Niños que se sientan en postura del sastre invertida

Quizás nunca hayas escuchado hablar de la postura del sastre invertida, pero en realidad es algo totalmente frecuente en niños. Aunque no es contraproducente a corto plazo, es mejor evitar que se convierta en una costumbre.
Niños que se sientan en postura del sastre invertida

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 febrero, 2022

Es muy común que el niño, mientras está jugando, adopte la posición del sastre invertida, también llamada sentarse en W.

Al parecer les resulta muy cómoda y natural; en cambio, para los adultos es un tanto difícil y puede causar hasta dolor. A los niños que se sientan en postura del sastre invertida se les hace mucho más fácil manipular sus juguetes.

Aunque esta posición aparenta ser inofensiva, estar así por un tiempo prolongado, ya sea viendo televisión o jugando en el suelo, puede tener consecuencias en el desarrollo muscular del niño. A continuación, brindaremos más detalles sobre sus posibles efectos.

Postura del sastre invertida

Esta posición tiene lugar cuando las nalgas están totalmente apoyadas en el piso, mientras que se tienen las rodillas y piernas dobladas hacia atrás, formando una W; de allí que también se le llame de esta forma.

Es muy común que el bebé o niño tome esta posición durante la etapa en la que está desarrollando su fuerza y control muscular.

El pequeño opta por esta postura porque le da más estabilidad que otras posiciones. La forma en W en la que se colocan las piernas le da una base más amplia y segura al niño.

En consecuencia, se facilita la acción de sentarse derecho sin mayor esfuerzo. Además, les da la libertad de usar sus manos para tomar sus juguetes sin problema. Esta posición es muy frecuente en los niños con deficiencia en el tono muscular; con ella, la base del cuerpo hace poca fuerza y no requiere girar el tronco.

Jugar con los niños es bueno para vigilarlos y evitar que se sienten en la postura de sastre invertida.

Opinión médica sobre la postura del sastre invertida

Especialistas en el área de ortopedia y traumatología infantil explican que a esta manera de sentarse no se le debe atribuir a ninguna  patología . Más bien, se trata de una habilidad de las caderas del bebé, que es una variante normal.

En muchos casos, el niño tiende a sentarse de esta forma porque nacen con preferencia a la anteversión femoral; se trata de un estado en el que el cuello femoral y la cadera van hacia adelante. Esta es la causa por la que la parte baja de la pierna gira hacia adentro y las caderas y rodillas no están alineadas.

La anteversion del fémur se corrige de forma progresiva durante la infancia y desaparece entre los 10 y 12 años. En las niñas suele demorar un poco más: se da como a los 14 años.

Consecuencias de la postura del sastre invertida

Esta postura no representa ningún daño, siempre y cuando el bebé no tome esta posición de forma prolongada. De lo contrario, podría presentar los siguientes problemas:

  • Rigidez muscular. 
  • Fuerte presión en las coyunturas de las caderas, tobillos y rodillas.
  • Problemas ortopédicos en el futuro.
  • Malestar por la mala postura.
  • Caderas débiles.
  • Evita que el niño pueda girar y distribuir su peso de forma uniforme en todo el cuerpo.
  • Retraso en el control postural y la estabilidad.
  • Presentará dificultad con la motricidad fina.
  • Alteración del sistema muscoesquelético.
Cuando los niños juegan en el suelo, es mejor evitar que tomen la postura del sastre invertida.

 

Recomendaciones para que el niño evite esta postura

La mejor forma de ayudar al niño a evitar la postura del sastre invertida es prevenir que haga de ella una costumbre. Para ello, puedes poner en práctica las siguientes sugerencias:

  • Animar al bebé a buscar otra posición con un tono gentil.
  • Evita regañarlo o asustarlo diciéndole que se le deformarán las piernas o causaran daños aún peores.
  • No agobiarlos mientras juega a que cambie de posición.
  • Sugerirle juegos de una forma estratégica que varíe la postura durante sus periodos de diversión.
  • Habilitarle una mesa y una silla a su altura para que juegue cómodo.
  • Cuando esté en el suelo, colocarle cojines para que apoyen su espalda y eviten la postura del sastre invertida.
  • Al estar sentados, deben mantener la siguiente postura: los pies deben tocar el suelo, las rodillas en un ángulo de 90° y su espalda debe reposar contra el respaldo.
  • Para ayudar a que sus pies descansen sobre algo, se le puede facilitar un taburete.

Estas correcciones forman parte de los buenos hábitos posturales que se le debe inculcar al niño. Esto requiere de paciencia y aprovechar la etapa de crecimiento para evitar problemas a futuro.

Solo en caso de que notes que la postura del sastre invertida es más habitual que de costumbre, debes comentarlo con su pediatra para que realice la valoración pertinente.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.