Cómo se trata la leucemia en niños

Cómo se trata la leucemia en niños
María José Roldán

Escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 30 abril, 2020

Existen algunas señales de leucemia en niños que se deben tener en cuenta para saber si verdaderamente un niño está padeciendo esta enfermedad. No es fácil de detectar pero es vital hacerlo por lo que si crees que tu hijo/a puede tener leucemia deberás acudir inmediatamente al hospital para que le hagan las pruebas pertinentes y así poder iniciar un tratamiento cuanto antes.

Cómo se diagnostica la leucemia

Que existan algunas señales de leucemia en niños no significa que el niño lo padezca. La leucemia se diagnosticará a través de las pruebas pertinentes, como una prueba de la médula ósea.

La prueba se lleva a cabo mediante la obtención de muestras de la médula ósea y de un hueso de la cadera del niño. A pesar de que el procedimiento parece doloroso, solo requiere de 15 minutos.

Principalmente el proceso comienza cuando la salud del niño continúa deteriorándose sin ninguna razón normal. El pediatra derivará al niño a un oncólogo pediátrico que podría comenzar con varios análisis de sangre para identificar cualquier anormalidad en el número de glóbulos blancos, rojos y en las plaquetas. En caso de que se encuentren resultados inusuales, el oncólogo solo solicitaría la prueba de médula ósea.

¿Cómo se trata la leucemia en los niños?

El tratamiento de la leucemia en niños

El tratamiento primario de la leucemia infantil es la quimioterapia que se administra bien de forma oral o a través de la vena o del líquido cefalorraquídeo. El método de tratamiento se decide basándose en los resultados de las pruebas de sangre del niño con los fármacos administrados y las dosis seleccionadas en consecuencia para ver la evolución.

La salud es la riqueza real y no piezas de oro y plata

-Mahatma Gandhi-

La radioterapia, los trasplantes de células madre y la terapia dirigida son otros tratamientos que se utilizan para la leucemia infantil.

La leucemia puede ser tratada con éxito a través de la quimioterapia que es muy acertada en muchos casos. Un alto porcentaje de los niños pueden acabar el tratamiento sin cáncer, es decir, totalmente curados. La remisión permanente (es decir, que no hay ninguna posibilidad de recaída) se logra en la mayoría de los casos en la leucemia infantil, aunque el diagnóstico precoz sigue siendo importante para obtener buenos resultados en el tratamiento.

Efectos secundarios de los tratamientos

Los niños sufren de varios efectos secundarios debido a la quimioterapia intensiva que pueden hacerles estar débiles y expuestos a otras enfermedades. 

Los efectos secundarios habituales incluyen: mareos, náuseas, vómitos, pérdida de cabello junto con exposición a corto plazo a diversas infecciones y enfermedades. Los médicos suelen administrar tratamiento para cada efecto secundario que aparece mientras se hace la quimioterapia y así paliarlos.

la leucemia en niños

Los tipos de leucemia

Los dos tipos principales de leucemia son: la leucemia aguda y la leucemia crónica entre los niños. La leucemia aguda crece muy rápidamente mientras que la leucemia crónica se desarrolla lentamente.

La leucemia aguda puede clasificarse además en dos tipos en función de qué tipo de glóbulos blancos están siendo afectados. Si las células implicadas son linfocitos, la leucemia aguda se llama leucemia linfoblástica aguda (LLA) y si las células implicadas son mielocitos, la leucemia aguda se denomina leucemia mieloide aguda (LMA). Otros tipos menos comunes de leucemia incluyen la leucemia mielomonocítica juvenil  y la leucemia mielógena crónica.

La leucemia infantil es una enfermedad que puede desarrollarse en niños menores de dos años hasta los diez o posteriores. Es imprescindible que los padres cuando crean que sus hijos están padeciendo esta enfermedad o tenga síntomas extraños, es imprescindible que acudan rápidamente al hospital para recibir un diagnóstico eficaz y precoz, así se podrá tratar cuanto antes. Siempre será el oncólogo quien decida cuál es el mejor tratamiento en cada caso.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.