Problemas comunes en el aprendizaje de la lectura

Problemas comunes en el aprendizaje de la lectura
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 25 abril, 2020

Aprender a leer es un proceso muy importante de la infancia. Por lo general el aprendizaje de la lectura sucede sin que los padres tengamos mucho que ver, porque los pequeños son enseñados en la escuela. Aun así, es nuestro deber ayudarlos a mejorar por medio de la práctica.

En algunos casos debemos comprometernos más con esta enseñanza, especialmente cuando los niños tienen problemas. Al parecer ciertos inconvenientes para aprender a leer, son más comunes que otros. Dado que este proceso comprende una decodificación en diversos aspectos, la falla puede ser variada.

La logopeda Cristina Arroyo, nos explica cuáles son los problemas que pueden presentar los niños en el aprendizaje de la lectura. Veamos de qué se trata.

¿Qué problemas pueden aparecer mientras se inicia la lectura?

 

El proceso de lectura y escritura es más complejo de lo que pensamos. Como se trata de procesos abstractos, es decir, que suceden en la mente, no podemos ver como se ejecutan. Sin embargo, podemos verlo materializado cuando escuchamos lo que leen, o vemos lo que escriben.

Consiste en decodificar una serie de signos, a través de su grafía, significado y cohesión. Debido a la diversidad de aspectos, puede haber conflictos. Por ejemplo, una letra confundida con otra puede causar un problema.

El desarrollo de este proceso puede ser interrumpido o retrasado por elementos propios del lenguaje. No todos los niños son iguales, aprenden a su ritmo y presentan dificultades distintas. Además, según la especialista, factores ambientales o de metodología de enseñanza también pueden afectarlos.

Cuando el niño está aprendiendo a leer, su aprendizaje se puede complicar por las siguientes causas.

Dislexia

 

El padecimiento de dislexia complica el proceso de aprendizaje de la lectura por la vía regular. Es decir, los métodos tradicionales de enseñanza pueden fallar. Este trastorno no tiene relación con la capacidad cognitiva del niño.

Las personas que sufren dislexia, no aprenden a leer con facilidad, aun cuando no presentan problemas específicos. Por ejemplo, pueden ver bien, su cociente intelectual es alto y no tienen impedimentos a nivel físico-motriz.

Disgrafía

 

La disgrafía es un padecimiento que se relaciona con la dislexia, puesto que es un problema de aprendizaje. En este caso, la dificultad surge principalmente en el momento de aprender a leer. Dado que compromete el trazado, termina afectando también la manera en que en pequeño lee.

Retraso lector

 

Es una diferencia en el tiempo de adquisición de los procesos de lecto-escritura. Suele aparecer entre los 6 y 8 años edad, sin que haya incidencia de alguna patología. Se trata de una demora para adquirir y perfeccionar las principales habilidades para aprender a leer y escribir. Según la experta, no está relacionado con las dificultades mencionadas anteriormente.

Disortografía

 

Este trastorno es llamado también o disgrafía disléxica, afecta la escritura de algunas palabras en relación a su ortografía. Es decir, no perjudica tanto el trazado, como sí el carácter ortográfico de determinada palabra. Los niños que presentan este inconveniente, también tienen dificultad para leer lo que escriben, puesto que no lo hacen de la manera correcta.

¿Cómo se detectan problemas de  lectura en los niños?

Para hacer un diagnóstico preciso es importante descartar que existan inconvenientes lógicos. Por ejemplo, falla en la visión o audición, trastornos neurológicos o emocionales, discapacidad física o deficiencia intelectual.

Los especialistas concluyen en que para poder determinar que existe un problema de aprendizaje de la lectura, es preciso encontrar un deterioro real. Para identificar que hay deficiencia, hace falta relacionar el problema con las  características del niño. Es decir, si sabemos que física y mentalmente está capacitado y no presenta otro tipo de retraso en sus habilidades.

En consecuencia, un niño no suele presentar dificultad persistente a la hora de aprender a leer. A su ritmo personal logran hacerlo, pero siempre en un período estimado. En su primer o segundo año de escolaridad, los avances deben ser evidentes. De lo contrario, si notamos retraso en cuanto a este aprendizaje, podría tratarse de algo específico, y deberíamos consultar a un profesional.

 

 


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