Síntomas de la dermatitis atópica infantil
La dermatitis atópica es una enfermedad que sufren muchos niños y niñas desde bebés. Se trata de una enfermedad de la piel que suele aparecer en la cara y el cuerpo de bebés, niños y adultos. Una enfermedad incómoda que les suele producir picor y mucha desazón.
Las personas que padecen dermatitis atópica sufren anomalías y lesiones en su piel que producen un incómodo prurito. Vamos a intentar buscar en este artículo los síntomas de la dermatitis atópica que afecta en la actualidad a muchos bebés y niños pequeños.
El origen de la dermatitis atópica
Aunque cada vez es más común, los dermatólogos todavía no han encontrado cuál es el origen de la dermatitis atópica. No obstante, sí se sabe que existen una serie de factores que pueden influir en la aparición de esta enfermedad de la piel:
- Si alguno de los padres tiene asma, dermatitis atópica o fiebre del heno los niños tendrán más probabilidades de tener dermatitis atópica.
- Cuanto mayor sea la madre en el momento de dar a luz a su hijo, el riesgo de desarrollar dermatitis atópica aumenta.
- Los ambientes fríos ylas ciudades con contaminación también tienen muchos pacientes con dermatitis atópica.
- También se relaciona con las alergias alimentarias, el tabaco, tejidos con la lana y el nylon, el polvo…
Síntomas de la dermatitis atópica
La dermatitis puede aparecer ya en los primeros meses de vida de algunos bebés. Los padres encontrarán en su cuerpo lesiones rojas, exudativas o costrosas en la cara, el cuero cabelludo, en la zona de los pañales, en las manos, los brazos, los pies o las piernas.
Normalmente la dermatitis suele desaparecer a los 3 o 4 años de edad pero puede volver a manifestarse a lo largo de la infancia y desarrollarse más adelante. También la dermatitis atópica puede desaparecer para siempre y que los niños no vuelvan a sufrir esta incómoda enfermedad.
Los síntomas suelen ser p rurito muy intenso y prolongado que molesta mucho a los bebés y los niños. También se pueden encontrar diversas lesiones que se distribuyen de manera característica, invadiendo cara, cuello y la parte superior del tronco. También pueden desarrollarse en los pliegues de los codos y las rodillas.
La dermatitis atópica según la edad
La dermatitis atópica del lactante suele empezar sobre los cinco meses de vida. Los lactantes pueden tener lesiones de eccema seborreico que, poco a poco, pueden evolucionar hasta convertirse en una dermatitis. También puede desaparecer definitivamente.
La dermatitis del lactante suele ubicarse en la cara, excepto en el área que rodea los ojos, la boca y la nariz. También puede aparecer en las orejas, el dorso de las manos o el cuero cabelludo. El prurito permanece de forma constante siendo muy molesto para el bebé que suele entrar en un estado de nerviosismo constante.
La dermatitis átopica infantil suele comenzar alrededor de los dos años y suele durar hasta los 7 años o seguir hasta la pubertad. Las lesiones son frecuentes en los codos y las rodillas, aunque también se pueden manifestar en otras zonas del cuerpo. Como en la del lactante muchas veces también puede desaparecer y que el niño no vuelva a sufrir la enfermedad.
Muchos de los niños que han sufrido dermatitis atópica en la infancia siguen teniendo la enfermedad en la edad adulta y tienen que seguir un tratamiento médico de por vida.
Prevención de la dermatitis
Como no se conocen hasta el momento las causas, es complicado prevenir la enfermedad. Lo único que se puede hacer es modificar algunos hábitos en los niños como por ejemplo intentar alejarse del humo del tabaco siempre que sea posible o cuidar las prendas de ropa que usa el niño para vestir evitando las prendas de lana y nylon e intentando que sean de algodón.
También puede ser una buena idea es evitar los climas húmedos y fríos y las ciudades cargadas de contaminación. Los climas secos y cálidos sin embargo benefician a los pacientes con dermatitis atópica ya sean adultos o niños.
Si creemos que nuestro hijo o hija puede tener la enfermedad deberemos llevarle al pediatra para que si lo considera nos derive al especialista lo antes posible. Existen varios tratamientos médicos para mejorar la calidad de vida desde corticoides a terapias con antihistamínicos orales. Cuanto antes le pongamos remedio, los niños sufrirán menos sus incómodos síntomas.