Problemas de sueño en adolescentes

Muchos adolescentes no duermen las horas suficientes y pueden llegar a experimentar problemas de sueño. ¿Es el caso de tu hijo?
Problemas de sueño en adolescentes
Ana Couñago

Escrito y verificado por la psicóloga Ana Couñago.

Última actualización: 27 agosto, 2020

Los problemas de sueño en adolescentes son cada vez más comunes en nuestra sociedad. ¿Cuáles son los problemas o trastornos más frecuentes? ¿Cuáles son las consecuencias? ¿Cómo se pueden prevenir o evitar? A continuación, analizamos y respondemos a estas cuestiones.

Pero antes de abarcar este tema, cabe señalar que, por lo general, los adolescentes necesitan dormir entre 9 y 10 horas diarias, aproximadamente, para tener un desarrollo saludable y equilibrado. De lo contrario, el funcionamiento diurno puede verse gravemente afectado, y puede dar lugar a un sinfín de consecuencias negativas, tanto físicas como psicológicas.

Por tanto, controlar el sueño de los adolescentes no es algo baladí, sino que se trata de un aspecto que hay que cuidar y darle la importancia que se merece.

Problemas de sueño en adolescentes

Según Marián Martínez Martínez y Mónica González Martínez (2014), doctoras en la Unidad de Trastornos del Sueño y Ventilación del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, algunos de los problemas de sueño más comunes entre los adolescentes son los siguientes:

Adolescente desayunando con mucho sueño debido a sus problemas de sueño.
  • Deuda crónica de sueño: consiste en presentar un déficit de sueño acumulado por no dormir lo suficiente a lo largo de la semana.
  • Insomnio: se muestran, con frecuencia, dificultades para conciliar el sueño y mantenerlo, además de falta de sueño reparador, despertar precoz o sueño fragmentado.
  • Narcolepsia: se presenta una excesiva somnolencia diurna y ataques de sueño bruscos. Suele cursar acompañada de cataplejía, parálisis del sueño y alucinaciones hipnagógicas (alucinación auditiva o visual) e hipnopómpicas (ocurren en un estado intermedio entre el sueño y la vigilia).
  • Hipersomnia idiopática: es similar al anterior problema de sueño comentado. También se padece una excesiva somnolencia diurna, a pesar de haber dormido las horas suficientes, pero no se experimentan otros síntomas característicos de la narcolepsia.
  • Síndrome de piernas inquietas y movimientos periódicos de las piernas: consiste en experimentar una sensación desagradable y molesta en las piernas durante el sueño, lo que causa una urgencia incontrolable por mover de forma frecuente dichas extremidades.
  • Parasomnias: son trastornos de la conducta que se producen durante el sueño, tales como terrores nocturnos, sonambulismo, despertares confusos, parálisis del sueño, entre otros.

Si se tiene la sospecha de que un adolescente puede sufrir algunos de estos trastornos o problemas del sueño, es importante ponerse de inmediato en contacto con un especialista, que será quien se encargue de proporcionar el tratamiento adecuado a cada caso.

Consecuencias de los problemas de sueño

Aquellos adolescentes que sufren privación o déficit de sueño debido a algunos de los problemas que acabamos de comentar, pueden experimentar múltiples consecuencias que afectan directamente al correcto funcionamiento de la mente y del cuerpo. Algunas de las más comunes son

  • Somnolencia diurna.
  • Fatiga constante.
  • Irritabilidad y tensión.
  • Mayor probabilidad de desarrollar trastornos del estado de ánimo.
  • Bajo rendimiento académico.
  • Cambios repentinos de conducta.
  • Pérdida de memoria.
  • Poca capacidad de concentración o atención.
  • Problemas sociales.
  • Mayor riesgo de abusar de sustancias estimulantes, como el café o las bebidas energéticas.
    Chica adolescente estudiando muerta de sueño.

Recomendaciones para establecer una buena higiene del sueño

Para evitar que los problemas de sueño en la adolescencia vayan a más o, simplemente, para evitar que aparezcan, es importante que los jóvenes establezcan una buena higiene del sueño, siguiendo estas pautas:

  • No hacer ejercicio físico intenso en las horas previas a acostarse.
  • Tener unos horarios regulares para levantarse e irse a dormir.
  • No hacer cenas copiosas y tardías.
  • No beber café, té, alcohol, bebidas energéticas o bebidas con cola antes de dormir.
  • Tener la habitación bien ventiladas y a una temperatura agradable.
  • Realizar actividades relajantes antes de acostarse, como leer, escuchar música, hacer meditación…
  • Utilizar la cama únicamente para dormir.
  • No jugar a la videoconsola, ver la tele o utilizar en exceso el ordenador, el móvil o la tablet justo antes de irse a dormir o a altas horas de la madrugada.

No obstante, como madres o padres, intentar cambiar los hábitos de sueño de los adolescentes puede suponer todo un desafío. Por ello, se recomienda que estas medidas sean puestas en práctica desde los primeros años de vida, de manera que el niño se vaya acostumbrando desde que es pequeño a seguir determinadas pautas de higiene del sueño y, cuando llegue a la adolescencia, estas formen parte de su rutina diaria.

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  • Martínez-Martínez, M. y González-Martínez, M. (2014). Sueño en el adolescente. Revista de Formación Continuada de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia, 2(2), 59-66.
  • Pin-Arboledas, G., Morell-Safort, M. y Mompó-Marabotto, L. (2013). El insomnio del adolescente. Revista de Formación Continuada de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia, 1 (3), 30-41.

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