverle los brazos o el cuerpo de un lado hacia otro, estirarle las piernas sujetándole los tobillos.
Cuando está acostado boca abajo también podemos mostrarle objetos por delante de la cabeza y elevarlos cuando fije la mirada en ellos.
El juego es una actividad imprescindible para el desarrollo y la formación del niño. (…) La calidad y cantidad de las horas de juego del niño se derivarán conocimientos, aptitudes y habilidades sociales necesarias para la vida adulta.
-Rosa Jove, piscóloga-
Movimiento y color
Entre los tres y seis meses de edad podemos repetir acciones realizadas en la etapa anterior. Además, darle besos con las manos, sacar y meter la lengua mientras le miramos y hacer ruido con los labios.
También lo estimula el hecho de tomar sus manos y juntárselas hasta que se toquen. Igualmente puedes tirar con suavidad de sus antebrazos para llevarle a posición de sentado.
Es positivo aplicar alguna pequeña presión en las plantas de sus pies para que haga esfuerzo por extender las piernas. Intenta ponerle en la mano algún objeto y quitárselo cuando lo agarre.
Entre los seis y nueve meses podemos enseñarle objetos con colores vivos o sonoros para que los siga con la vista, acercárselos y alejárselos, escondérselos. Y así.
Mostrarle un espejo para que se mire mientras repetimos su nombre; taparle la cara con un pañuelo y esperar a que se lo quite llamándole por su nombre; hablarle gesticulando y repetirle sílabas es un buen estímulo a esa edad.
No tiene por qué ser un juego elaborado, puedes contar lo que vas haciendo en cada momento con lenguaje claro; darle objetos en las dos manos y animarle a que los choque; enseñarle los pies poniéndole calcetines llamativos y estimular los giros del cuerpo tumbándonos a su lado y llamándolo.
Jugar y reconocer
La piscóloga Rosa Jove asegura que el juego espontáneo y creativo resulta mucho más eficaz si se realiza con objetos cotidianos que el niño puede usar como elementos para construir según le dicte la imaginación.
Esto le servirá para explorar y descubrir mayores posibilidades, usos y dimensiones del objeto y la experiencia. Ten en cuenta que entre los nueve y 12 meses ya puedes ofrecerle cuentos con ilustraciones de animales imitando sus sonidos.
Otro juego sencillo es favorecer que toque diferentes texturas; jugar a cambiar expresiones de la cara, hacer ruidos con la lengua o los labios, dar besos, soplar; envolver juguetes en papeles sonoros y esperar a que los desenvuelva.
Resulta muy útil ofrecerle cubos de diferentes tamaños para que los saque y los meta; acercarle los pies a la boca; ayudarle a que se ponga de pie y a andar cogiéndolo de las axilas o de las manos. Esto lo ayuda a desarrollar la motricidad.
Entre los 12 y 15 meses debemos ayudarle a caminar y a subir escaleras cogiéndole de la mano. Enseñarle a meter objetos en recipientes, hacer torres con cubos, trazos en papeles, pasar páginas, sujetar la cuchara, beber en vaso, abrir y cerrar recipientes o encajar objetos.
Podemos enseñarle las partes del cuerpo, y también a reconocerse en una fotografía o en el espejo. Es un juego que estimula la memoria y el proceso cognitivo en general.
A esa edad ya debemos pedirle que colabore para desvestirse, comer solo o bien fomentar la masticación. Además podemos pedirle que haga pequeños recados de traer y llevar cosas.
Más adelante, a los 18 meses, es muy positivo ayudarlo a subir y a bajar escaleras y a dar patadas a un balón. Señalar dibujos conocidos en los libros es un estímulo muy importante para el desarrollo del lenguaje, además de hablarle con frases claras y sencillas, esconder cosas por la casa y luego encontrarlas.
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