Alimentación y acné: lo que comes también es importante
¿Has escuchado alguna vez que el chocolate produce granos? Lo cierto es que numerosas investigaciones científicas han relacionado la alimentación y acné. Aunque no sea una de las causas, sí que repercute en su evolución.
¿Qué es el acné?
Es una enfermedad crónica caracterizada por la inflamación de los folículos de la piel. Se manifiesta mediante la acumulación de sebo estimulada por los andrógenos. También puede acumularse queratina, lo que genera un taponamiento. A pesar de que estén implicadas las hormonas, se produce por multiples causas como:
- La genética.
- La alimentación.
- Una bacteria conocida como cutibacterium acnes.
Suele aparecer en la adolescencia, aunque es frecuente en mujeres, especialmente aquellas que tienen ovarios poliquísticos.
Alimentación y acné: ¿qué alimentos están desaconsejados?
Principalmente, todos aquellos con alto índice glucémico. Es la capacidad de los alimentos de incrementar los valores de glucosa en sangre. Cuanto mayor sea la velocidad y, por tanto, la cantidad de azúcares, más alto es el índice glucémico. Por eso, es recomendable evitar los dulces, la bollería (incluidas las galletas) y el chocolate blanco y con leche, así como los cereales refinados (arroz, pasta y pan).
Tampoco se recomiendan los refrescos, las bebidas energéticas, y tendrías que limitar al máximo el azúcar añadido al café, a las infusiones, al té y al yogur.
Además, se aconseja reducir el consumo de lácteos, especialmente de leche. El motivo principal es que dichos alimentos incrementan el IGF-1 (factor de crecimiento de la insulina). Es una hormona implicada en la síntesis de los andrógenos y la producción de sebo. Además, la leche también contiene otras hormonas androgénicas.
¿Qué se puede comer para reducir la aparición de granos?
Dado que se trata de una inflamación, la dieta más aconsejada es aquella basada en alimentos de origen vegetal. También es aconsejable fomentar el consumo de pescado azul y de grasas de calidad, como el aceite de oliva virgen, los frutos secos, el aguacate y las semillas. En conjunto, aportan gran cantidad de antioxidantes, fibra y grasas antiinflamatorias.
Otros alimentos de calidad recomendados son las legumbres, los huevos y los cereales integrales. Es importante mencionar que el cacao puro o el chocolate con un alto porcentaje de cacao (> 75 %) sí pueden consumirse.
Como es una enfermedad que afecta a la piel conviene tenerla bien hidratada. Puedes hacerlo bebiendo agua e infusiones a diario. Incluso, te aconsejamos que incorpores frutas y verduras de colores vivos, por su alto contenido en vitamina A.
En conclusión, es cuestión de seguir una alimentación saludable y acudir a un dermatólogo y ginecólogo para que evalúe tu caso o el de tu hijo. Así, podrá asesorarte acerca de otros tratamientos, especialmente si es por un problema hormonal.
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