¿Qué influye en la genética del bebé?

Si vas a tener un niño o una niña y te preguntas qué puede influir en su genética, te lo contamos en este artículo. 

Seguro que tienes curiosidad por saber cómo será tu bebé. ¿Será alto o bajo?, ¿heredará alguna enfermedad familiar?, ¿tendrá ojos azules, verdes o marrones? Las preguntas que nos realizamos antes del nacimiento podrían no tener fin. Ahora bien, ¿qué es lo que realmente influye en la genética del bebé?

Influencias genéticas y ambientales

La expresión ‘genética del bebé’, está determinada por una fórmula que establece lo siguiente:

¿Cómo es eso? La expresión genética, llamada fenotipo (color de ojos, tamaño, peso…), está determinada por factores genéticos, factores ambientales (o del entorno) y por la interacción entre ambos. Sin embargo, hay que entender que el ambiente no puede modificar o alterar de ningún modo la manera en que se expresan algunos genes, como los que tienen que ver con el aspecto físico. Es decir, si la carga genética que aportan los padres determina que el color de los ojos será verde, da lo mismo si el bebé nace en China, Senegal o Argentina. El color de sus ojos será verde.

Sin embargo, algunos genes sí pueden modificarse en el tiempo o por causa del ambiente. Pero no necesariamente se expresan. Entonces, el ambiente influye más en la expresión de algunos genes que moldean la personalidad de nuestro bebé. Algunos genes que pueden predisponer para fumar o consumir alcohol, o para la violencia u otras conductas pueden ser manejados y controlados. Eso sí está directamente influido por el ambiente.

El registro de los genes

La genética del bebé está determinada por ambos padres. Esos genes son los que conformarán la forma de los ojos, de la nariz, de los dedos, el tamaño del pie, el grosor del cabello…. Todo queda registrado ahí. Por otra parte, los cromosomas son los dispositivos de almacenamiento de los genes. 

Generalmente las personas cuentan con 23 pares de cromosomas. Así, el padre aporta la mitad de la carga genética del bebé y la madre la otra mitad. Ahora bien, ¿por qué se parecen más a uno u otro? Cada gen se compone de dos copias, la que proviene de la madre, y la que proviene del padre. Y la característica que finalmente se exprese es la que dominará sobre las otras. Así mismo, señalar que el genoma humano responde también a la energía positiva. 

Desde el portal de salud Medline Plus explican lo siguiente: “Cada cromosoma en un par porta básicamente la misma información, es decir, cada par tiene los mismos genes. Algunas veces, hay ligeras variaciones de estos genes. Estas variaciones se presentan en menos del 1% de la secuencia de ADN. Los genes que tienen estas variaciones se denominan alelos”.

¿De qué color tendrá los ojos?

Durante bastante tiempo se consideró que únicamente dos genes determinaban el color de ojos de la persona. Pero, dado que los avances en la tecnología han permitido profundizar los estudios del genoma humano, ahora se conoce que intervienen por lo menos 8 genes para determinar el color del iris ocular.

Con todo, se sabe que el color marrón es dominante sobre el verde o el azul, y que el verde domina sobre el azul.

Genes dominantes y genes recesivos

Hay que tener en cuenta que existen genes dominantes, por un lado, y genes recesivos, por otro. Los primeros son los más “fuertes”, por lo que suponen mayor probabilidad de determinar ciertas características. Los recesivos, aunque son más débiles, permanecen ahí y, por eso, puede que se manifiesten unas generaciones más adelante.

¿Y el cabello?

El caso del cabello es bastante curioso. Hace algunos años se definieron 12 diferentes genes que intervienen en el color del cabello. Entre todos, cuentan con unas 45 variaciones sobre el color, forma y tipo. El pelo oscuro es un gen dominante y el claro, recesivo. Respecto a los pelirrojos, los progenitores deben tener este gen como recesivo y que esos dos alelos lleven carga de pelirrojo, lo que es poco habitual.

¿Que influye más en la genética del bebé?

El entorno al que se ve expuesto es muy importante para determinar los genes que finalmente llegan a expresarse. Por ejemplo, puede que el niño tenga predisposición genética a ser alto y corpulento, pero si no se alimenta bien durante su infancia, puede que nunca llegue a expresar esos genes.

Entonces, el ambiente tiene la capacidad de favorecer o dificultar que la carga genética del bebé se exprese al máximo de su potencial. Es parte de nuestra labor ayudar a que nuestro bebé disfrute de una vida plena con los genes que le hemos transmitido.