Yo también lo hago: le canto a mi bebé

Yo también lo hago: le canto a mi bebé
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 11 diciembre, 2020

El canto de una nana, esa melodía que una madre evoca a media voz y entre susurros con su hijo en brazos tiene notables beneficios en el desarrollo cerebral y emocional del bebé. Algo que se ha hecho desde siempre de forma casi instintiva, encierra un propósito y una razón de ser maravillosa.

Admitámoslo…. ¿quién no lo ha hecho alguna vez? Tanto mamá como papá lo hacen a menudo mientras mecen al niño, cantan en voz muy bajita, casi indefinible, alguna melodía quizá inventada, palabras al azar con un ritmo y una cadencia que casi por obra de magia, acaba tranquilizando al bebé y sumiéndolo en un sueño tranquilo y descansado.

No es magia, en realidad el canto es un estímulo auditivo con múltiples implicaciones en la propia maduración auditiva y del lenguaje de un niño pequeño. Hoy en “Eres Mamá” te hablamos de ello.

El canto: un alimento poderoso para el cerebro del niño

Que la música relaja es algo que todos sabemos, sin embargo… ¿puede un bebé entender de música, de letras, notas, tiempos, silencios y melodías?

En realidad no, pero no podemos olvidar que el cerebro humano también tiene esa área encargada de procesar y entender los estímulos musicales, de hecho, hay muchos estudios que nos explican la íntima relación entre el temprano aprendizaje musical y una adecuada competencia en el área de las matemáticas.

No obstante, vayamos por pasos. Hablemos de esas nanas y de esos cantos que a menudo, evocamos de forma automática cuando tenemos al bebé en brazo o le estamos dando el pecho o el biberón.

¿De verdad puede ser tan beneficioso para el cerebro del niño el que le cantemos? Desde luego, y estas son las razones.

El canto les relaja

Una voz relajada, sin diferencias en el tono y que sabe transmitir calma y afecto en su entonación, relaja. Si la voz de mamá es de por sí un estímulo significativo para un niño, no nos puede extrañar el que una canción de nana o una simple canción actúe del mismo modo: aplacando llantos, aliviando miedos y  transmitiendo afectos.

Una mejor conexión emocional

En una situación de estrés, cuando el bebé está molesto, inquieto o ha iniciado un llanto muy intenso, no dudes en hacerlo, en cantarle a media voz, de forma relajada.

Las emociones negativas se apaciguan con el sonido de la música o el de una canción, favoreciendo una conexión de alivio y de calma.

Mejoramos la autoestima del bebé

¿De qué manera ayuda el que le cantemos a un niño con el desarrollo de su autoestima? De una forma muy interesante a la vez que maravillosa:

  • El canto establece una conexión auditiva y visual entre la madre y el hijo.
  • Ese instante de atención mutua que tanto capta el interés del bebé, propicia el que se sienta atendido. Esa voz va dirigida a él, ese canto le hace sentir bien y por tanto se siente protegido y reconfortado.
  • Todo ello favorece su autoestima y ante todo, el que su cerebro se sienta relajado, libre de ese estrés que por ejemplo, genera el miedo o la sensación de abandono.

Desarrollo del lenguaje

El canto se caracteriza por tener un tono, un ritmo y unas palabras que se articulan de un modo más lento y significativo. Si ya de por sí cada cosa que le decimos al bebé en cada momento va asentado su desarrollo del lenguaje, el canto también genera también una estimulación maravillosa.

Este tipo de cadencia musical favorece la creación de nuevas conexiones neuronales en esa área cerebral que no solo propicia el despertar del lenguaje, sino también la lógica y las matemáticas.

Mejoramos su alimentación

Curioso pero cierto. Cuando decimos que también nosotros le cantamos a nuestro bebé, quien nos escucha nos visualiza al instante cantando una canción de cuna para que el niño se duerma. Sin embargo, el instante en que más hacemos uso de las canciones es durante la alimentación.

Ya sea mientras le damos el pecho o el biberón, es común canturrear alguna melodía, tradicional, actual o incluso inventada. Es algo casi automático, natural en muchas madres y padres, porque de este modo, relajamos y conectamos con el niño para orientarlo hacia lo que es importante: la alimentación.

el canto al bebé

 

Para concluir, si alguna vez te has sorprendido a ti mismo/a cantando a tu bebé, desafinando pero enfrascado en esa canción amable, dulce y que arranca sonrisas a tu niño, no te sorprendas. Cuando somos padres nuestro cerebro cambia y emerge ese sexto sentido de la crianza, ahí donde cosas tan simples como mecerlos, imitar sus balbuceos, cantarles o hablar mediante gestos expresivos favorece su desarrollo de forma increíble.


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