Cómo prevenir los problemas de mordida en los niños

Los problemas de mordida en los niños causan inconvenientes en su manera de comer, de hablar y en su apariencia. Por fortuna, muchas veces se pueden prevenir.
Cómo prevenir los problemas de mordida en los niños
Vanesa Evangelina Buffa

Revisado y aprobado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 01 octubre, 2022

Los problemas de mordida son afecciones habituales en los chicos, pero con algunos cuidados se pueden prevenir. Si se actúa de manera temprana, se pueden evitar trastornos más complejos en el futuro. En este artículo, te contamos cómo prevenir los problemas de mordida en los niños.

Durante el crecimiento del menor, las estructuras de su boca y de su cara se adaptan a condiciones externas que influyen en su desarrollo. La manera en que el pequeño respira, traga o mastica interviene en la forma que adquiere el hueso o en la posición de sus piezas dentarias. Es así que, cuando los niños presentan ciertas enfermedades en la boca o algunos hábitos nocivos, pueden desarrollarse alteraciones en la oclusión.

Los problemas de mordida en los niños

Los problemas de mordida de los niños también se conocen como maloclusiones. Estas se definen como una alineación inadecuada de los dientes o el incorrecto encaje de ambas arcadas al morder. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las maloclusiones dentales son la tercera patología oral más frecuente.

Cuando los maxilares no se desarrollan de manera adecuada y los dientes tienen una posición incorrecta, todas las funciones de la boca se ven afectadas. La apariencia de la sonrisa, la manera de comer y la forma de hablar sufren las consecuencias de las alteraciones en la mordida.

Las maloclusiones más comunes son las siguientes:

  • Mordidas cruzadas.
  • Mordidas abiertas.
  • Sobremordidas.
  • Apiñamientos.
  • Malposiciones dentarias.
  • Diastemas.

Causas frecuentes de los problemas de mordida

Es frecuente que los problemas de mordida se desarrollen durante la infancia, cuando las estructuras de la boca están en crecimiento. Estas son las principales causas:

  • La genética: a veces, el origen de los inconvenientes en la mordida está en la herencia y en la genética. En estos casos, varios miembros de la familia sufren el mismo problema, pro lo que es conveniente actuar con tratamientos de ortodoncia de manera temprana.
  • Los malos hábitos orales: respirar por la boca, chuparse el dedo, usar de manera prolongada el chupete o el biberón, la deglución atípica y la interposición lingual son prácticas que predisponen a sufrir maloclusiones.
  • Bruxismo, caries y traumatismos: estos factores externos también ocasionan problemas al morder. Por eso, es clave actuar para prevenirlos.
El bruxismo es una de las principales causas de los problemas de mordida en los niños. Otras pueden ser genéticas o por malos hábitos de higiene bucal.

Recomendaciones para prevenir los problemas de mordida en los niños

Algunos problemas de mordida en los niños no se podrán prevenir, sobre todo aquellos relacionados con factores hereditarios y genéticos. De todos modos, con algunas acciones saludables desde edades tempranas es posible reducir el riesgo de sufrir maloclusiones. Con algunas prácticas simples en el hogar se puede favorecer el correcto crecimiento y posicionamiento de los maxilares y de los dientes.

Elegir la lactancia materna

Al nacer, los pequeños poseen su maxilar inferior ligeramente retraído. Cuando los bebés se alimentan a través del pecho de su madre, se estimula la musculatura bucal y su mandíbula logra adelantarse. La lactancia ayuda a lograr una buena relación entre la arcada inferior con la superior y promueve el correcto desarrollo de los músculos orales. Con esto, mejora la alimentación y la respiración del menor.

Esto no significa que si el bebé es amamantado no necesitará usar aparatología en el futuro. Hay otros factores que también influyen en el desarrollo de la oclusión. De todos modos, las probabilidades de que se instalen hábitos orales dañinos son menores en los niños alimentados con pecho.

Favorecer que el niño mastique

Es común que, al momento de iniciar la alimentación complementaria, muchos padres prefieran las clásicas papillas. Pero debes saber que basar la dieta de los niños en alimentos blandos, triturados y fáciles de tragar puede afectar el correcto desarrollo de sus estructuras bucales.

