Cómo funciona la memoria de tu bebé
El cerebro humano aún es un enigma. Ni siquiera los avances tecnológicos nos han permitido entenderlo a plenitud, dejando muchas dudas e hipótesis sobre su funcionamiento. Conocer cómo funciona la memoria de nuestro hijo cuando nace, es todo un misterio. Aquí te explicamos todo para entender este tema.
Una de las grandes interrogantes es ¿cómo funciona el cerebro de los bebés? Aunque esta respuesta es lúgubre ya tenemos algunos conocimientos que son de utilidad para entender cómo nuestros retoños aprenden, recuerdan y olvidan. Esta es una pregunta que cautiva a más de uno. ¿Recordamos nuestra edad más temprana? Y de ser así, ¿cómo lo hacemos? Estas son algunas de las preguntas que a continuación responderemos.
La memoria de un recién nacido es limitada
Los bebés sí recuerdan pero con límites
¿Sabías que un pequeño puede reconocer la linda voz de su madre desde el mismo momento en el que nace? Esto ocurre porque es el sonido que más ha escuchado durante su estadía en la barriguita.
De hecho, los bebés a escasas dos semanas de su nacimiento ya reconocen instintivamente el olor de su madre. A partir de los dos meses los bebés suelen recordar rostros y voces que le son familiares.
Esto indica que la operación de recordar es posible, pero muy limitada. Los especialistas la conocen como “memoria útil”, ya que los bebés la utilizan para proveerse o pedir lo que necesitan. La misma es de corta duración.
La memoria va avanzando paulatinamente
Digamos que las primeras referencias mentales de los bebés los llevan a explorar. Son capaces de reconocer una voz, un olor, los seres más cercanos o el hecho de cómo colmar una necesidad fisiológica, e incluso reconocen las rutinas para dormir.
No obstante, son muchos los expertos que dejan constancia de que la memoria se forma en el útero. Cuando a un bebé le pones una canción durante el embarazo, cuando nace se sienten estimulados al escuchar esa misma canción. Esto demuestra cómo un bebé es capaz de recordar aunque sean las notas de la música, aunque no sepa lo que quiere decir.
Al principio estos pueden establecer una especie de reconocimiento. Cabe preguntarnos por qué generalmente no recordamos nuestras primeras experiencias de vida. Esto es culpa del fenómeno de la amnesia infantil.
Recordar momentos de los primeros años es casi imposible
¿Qué es la amnesia infantil?
La amnesia infantil es la incapacidad que tenemos los adultos para recordar los episodios de la niñez que ocurren entre el nacimiento y los 3 o 4 años. Algunas teorías e investigaciones sostienen que no recordamos los momentos vividos durante la etapa más temprana por el hecho de que en ese momento el cerebro ocupa sus capacidades en la creación de neuronas.
Estas neuronas fortalecerán nuestras capacidades posterior a los 4 años de edad, pero el precio que pagaríamos por ellas sería la perdida de la memoria de los primeros momentos. Lo que nos queda es el aprendizaje de hábitos repetitivos. En los primeros años de vida existe la poda neuronal, y el cerebro solo se queda con aquel aprendizaje que es absolutamente necesario para el desarrollo.
Los procesos cognitivos de las personas son diferentes.
¿Cuándo llegan los recuerdos de larga duración?
Hay varias hipótesis. Algunos estudiosos hablan de que la memoria a largo plazo comienza a formarse a partir de los 4 años. Por otro lado, un grupo de investigadores canadienses creen que la misma toma forma a partir de los 7 años de edad.
Para Carole Peterson, psicóloga canadiense: “la memoria de los jóvenes niños tiende a cambiar, ya que los recuerdos de los primeros años de vida se van borrando por los nuevos según se van haciendo mayores”.
De lo que sí debemos ser conscientes es de algo clave: cada persona es única y pasa por procesos psicológicos diferentes. Los aspectos culturales, el aprendizaje y hasta los eventos traumáticos hacen que cada experiencia personal sea diferente.
Olvidar también es parte de la vida.
Lo importante del olvido
Muchos tratamos de buscar en la niñez cosas que vivimos y que ya no recordamos. Algunas veces soñamos imágenes inconclusas porque quizás, parte de esa información queda en el subconsciente.
Lo cierto es que así como recordar es importante, olvidar también lo es. La degradación de algunos momentos es un mecanismo adaptativo, vital para nuestro crecimiento. Se elimina la información que no hace falta tener en mente.
Lo que pasa con los bebés es que mientras los niveles de neurogénesis son altos, se acrecienta la tarea de olvidar. Los recuerdos duran menos, dando paso a la construcción de una memoria mucho más fuerte. ¡Ahora ya sabes cómo funciona!
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