Los zumos en la dieta del bebé: todo lo que debes saber
Hay que tener cierto cuidado al introducir los zumos en la dieta del bebé. Estos productos cuentan con una gran cantidad de azúcar en su interior, lo que podría resultar perjudicial para un metabolismo todavía en desarrollo. Por eso, siempre resulta una mejor idea ofrecer la fruta al natural, ya que es un alimento mucho más completo.
Es importante destacar que hasta los 6 meses la lactancia materna ha de ser el método de alimentación exclusivo. A partir de aquí, se pueden comenzar a introducir algunos sólidos para completar los requerimientos nutricionales, pero siempre se ha de apostar por la inclusión de alimentos frescos y de calidad.
Los zumos cuentan con mucho azúcar en su interior
El principal problema de los zumos es que concentran los azúcares simples de la fruta y desechan otros elementos importantes como la fibra. Esto genera problemas a nivel metabólico a medio plazo, sobre todo cuando se consumen en exceso. Incluso, se ha llegado a vincular la ingesta excesiva de fructosa libre con un mayor riesgo de desarrollar problemas hepáticos, según un estudio publicado en Journal of Hepatology.
De este modo, resulta una mejor opción ofrecer una pieza de fruta entera. Es posible triturarla en el caso de servirla para los bebés más pequeños para facilitar su deglución. En este caso, se produce una destrucción mecánica de las fibras, pero igual ejercen parte de su efecto a la hora de retrasar la absorción de la glucosa y su entrada en el torrente sanguíneo. Las papillas de frutas también se consideran buenas alternativas.
Ahora bien, no solo es preciso limitar el aporte de zumos en la dieta del bebé, sino que hay que tener especial cuidado cuando hablamos de las variedades industriales de los mismos. Se trata de bebidas equiparables en calidad a los refrescos y que han demostrado promocionar la obesidad y la diabetes.
¿Cómo asegurar el aporte de antioxidantes y de vitaminas?
A pesar de la problemática de la introducción de zumos en la dieta del bebé, hay que considerar que estos resultan una buena fuente de vitaminas y de muchos antioxidantes. Para evitar un déficit de ambos elementos se aconseja priorizar la presencia de frutas y verduras en la alimentación de los más pequeños. De todos modos, el método más sencillo para ofrecer estos productos es mediante papillas y purés.
Los sólidos triturados apenas generan rechazos por parte del niño. Además, se pueden combinar muchas verduras y frutas distintas y conseguir así un resultado final de elevada densidad nutricional. Con estas mezclas no se pondrá en riesgo la salud metabólica, ya que no se experimentarán alteraciones significativas de las glucemias sanguíneas.
No obstante, a día de hoy se recomienda que se le ofrezcan ciertos alimentos enteros al bebé para que los manipule y se familiarice con sus características organolépticas. Esta técnica podría reducir los rechazos alimentarios en un futuro y mejorar la calidad de la dieta a medio plazo. Obviamente, hay que supervisar a los bebés mientras manipulan los alimentos y puede ser preciso adaptar su tamaño a las circunstancias.
La mejor bebida es el agua
Cuando de asegurar un buen estado de hidratación se trata, la mejor bebida es el agua. No hay por qué incluir zumos con este objetivo en la dieta del bebé. Otra opción es ofrecerle leche, tanto materna como de vaca. Ambos productos cuentan con una proporción significativa de agua y de sales en su interior, por lo que resultan perfectos para evitar desequilibrios hidroelectrolíticos.
Esto no quita que puntualmente se pueda introducir un zumo en la dieta del bebé. De todos modos, lo mejor es que estos productos no formen parte de la pauta habitual. Así, se previenen patologías metabólicas y otras relacionadas con la composición corporal.
Cuidado con los zumos en la dieta del bebé
Como has podido comprobar, existen mejores opciones antes de introducir los zumos en la dieta del bebé. Estos pueden aparecer ocasionalmente en la pauta, pero siempre es recomendable priorizar las papillas y los purés, ya que así se aprovechan la fibra y todos los nutrientes del alimento.
Ten en cuenta que una de las bases de la dieta saludable es la variedad. Por ello, te aconsejamos que introduzcas muchas frutas distintas en la pauta nutricional durante las primeras etapas de la vida para que el niño se acostumbre a su sabor.
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