Cómo cultivar el perdón en los niños

Cómo cultivar el perdón en los niños
María José Roldán

Escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 29 junio, 2020

El perdón parece que se trata de liberar de culpa al otro para poder mantener una buena relación con esa persona. Pero nada más lejos de la realidad, esta es una idea bien equivocada sobre lo que significa el perdón. Cuando se decide perdonar a una persona se hace por un acto de egoísmo positivo en el que decidimos liberarnos de la carga emocional que sentimos para poder sentirnos libres y por tanto, poder tener una relación de armonía con nuestro entorno, aprendiendo de nuestros errores y de las experiencias que la vida nos ha aportado.

Esta es la forma sana en la que el perdón nos ayuda a crecer como personas, a sentirnos mejor con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea. El perdón es muy importante cultivarlo en los niños, aunque por su naturaleza egocéntrica no siempre es tarea sencilla, pero no imposible.

Como padres, tenemos la obligación de enseñar a nuestros hijos las realidades de la vida. La vida duele, las personas pueden hacernos daño emocional, las personas se hacen daño unas a otras, y esta es una realidad frecuente y común. Esto es relacionarse con los demás. Cuanto antes contemos este secreto a nuestros hijos, su enfoque hacia la vida será mucho más sano.

Debemos enseñar que la vida no se construye para ser justos, pero que nosotros tenemos el poder de que algo nos afecte o que deje de hacerlo. Las relaciones que nuestros hijos tengan con nosotros y con los demás, serán sus grandes maestros del amor, pero también del dolor. El perdón es muchas cosas, pero hay que enseñar que el perdón no siempre significa la reconciliación. No se trata de tolerar los daños que nos han hecho, el perdón es tomar la energía y convertirla en algo positivo para nosotros mismos.

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Hoy quiero darte algunas estrategias para que aprendas a cultivar el perdón en tus hijos y que puedan tener una relación mucho más estable con ellos mismos y con los demás.

Aceptar los sentimientos negativos

Todos tenemos derecho a sentir emociones negativas, pero tenemos el absoluto control para que no nos afecte más de la cuenta. Cuando nos sentimos heridos queremos hacer que las otras personas sientan lo que nos hicieron. Esto es todo un error porque estaremos poniendo nuestra felicidad en manos de la otra persona hasta que se disculpe con nosotros.

Tus hijos necesitan entender que las disculpas no tienen que condicionar su felicidad ni tampoco su actitud ante la otra persona. Es necesario cultivar la capacidad de dejar ir esos sentimientos negativos -aceptarlos primero y entender nuestras emociones internas- para poder seguir hacia adelante.

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Perdonar es un proceso

Es muy importante enseñar a nuestros hijos que el perdón es un verbo y que existe mucha importancia en el momento en el que se sintieron afectados. Las heridas no suelen sanar rápidamente. El perdón no es algo rápido, es un proceso. Los sentimientos necesitan tiempo para ser procesados.

Sentir emociones es algo natural y saludable, debemos permitirnos sentirnos bien y también sentirnos mal. Necesitamos sentir y expresar las emociones negativas cuando nos sentimos mal, así podremos saber qué hacer a continuación.

Ser un buen ejemplo

Tienes que ser el mejor ejemplo para tus hijos y mostrarles que cuando algo está hecho, hecho se queda. Cuando algo ha sucedido ninguna cantidad de rabia o de tristeza podrá cambiar lo que ha ocurrido. Está en nuestro ejemplo enseñar a los niños cuándo se puede aceptar que no hay forma de revertir el daño, y que entonces hay que seguir hacia adelante y no perder el tiempo en algo que no se puede cambiar.

Esto transmite una sensación de liberación y traerá el poder para poder estar agradecidos ante la vida. El pensamiento agradecido es necesario en la vida ya que está en un punto intermedio entre el pensamiento positivo y el negativo. Es aceptar la vida en términos realistas y encontrar lo bueno y el perdón en las cosas dolorosas, después de aceptar el dolor que nos ocasionan.


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