Dieta para embarazadas con bajo peso
Las embarazadas con bajo peso han de cuidar especialmente la dieta con el objetivo de garantizar el buen desarrollo del feto. Si el aporte de nutrientes no es óptimo, se podría ver afectado el bebé, lo que generará problemas a medio plazo. Por ello, es conveniente cumplir unas pautas determinadas.
Hay que tener en cuenta que la alimentación durante el periodo de gestación goza de una serie de particularidades. Es necesario limitar o restringir el consumo de algunos productos, ya que podrían incrementar el riesgo de malformaciones en el feto o de aborto espontáneo.
La ingesta de macronutrientes para las embarazadas con bajo peso
La dieta de una embarazada con bajo peso ha de priorizar el aporte de proteínas de alto valor biológico y de lípidos tipo cis, que contribuyen a incrementar la densidad energética de la dieta, lo que permite que el feto obtenga las calorías necesarias para su desarrollo.
Además, algunos de los ácidos grasos, como los de la serie Omega-3, son especialmente importantes para asegurar que el sistema nervioso central evoluciona de manera correcta. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Nutrients, es importante enfatizar el consumo de dichos nutrientes durante el embarazo, así como en las primeras etapas de la vida.
Por otra parte, es importante que siempre aparezca una cierta cantidad de carbohidratos, ya que resultan fundamentales para mantener las glucemias controladas. Eso sí, han de evitarse los de tipo simple, ya que pueden incrementar el riesgo de desarrollar diabetes gestacional.
Lo más adecuado es consumir pescado 3 o 4 veces por semana, incluir huevos en la dieta habitual, acompañar los vegetales con aceite de oliva en crudo y priorizar la avena como alimento con carbohidratos principal. De este modo, se podrá revertir la situación de bajo peso, teniendo también en cuenta las necesidades de micronutrientes.
Los micronutrientes en la embarazada con bajo peso
Desde el punto de vista de los micronutrientes, es necesario focalizar la atención en ciertas vitaminas y minerales esenciales. Es probable que el médico ya recete por defecto un suplemento de ácido fólico. Durante la gestación, las necesidades de la vitamina se incrementan. Además, en las embarazadas con bajo peso el aporte ha de ser mayor para compensar los déficits dietéticos.
Asimismo, es importante asegurar una ingesta regular de hierro para prevenir estados de anemia que cursen con cansancio extremo. De acuerdo con una investigación publicada en la revista The Medical Clinics of North America, un aporte inadecuado del mineral puede generar ineficiencias en el transporte de oxígeno a medio plazo. Esta situación es complicada de revertir y normalmente ha de solucionarse con administración de hierro intravenoso.
Hay que evitar los ultraprocesados durante el periodo de gestación
Que una mujer tenga bajo peso durante el embarazo no es excusa para incrementar el aporte calórico por medio de ultraprocesados. Dichos comestibles cuentan con azúcares simples, grasas trans y aditivos capaces de afectar al normal desarrollo del feto. Es más, algunos de los químicos que contienen podrían incrementar el riesgo de que el bebé sufra alergias tras el nacimiento.
Por este motivo, es crucial priorizar el consumo de alimentos frescos, productos que cuentan con una densidad nutricional mucho mayor. Hay que elegir una amplia variedad de vegetales, acompañadas de fuentes de proteína y de grasas saludables. Ahora bien, hay que tener cuidado con los pescados de gran tamaño, puesto que su contenido en metales pesados podría llegar a ser perjudicial.
Del mismo modo, hay que tener precaución con las infusiones y los remedios a base de hierbas. Algunos de estos son capaces de generar problemas en el desarrollo, lo que no contribuirá, en ningún caso, a arreglar los problemas de bajo peso.
Las embarazadas con bajo peso han de vigilar la dieta
Es fundamental cuidar la dieta de las embarazadas en casi cualquier situación, pero todavía más cuando presentan bajo peso. Este podría ser un indicativo de que el aporte nutricional no es óptimo, lo que terminará por afectar a la salud del feto. En este sentido, es clave aumentar las calorías por medio de la inclusión de alimentos frescos en la pauta.
Además de esto, se vuelve también importante mantener un cierto grado de actividad física. De este modo, se previenen las pérdidas de masa muscular, lo que podría condicionar una sensación de cansancio, reduciendo el bienestar. Descansar al menos 7 u 8 horas cada noche también será determinante cuando el objetivo es garantizar un buen estado de salud.
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