¿Cómo debe ser la alimentación durante la lactancia?
La lactancia es el primer periodo de la vida, que comprende varios meses, durante los cuales el recién nacido se alimenta única y exclusivamente de leche. En este periodo tienen que tratarse las necesidades de la madre y del bebé por separado. En este artículo veremos cómo debe ser la alimentación de la madre durante la lactancia.
Alimentación de la madre durante la lactancia
Durante la lactancia, las necesidades de la mujer son superiores a las requeridas durante la gestación. Se supone que parte de las necesidades energéticas adicionales que conlleva la producción de leche durante los primeros meses de lactancia se satisfacen con las reservas de grasa acumuladas durante el embarazo.
Una buena lactancia se debe preparar desde el embarazo, tanto desde el punto de vista nutritivo, como psicológico. La OMS (Organización Mundial de la Salud) y numerosos artículos llevan varias décadas recalcando los beneficios que aporta la lactancia tanto al bebé como a la madre.
Requerimientos nutricionales de la mujer lactante
Requerimientos energéticos
Las calorías durante el embarazo deben ser aumentadas, ya que producir un litro de leche cuesta unas 700 kcal y , aunque esta no es la cantidad diaria requerida, se recomienda que el consumo energético de la mujer aumente en 500 kcal al día respecto al de antes del embarazo.
Hidratos de carbono
Los hidratos de carbono deben tomarse en cantidad suficiente para aumentar el consumo energético. Se aconsejan unos 350 g al día, evitando los azúcares simples.
Grasas
En cuanto a los lípidos, la recomendación es en torno a los 90 g al día, y deben provenir de alimentos que aporten ácidos grasos esenciales, como el pescado o el aceite de oliva virgen, ya que la leche materna es muy rica en ellos.
Proteínas
Las proteínas deben ingerirse en una cantidad superior a la consumida durante el embarazo: aproximadamente, 100-110 gramos al día.
Minerales
El calcio, que era un elemento mineral imprescindible para la formación de los huesos del feto durante el embarazo, durante la lactancia es esencial para la producción de leche. Por ello, se requiere una cantidad similar.
Una alimentación variada y equilibrada proporciona suficiente fósforo. Por el contrario, en el caso del hierro, la madre tiene que seguir esforzándose en tomar alimentos ricos en él, ya que la cantidad de hierro en la leche es directamente proporcional a la de la alimentación materna.
El bebé utiliza durante la lactancia, principalmente, el hierro que ha acumulado en la etapa fetal. No obstante, la proporción de hierro que aporta la leche de la madre puede ayudar, en caso de que las reservas del feto sean insuficientes.
Vitaminas
En el periodo de lactancia, aumentan las necesidades, tanto de vitaminas hidrosolubles como de liposolubles. Para satisfacer estos requerimientos, es conveniente una alimentación muy variada que incluya:
- Lácteos (vitaminas A y D).
- Fruta y verduras frescas (vitamina C y provitamina A).
- Carnes, cereales integrales, frutos secos, legumbres (vitaminas del grupo B).
Agua
Durante la lactancia, la mujer produce leche, cuyo componente mayoritario es el agua. Por lo tanto, la ingestión de líquidos es importante: debe aumentar respecto al periodo de gestación, al menos, medio litro a tres cuartos de litro al día.
No es imprescindible aumentar la ingesta a base de agua, sino que también puede hacerse tomando leche, infusiones no excitantes (manzanilla, por ejemplo), caldos vegetales caseros, sopas, etc. Hay que evitar el café y té fuertes, las bebidas con cola y, sobre todo, el alcohol.
¿Hay alimentos que evitar en la alimentación durante la lactancia?
En general, no hay ningún alimento que se debe eliminar por completo, sino disminuir su ingesta como:
- Pescado azul, sobre todo pez espada, atún rojo, tiburón y lucio, por la cantidad de mercurio.
- Cafeína, alcohol y chocolate negro, por ser estimulantes.
- Dulces y alimentos ultraprocesados, ya que no son saludables.
Algunos alimentos cambian el sabor de la leche (ajos, cebollas, espárragos, alcachofas, especias, etc.), pero no hacen que el bebé coma más o menos. Si después de comer cierto alimento el bebé se pone nervioso al pecho y quiere mamar, ya sabes que no le gusta y, si quieres, puedes evitarlo.
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- Alimentación y nutrición. Ediciones Roble, S.L
- Cervera, P., Clapés, J., & Rigolfas, R. (2001). Alimentación. McGraw-Hill. Interamericana.
- Del Ciampo, L. A., & Del Ciampo, I. (2018). Breastfeeding and the Benefits of Lactation for Women's Health. Aleitamento materno e seus benefícios para a saúde da mulher. Revista brasileira de ginecologia e obstetricia : revista da Federacao Brasileira das Sociedades de Ginecologia e Obstetricia, 40(6), 354–359. doi:10.1055/s-0038-1657766