Síndrome de las piernas inquietas: causas y tratamiento
El síndrome de las piernas inquietas es un padecimiento de origen neurológico que provoca molestias en los miembros inferiores del cuerpo en momentos de reposo. Este trastorno recibe también el nombre de enfermedad de Willis-Ekbom y afecta a un 3 % de la población.
El intenso malestar del síndrome de las piernas inquietas impide un descanso adecuado. Por el contrario, la sensación de molestia se alivia realizando algún movimiento o caminando.
Causas y características del síndrome de las piernas inquietas
La necesidad de mover las piernas estando en reposo es el principal signo de esta enfermedad. Si bien es más frecuente a partir de los cuarenta años, puede presentarse a cualquier edad. Tampoco distingue sexos, ya que hombres como mujeres pueden padecerla.
Por otra parte, existe una población más propensa a experimentar este malestar. El 20 % de quienes poseen el síndrome encuentran su causa en factores como la anemia, el estar transitando el último trimestre de embarazo, o como respuesta a ciertos fármacos, entre otros.
Como causa concreta, se distingue una alteración en las funciones de la dopamina. El mal accionar de este neurotransmisor en el sistema nervioso afecta directamente la motricidad de las personas. Sobre todo, en quienes ven disminuidos sus niveles de hierro, principal alimento de la dopamina.
Síntomas del síndrome de las piernas inquietas
La fuerte molestia en las piernas suele aparecer después de un período considerable de reposo. Puede ocurrir después de un viaje en automóvil, en avión, o simplemente tras estar una hora y media sentado en el cine.
Las piernas comienzan a ser recorridas por un profundo cosquilleo, como si burbujas de aire fluyeran en el interior. La necesidad de poner las piernas en movimiento se hace, entonces, urgente. Estirarse, caminar, o incluso el simple acto de sacudir las extremidades, alivia la tensión.
La principal característica del síndrome de las piernas inquietas es que se intensifica por la noche. Es por este motivo que suele asociarse esta enfermedad a otra denominada “movimiento periódico de las extremidades durante el sueño”, que consiste en espasmos y sacudidas al dormir.
¿Cómo se diagnostica el síndrome de las piernas inquietas?
En base a la historia clínica, el médico procede a realizar preguntas de rutina asociadas a los síntomas típicos de esta enfermedad. Se trata de un protocolo establecido por el Grupo Internacional de Estudio sobre el síndrome de las piernas inquietas.
Si la sintomatología coincide con la expuesta en el subtítulo anterior, se proceden a los estudios puntuales del trastorno. Por una parte, se realiza un análisis físico integral; por la otra, una evaluación neurológica y una sanguínea.
El análisis de sangre debe hacer hincapié en los niveles de ferritina y hierro del paciente. A su vez, se realiza una polisomnografía nocturna, a fin de determinar la actividad durante el sueño, junto con el test de inmovilización. De este modo, se obtiene un cuadro de la calidad del sueño de los pacientes.
También, el médico deberá descartar posibles lesiones en los nervios periféricos y raíces de las piernas. Esto se analiza mediante electromiografías y estudios de conducción nerviosa.
Aspectos relevantes a analizar
Al consultar la historia clínica, se pueden saber datos relevantes, como la presencia del síndrome de piernas inquietas en miembros de la familia. La predisposición familiar es una causa importante a la hora de contraer este trastorno.
Por último, para realizar un diagnóstico, el médico debe conocer el grado de respuesta al fármaco dopaminérgico, empleado en el tratamiento. Asimismo, debe evaluar si la enfermedad se presenta estable o en evolución.
Tratamiento del síndrome de las piernas inquietas
El tratamiento adecuado dependerá del diagnóstico concreto. Una persona con hierro deficiente que padece síndrome de las piernas inquietas, probablemente solo necesite suplementos orales o por vía intravenosa de ferratina y hierro.
A grandes rasgos, este trastorno puede recibir tratamientos naturales o tratamiento con medicamentos. En el último caso, ciertos fármacos que aumentan el nivel de dopamina se emplean para aliviar el síntoma.
Los suplementos de hierro y calcio son típicos para aliviar las molestias. Otro elemento que puede estar presente en el tratamiento es el relajante muscular. Así pues, hay que tener muy en cuenta que estos productos están contraindicados en el embarazo.
En cuanto a remedios naturales y caseros, se puede recurrir a masajes, ejercicios diarios, compresas frías… Los ejercicios como el yoga o pilates favorecen la disminución del malestar. En cuanto a la alimentación, deben evitarse sobre todo la cafeína, el alcohol y el tabaco.
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- Francisco Aguilar Rebolledo. Medigraphic. (2007). Síndrome de las piernas inquietas, estudio clínico. Extraído de: http://www.medigraphic.com/pdfs/plasticidad/prn-2007/prn071_2d.pdf
- Sociedad española del sueño. Síndrome de las piernas inquietas. Extraído de: http://www.ses.org.es/docs/guias-spi.pdf