¿Por qué se ríe cuando le llamas la atención?

¿Por qué se ríe cuando le llamas la atención?
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 27 mayo, 2021

Muchos niños suelen reírse cuando les llaman la atención, pero, más allá de intentar burlarse de sus padres, están tratando de evadir el conflicto. Veamos qué es lo que pasa realmente.

Estás tratando de corregirle una conducta o de llamarle la atención por un mal comportamiento, cuando de pronto sueltan una carcajada que te deja impactado. Seguramente, tu primera reacción será regañarles con más fuerza y exigirles respeto, pero ¿sabías que no está intentando burlarse de ti?

Al contrario de lo que muchas veces creemos, un niño que se ríe durante un regaño no trata de hacer otra cosa que evadir el problema. Se trata de una risa nerviosa que se produce por la falta de conocimiento respecto al manejo de las emociones y de los problemas que se generan a partir de una decisión que tomaron.

Si ves que se ríen porque les estás llamando la atención, solo están demostrando sus nervios

Indudablemente, mamá y papá pueden sentir una profunda frustración porque sienten que no han logrado el objetivo principal que era corregir una situación. Sin embargo, es importante darse cuenta que se suma un reto a estas circunstancias: enseñarles a canalizar este nerviosismo con amor y muchísima paciencia.

Frente a este escenario, lo más importante es que no olvides que tu chiquitín no sabe cómo enfrentar una discusión o asumir la responsabilidad de una mala acción. Simplemente, respira profundo y siéntate junto a él a explicarle por qué eso no está bien y a cómo debe hacerle frente a estos casos.

¿Qué hacer si se ríe cuando le llamas la atención?

Probablemente, pienses que es un tema delicado tanto porque se puede reír de ti, como por el hecho de que suelte una risa con otras personas extrañas (maestros, familiares o algún otro adulto). Lo cierto es que tenemos que empezar a corregir nuestra reacción, antes de exigirles a ellos que no hagan eso.

En este sentido, el primer paso es mantener la calma, ante esta respuesta. Si es necesario, retírate del espacio y reflexiona sobre lo que está sucediendo. Después de esto, regresa con ganas de hablar acerca de lo que acaba de hacer y dale la orientación que haga falta. Quizás te resulte difícil, pero es un paso relevante.

Mantén la calma y no dejes que la frustración te lleve a ser severa con tu hijo

Luego de que hayas dominado este punto, olvídate de las reacciones de enfado o rabia. No es coherente pedirles que controlen la angustia que genera un regaño, si nosotros mismo no sabemos cómo manejar las emociones.

Consejos para mamá

Hablar con firmeza y seriedad es la clave para que logres una buena comunicación.

No entres en este juego por nada del mundo. Si él quiere reclamar algo o hacer hincapié en un asunto, préstale toda la atención que tú misma desearías tener. Por supuesto, si te toca reconocer un error, demuéstrale que puede ser algo sencillo usando palabras llenas de honestidad.

Si no alcanzaste a controlar la ira, simplemente, vuelve a él y dile que lo sientes mucho. Insiste en explicar por qué no está bien reírse cuando le llaman la atención y dales el espacio para que te expliquen las razones que lo llevaron a eso.

No lo abordes mientras estás enfadada, pues de nada sirve reforzar su miedo. El autocontrol es la base para fomentar una disciplina coherente, sin miedo y sin represión. La obediencia no tiene por qué ser sinónimo del sometimiento.

Y, por supuesto, sé flexible, escúchale con paciencia y lleguen a un acuerdo. Si no es algo que se pueda someter a discusión porque representa un peligro o no le conviene por su bienestar, permíteles hablar y pídeles con amor que eso no se repita para protegerse a sí mismo.

¿Cuándo desaparece esta respuesta?

Es evidente que podrías sentirte agobiada por esta reacción de tu retoñito y quisieras pulsar un botón que te permita acabar con este problema. Pero, lo mejor que podrías hacer es ser paciente, guardar la calma y seguir adelante con las recomendaciones que te hemos dado. Si tú evolucionas, él también lo hará.

La paciencia es la clave para fomentar una disciplina adecuada

Ahora bien, si tu bebé apenas tiene uno o dos años y trata de desviar tu atención con un abrazo o un beso, no te asustes, ni sientas que se quiere burlar de ti. A esta edad no conocen cómo manejar sus propias emociones y mucho menos, las de otros. Pero, si superan esa etapa, trabaja para que todo mejore con muchísimo amor y comprensión.

 


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