¿Cómo puedo aumentar mi fertilidad?
La fertilidad y la infertilidad están divididas por una línea delgada, no pocas veces injusta, que llega a ser la responsable de la infelicidad de algunas mujeres. Este límite, hacedor de sueños para muchas otras féminas, pasa, en estos segundos casos, prácticamente desapercibido.
Es que la mujer fértil, esa que fácil se embaraza, conoce poco o nada de fecundación in vitro, anovulación, amenorrea… Solo la que no puede concebir entiende de esos y muchos otros términos relacionados. Pero la infertilidad, más allá de un trastorno o afección, puede estar secundada por hábitos y mitos que entorpecen la formación de una nueva vida.
Hoy pretendemos hablarte acerca de las muchas maneras que existen de aumentar tu fertilidad deshaciéndote de esas falsas creencias y prácticas que anulan tu sueño de convertirte en madre.
No dejes de tener sexo con tu pareja
Algunas féminas dejan de tener sexo con sus parejas inmediatamente después que creen haber quedado embarazadas.
Para ello, se basan en un calendario pormenorizado que les indica el “momento exacto” en el que el óvulo maduro se encontraba en espera de los espermatozoides.
Esta práctica errónea está respaldada por la falsa creencia de que el acto sexual puede dañar al embrión que, según ellas, se acabó de implantar en el endometrio.
Pero nada más lejos de la verdad.
Si deseas salir embarazada no dejes de tener sexo con tu pareja aun cuando creas que ya concebiste. El sexo no daña al embrión y, dado el caso de que estés equivocada y no estés esperando un hijo, será el sexo que practiques en los próximos días el que te pueda dar la alegría que tanto deseas.
No te obsesiones con tu ciclo menstrual
Obsesionarte con tu ciclo menstrual y grabarte las fechas en tu mente no va a hacer que te quedes embarazada mucho más rápido.
Con el objetivo de aumentar tu fertilidad y las posibilidades de ser madre te recomendamos despejar tu mente.
Dedícate a pensar en lo bien que te sientes, en tu buena salud, tu felicidad, el amor que se tienen tú y tu pareja…, intenta llenar tu cerebro solo con pensamientos positivos y reduce los niveles de estrés que tanto daño te hacen.
Abandona completamente el mal hábito de fumar
Fumar reduce significativamente la oportunidad de lograr y mantener un embarazo.
La exposición al humo, o el consumo directo y prolongado, altera los niveles hormonales en la mujer.
Si quieres tener un hijo cambia radicalmente este mal hábito y evita el consumo de otros tóxicos: bebidas alcohólicas y drogas.
Incrementa el ingreso de folato a tu organismo
El folato, el ácido fólico o vitamina B9 como también se le conoce, es primordial para la formación del feto.
Esta vitamina hidrosoluble, seguramente sabes, previene las deformaciones placentarias, el aborto, y las malformaciones en el bebé, por solo citar algunos ejemplos.
Quizás desconozcas que los altos niveles de ácido fólico en el cuerpo femenino también ayudan a aumentar la fertilidad.
En caso de que pretendas quedar embaraza en los próximos meses comienza, desde este minuto, a ingerir una dieta rica en folato.
Te recomendamos comer más cantidad de:
- Acelgas
- Guisantes
- Espinacas
- Judías
- Apio
- Col
- Frutos secos
- Garbanzos
- Escarola
- Hígado
- Maníes
- Pescado azul
- Lechuga
- Lentejas
Controla tu peso corporal
Tanto la obesidad como la desnutrición ponen límites al sueño de ser madre. Controla tu peso comiendo de manera sana y realizando ejercicios físicos para que muy pronto, logres cumplir tu sueño.
No esperes a ser mayor para decidir ser madre
A pesar de que teniendo 40, 45 años, o incluso más, puedes salir embarazada, se sabe que a medida que las mujeres envejecen se vuelven menos fértiles.
Intenta planificar tu embarazo antes de los 35 años, cuando todavía tu período fértil no ha comenzado a declinar.
No te conformes y busca ayuda especializada
A pesar de que el sueño de convertirte en mamá no debe obsesionarte, tampoco debes darle tiempo al tiempo y pensar: “Si no fue ahora, quizás el próximo mes…”.
No te conformes con el destino que la vida te está dando. Busca ayuda especializada para conocer si tu infertilidad se debe a trastornos en tu sistema reproductor: ovarios, endometrio, hormonas, útero…, y, dado el caso, sométete a tratamiento.