Ayuda a tus hijos a entender y gestionar la decepción

Ayuda a tu hijo a que aprenda no solo a gestionar, sino también a entender los sentimientos de decepción que se generan en su interior.
Ayuda a tus hijos a entender y gestionar la decepción
María José Roldán

Escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 29 abril, 2021

Una cosa es solo gestionar la decepción y otra muy distinta es también entenderla. Los niños pueden aprender a gestionarla de manera automática, pero sin entenderla no estarán creando un cambio interno real. Por eso, es importante que aprender a ayudar a tus hijos a entender y gestionar la decepción.

Como padres, es natural que intentemos que los niños no sufran ni padezcan; evitamos que se frustren o que se decepcionen pensando que es por su bien, pero en realidad les estamos haciendo un flaco favor. Es necesario que los niños entiendan cuáles son las causas de la decepción y cómo se pueden enfrentar a ella.

La decepción

Para que tu hijo entienda la decepción, primero tendrá que sentirla. Entender que es el resultado de cuando queremos que suceda algo, pero no ocurre. Un deseo interno no se satisface y, por tanto, nos decepcionamos.

Niño llorando porque sufre depresión infantil.

En muchas ocasiones esta decepción viene acompañada de enfado, ira… La vida puede contener muchas decepciones y es necesario saberlo para poder hacerle frente y seguir hacia adelante. Los adultos esto lo sabemos bien, pero en los niños quizá sea más complicado poder entenderlo para posteriormente, gestionarlo.

Los más pequeños se pueden frustrar por cosas simples, como tener que irse a casa del parque porque ha empezado a llover. Por eso es tan importante que aprendan las herramientas necesarias para superar una situación que les decepciona. Así, confiarán más en sí mismos y, aunque sientan decepción en un momento determinado, podrán gestionarla mucho mejor.

Un adolescente que no ha trabajado en su infancia esta tolerancia a la frustración y a las decepciones será un adolescente que tire la toalla demasiado rápido, que no quiera probar cosas nuevas por miedo a equivocarse o al qué dirán de los demás. Siempre tendrá en su interior una sensación de fracaso constante que deteriorará su autoestima y le hará sentirse como una persona incompetente e inútil.

Todo esto puede hacer que acabe cayendo en el pozo oscuro de la depresión y la autocompasión. Un pozo peligroso del cual es muy difícil salir.

El papel de los padres

Es fundamental que los padres sean conscientes de todo esto y que trabajen desde la infancia lo que le ocurre al niño y cómo afronta las situaciones que le ocurren y le decepcionan. Es importante que los padres sean sus guías y le enseñen que todos problemas tienen diferentes soluciones; solo hay que aprender a mirar con perspectiva.

Cuando un niño se siente bloqueado ante una situación que le decepciona, el padre o la madre le debe ayudar a entender su emoción. Saber qué siente y por qué se siente así, a entender la decepción que tiene en su interior.

Solo será a partir de este momento de entendimiento cuando el niño estará preparado para gestionar de una manera más eficaz y a través de su propio entendimiento ese sentimiento de decepción. Será capaz de dominar la emoción gracias a que la entiende y no se dejará llevar por los arranques de ira.

¿Cómo ayudarle a entender y a gestionar la decepción?

Niña asomada en la ventana triste porque no para de quejarse.

Para que tu pequeño sea capaz de entender y saber cómo gestionar la situación que le está causando la decepción y esos sentimientos intensos en su interior, ten en cuenta lo siguiente:

  • Hazle entender la emoción que siente.
  • Valora sus emociones, acepta y dile que le entiendes.
  • Dale una opción de control ante la situación. Por ejemplo, si tiene que irse del parque porque llueve, pregúntale qué le parecería en casa una tarde de juegos en familia.
  • Muestra a tu hijo que es capaz de ayudarse a sí mismo y a los demás, y enséñale cómo hacerlo. Por ejemplo, realizar actos desenterrados por otros le ayudará a poner sus propios conflictos internos en perspectiva. Empezará a nacer en ellos la resiliencia.
  • No “arregles” el problema al instante. Contén el impulso de que tu hijo no se decepcione y permite que lo resuelva por sí solo. Si no puede, ofrece tu ayuda como guía no como salvador.

Con estos consejos tus hijos aprenderán a entender lo que es la decepción, las emociones que le hace sentir y por qué. Pero lo más importante, aprenderán a mirar dentro de sí mismos para encontrar las soluciones necesarias que les ayudarán a sentirse mejor.


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  • García, T. (2020) ¿Qué necesito cuando me enfado? Editorial: Beascoa.

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