A mi hijo le sangra mucho la nariz, ¿qué debo hacer?

A mi hijo le sangra mucho la nariz. Si esta es una de tus preocupaciones, este artículo despejará todas tus dudas.
A mi hijo le sangra mucho la nariz, ¿qué debo hacer?

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 19 febrero, 2019

Las consultas pediátricas suelen tener a papás y mamás preocupados: “a mi hijo le sangra mucho la nariz, ¿es grave?”  Aunque la sangre siempre es motivo de sobresalto, en este caso, no debe ser causa de alarma.

Los niños hasta los 10 años suelen tener episodios de sangrados nasales. La frecuencia puede llegar a 2 o 3 veces por semana y, aunque impresiona mucho, normalmente no indica ninguna patología. Debes saber que, en ocasiones, la sangre puede provenir de la parte trasera de la nariz, llegando a tragarla y produciendo vómitos.

¿Por qué a mi hijo le sangra mucho la nariz?

Existen varios motivos por los que los niños pueden sangrar por la nariz y estos son algunos de los más comunes:

Alergias o resfriados. Cuando esto sucede, las fosas nasales se inflaman y se irritan, lo que puede ocasionar que los vasos de la nariz se dilaten y se puedan romper, generando un sangrado de leve a moderado.

Golpes. Durante los juegos de los niños es factible que reciban un balonazo o alguna patada de forma accidental y que su delicada nariz sangre. Ocurre lo mismo cuando se meten algún objeto o los dedos en las fosas nasales; pueden llegar a hacerse alguna herida.

Ambientes demasiado secos. Si vives en una zona con un clima demasiado seco, debes tener en cuenta que las vías respiratorias pueden resecarse y hacer que se tenga más propensión a los sangrados. Si este es tu caso, ten en casa un humidificador, esto le será de gran ayuda.

Inhalación de productos tóxicos. Aquí ya debemos tener más cuidado puesto que los tóxicos no solo podrían hacerlo sangrar, sino también irritar su sistema respiratorio. Mantén a los niños alejados cuando limpies con productos abrasivos y ten la precaución de no dejar a su alcance la lejía, el detergente, los limpiadores, etc.

A mi hijo le sangra mucho la nariz. ¿Qué debo hacer?

Otros aspectos a tener en cuenta

  • Si tienes claro que a tu hijo le sangra mucho la nariz, conviene descartar cualquier problema anatómico. Esto podría estar entorpeciendo las funciones correctas.
  • También puede darse algún tipo de malformación o pólipos, generalmente de origen benigno y que deben tratarse de manera inmediata. Así se evitan posibles complicaciones y que los sangrados cesen.
  • Otra cosa que hay que revisar es la coagulación sanguínea. Hay enfermedades que alteran esta condición de la sangre y también algunos medicamentos que pueden afectar, provocando un sangrado en vías nasales.

¿Qué puedo hacer si a mi hijo le sangra mucho la nariz?

  • Ya has visto que no suele ser algo de lo que nos debamos preocupar, por ello, mantén la calma para evitar que él se asuste.
  • De pie o sentado, inclina la cabeza del niño ligeramente hacia delante e invítalo a que se suene delicadamente.
  • Durante 10 minutos, mantén presionada la parte blanda de la nariz, justo en la mitad. Después de ese tiempo, suéltala. Repite una vez más si el sangrado no se ha detenido.
  • Si después de esta maniobra el sangrado continúa, acude a un centro de salud cercano.

A mi hijo le sangra mucho la nariz. ¿Cuándo debo ir al médico?

Existen algunas consideraciones por las que sí convendría llevar a tu hijo al pediatra ante un sangrado nasal.

A mi hijo le sangra mucho la nariz. ¿Qué debo hacer?
  • Si pierde mucha sangre y, tras la maniobra explicada anteriormente, este no cesa.
  • Cuando vomita algo más que sangre y tose demasiado.
  • Si tu hijo pierde el conocimiento o está pálido y sudoroso.
  • También puede que uno de sus vasos sanguíneos sea muy pequeño y se rompa con facilidad. De ser así, el médico puede detener el sangrado con nitrato de plata.

Como ves, las causas son bastante comunes: gripes, alergias, golpes y la propensión de algunos peques a meterse objetos en la nariz. Conviene que lo tengas claro y que intentes transmitirle que no hay nada por qué asustarse y que siempre podrás ayudarle a sentirse mejor.


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