¿Cómo prepararnos para la adolescencia? Consejos para padres

¿Cómo prepararnos para la adolescencia? Consejos para padres
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 12 julio, 2020

Ante la interrogante de cómo prepararnos para la adolescencia de nuestro hijo, solo hay una respuesta: tomando consciencia de lo que es ser un adolescente para luego mostrarnos empáticos con el cúmulo de cambios abruptos que él vive.

Quédate con nosotras para hablarte más al respecto.

Cambios psicológicos de un adolescente

Son muchos los cambios físicos que sufre un niño cuando llega a la adolescencia: estiramiento (crecimiento rápido), cambio en la voz, la completa maduración de sus órganos reproductivos, la menarquía, el abultamiento de las mamas, la salida del vello púbico, facial, axilar… Sin embargo, los cambios emocionales que llegan con la pubertad pueden ser tan variables que abruman a los adolescentes, tanto o más, que los físicos.

Durante la adolescencia se tienen emociones intensas; eso está determinado por la actividad hormonal en uno y otro sexo.

La alegría, el aburrimiento, la melancolía, el odio, la frustración, la rabia… todo se siente al extremo; y puede pasarse de uno a otro estado con gran facilidad, incluso, sin que el mismo adolescente sepa cuál es el motivo.

Él o ella pueden sentirse sumamente felices y, de pronto y sin razón, caer en una melancolía profunda.

Este desbalance emocional es lo que hace que muchos padres no logren entender a su hijo cuando alcanza la adolescencia y se convierte en un completo “desconocido”.

¿Qué traen consigo esos cambios psicológicos?

Papá, mamá, hay que saber que cuando se llega a la pubertad se piensa muy distinto a cómo se pensaba en la niñez.

Los gustos, valores, la forma de analizar las cosas, la negación o aceptación, la manera de relacionarse con los demás, los tabúes, los complejos, los miedos… de la noche al día, pueden ser diferentes o aparecer y desaparecer como por arte de magia.

En la pubertad comienzan a sacarse conclusiones más profundas.

Lo que antes pasaba desapercibido ahora va a convertirse en un objeto de preocupación y se tomarán decisiones basadas en minuciosos análisis, en ocasiones certeros y en otras equivocados.

Aunque la regla siempre tiene excepciones, cuando nuestro hijo llega a la pubertad comienza a madurar.

Esto viene condicionado también por el tipo de educación y atención escuela-familia recibida hasta el momento y la inteligencia emocional que haya podido lograr.

¿Cómo prepararnos para la adolescencia? Consejos para padres

No existe fórmula matemática, ecuación química o regla ortográfica que indique que tu comportamiento debe ser este o aquel. Ningún padre tiene la verdad en sus manos.

Entonces, no nos queda más que hacer lo que muchas veces le exigimos a nuestro hijo: esforzarnos, ser constantes en nuestro objetivo y no desfallecer en dicha empresa.

Hay que comprender por todos los medios que el adolescente pasa por una etapa difícil y no merece que le carguemos también nuestros miedos, nuestra incapacidad para lidiar con sus cambios de humor, para dar respuestas a sus preguntas y ayudarlo en sus problemas.

Prepararnos para recibir la adolescencia de quien hace tan poco tiempo vimos nacer será una prueba más que debamos pasar como seres humanos y padres.

Si durante su niñez aunamos esfuerzos para ser los mejores educadores que él pudiera tener, nuestro deber en el presente, es el de encontrar el modo de superarnos para continuar siendo el guía, el asesor, el sostén que tanto necesita.

Hay que ser pacientes para no perder los estribos, tolerantes para asimilar sus decisiones, y comprensivos para aceptarlo tal y como es; quizás como jamás pensamos que fuera.

Nuestro hijo debe vernos como su aliado, debe saber que no se encuentra solo en esa brecha tan convulsa que es el paso de la infancia a la juventud.

Consejos finales

Papá, mamá, a la pubertad hay que recibirla con los brazos abiertos, sin el temor que muchas veces colman los corazones de los adultos.

A la adolescencia hay que tomarla, aunque con sutileza y tacto, con beneplácito. Ella no va a durar para siempre y así como la niñez que llegó y se fue sin apenas darte cuenta, el adolescente de casa muy pronto será un adulto más de la familia.

Vive intensamente cada segundo de la vida de tu hijo, sea cual sea la etapa por la que esté pasando. Todas son maravillosas. Él y tú, lo merecen.


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  • Ceballos, G. C. (2013). Tus hijos adolescentes (Vol. 35). Palabra.
  • Rosado, Y. (2013). ¡ Renuncio! Tengo un hijo adolescente,¡ y no sé qué hacer!: Guía para que tú y tus hijos disfruten de su adolescencia. Aguilar.
  • De La Niñez, C. (2008). Adolescencia. Plan de Pro-tección Integral a la niñez y adolescencia del cantón Cuenca, 2010. http://www.cpccs.gob.ec/wp-content/uploads/2016/02/1545641.pdf
  • Berger, K. S. (2007). Psicología del Desarrollo. Infancia y adolescencia. Ed. Médica Panamericana.

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