Los pequeños necesitan esforzarse para masticar. De ese modo, sus maxilares y la musculatura orofacial recibe el estímulo necesario para crecer y fortalecerse. Si los niños se acostumbran a comer alimentos blandos, les resultará más difícil aprender dicha habilidad. Para evitar estos inconvenientes se aconseja ofrecer una amplia variedad de comestibles con distintas texturas, tamaños y sabores. Los mismos se han de incorporar de manera progresiva. Se debe comenzar por los más blandos, luego incluir los semisólidos y sólidos, para culminar con los más duros.

Mantener la salud dental

Cuidar los dientes y mantenerlos sanos es otra manera de prevenir los problemas de mordida en los niños. Esto se logra con una adecuada higiene bucodental desde edades tempranas y una dieta saludable. De lo contrario, los menores corren el riesgo de sufrir caries. Esta patología puede llevar a que pierdan sus piezas dentarias antes de tiempo y que los elementos permanentes tengan problemas al erupcionar y posicionarse en la boca. Debes saber que los dientes definitivos mal ubicados alteran la oclusión, por lo que si no se tratan de manera oportuna, el problema se perpetúa hasta la adultez.

Quitar el chupete a tiempo

El chupete es un gran aliado a la hora de calmar a los bebés, siempre y cuando se utilice de manera correcta. El niño succiona el chupete, pero no obtiene de él ningún tipo de alimento, lo que se denomina “succión no nutritiva”. Cuando este hábito se torna muy frecuente, compulsivo o prolongado puede afectar el desarrollo de las estructuras de la boca.

Se recomienda no prolongar el uso del chupete después de los 2 años del niño, pero algunos pediatras aconsejan empezar con su retiro desde los 12 meses. Es importante, además, que a la hora de ofrecérselo al bebé se busque uno que sea de una forma y tamaño adecuado para su boca.

Cuando el niño se chupa el dedo aún después de los 2 años, favorece el problema de maloclusión. Esta práctica afecta el desarrollo de los maxilares y el posicionamiento de los dientes.

Evitar que el niño se chupe el dedo

Chuparse el dedo suele relajar y calmar a los pequeños cuando están nerviosos, hambrientos o cansados. Aunque esta conducta es bastante normal e inofensiva en los primeros meses, puede ser perjudicial si se extiende luego de los 2 años.

El dedo sobre los dientes o el paladar ejerce presión, lo que afecta el desarrollo de los maxilares y el posicionamiento de los dientes y de la lengua. Erradicar esta conducta puede resultar difícil, por lo que será necesario tener mucha paciencia y, en algunos casos, la ayuda profesional.

Visitar al dentista

Es importante que los bebés visiten al odontopediatra desde su primer año de vida, con una frecuencia de 6 o 12 meses, según lo que recomiende el profesional. Este realizará el seguimiento de la erupción dentaria y del crecimiento de los maxilares. Además, asesorará a los padres sobre el manejo de los hábitos y las prácticas que puedan afectar el correcto desarrollo de las estructuras orales.

Alrededor de los 6 años, en la época del recambio de los dientes de leche por los definitivos, se recomienda realizar una consulta con el ortodoncista. Este especialista puede detectar los problemas de mordida o de la posición de los dientes de manera temprana y ocuparse de ellos de inmediato. La ortodoncia interceptiva es una de las mejores estrategias para frenar el avance de los problemas de mordida en sus comienzos y así evitar consecuencias mayores.

Prevenir los problemas de mordida para mejorar la calidad de vida de los niños

Los pequeños con maloclusiones sufren alteraciones en su manera de morder, de hablar y en el aspecto de su sonrisa. Estas disfunciones afectan su modo de alimentarse, de comunicarse y de relacionarse con los demás. Por lo tanto, interfieren con su vida diaria. Al prevenir los problemas de mordida en los niños, favorecemos que los maxilares y las piezas dentarias se desarrollen de manera adecuada.

Cuidar la boca de los niños desde edades tempranas ayuda a promover el correcto desarrollo de sus estructuras y a lograr sonrisas sanas y equilibradas.


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