El perfeccionismo puede provocar bastante malestar en los niños, por eso te daremos ciertas estrategias para ayudarlos.
Como figuras adultas debemos preguntarnos qué expectativas y exigencias se tienen sobre los niños.
Es importante reflexionar sobre lo que reconocemos o destacamos de nuestros hijos, evitando que se obsesionen con sus cualidades.
Debemos plantear preguntas acerca de cómo lo vivió y destacar lo importante que es el esfuerzo, más allá del resultado.
Cuando el resultado no es el esperado, lo mejor es permitir que nuestros niños se expresen y validar lo que sienten.
Por último, en una sociedad que alienta la competencia, los padres debemos ser guías y apoyo sin caer en la hiperexigencia.
Además, te mostraremos cómo prevenir el miedo al fracaso en nuestros hijos: