El parto, ¿cómo controlar tu miedo?
Hasta las mujeres más valientes se sienten temerosas ante la llegada del parto. Ya sea porque van a enfrentarse a él por vez primera, o porque conocen en carne propia los intensos dolores que provoca, la mayoría le tiene miedo.
Para que aprendas a controlar tus nervios y le pierdas el miedo al parto, en Eres Mamá, decidimos brindarte algunos consejos que van a servirte. Tenlos en cuenta.
El miedo te predispone para tener un buen parto
Cuando te enfrentas a una determinada situación y lo haces con miedo, con nerviosismo, es probable que no consigas el resultado que deseas.
El temor, en cualquier evento de la vida, te predispone y obstaculiza tus mejores capacidades físicas, cognitivas y emocionales.
Entonces no es extraño pensar que cuando te enfrentas al parto con miedo, aunque necesariamente termine con el nacimiento de tu pequeño, este te será angustioso, así como lo previste. Para ello tendrás a tu mente, durante todo el tiempo que dure el alumbramiento, ordenándole al resto de tu cuerpo lo mal que debe sentirse.
El miedo al dolor hace que no puedas relajarte
Para tener un buen parto y hacer que este sea menos traumático, debes estar relajada, al menos, lo más que puedas.
El miedo, en este caso, te impide suavizar la musculatura y libertar las tensiones; así que mientras más temor sientas de enfrentarte al trabajo de parto, pasar por las contracciones y todo lo que conlleva el nacimiento de tu hijo, más difícil te será este momento. Incluso el cuello del útero se pondrá más tenso y te hará más complicado el proceso.
El miedo al parto dispara tus nervios
Cuando sientes miedo tus nervios se disparan. Comienzas a sudar, quizás hasta en manos y pies; tu corazón late más fuerte y puedes hasta comenzar a temblar.
Los nervios que experimentas en nada van a acelerar el parto, sino que encima, pueden hasta alterar al pequeño que está por nacer.
El parto, ¿cómo controlar tu miedo?
Antes de entrar en trabajo de parto, o incluso, mucho antes de arribar a la fecha, debiste haberte preparado para ese momento.
Es importante que concientices que es mediante el parto, vaginal o por cesárea, como único podrás traer a tu hijo al mundo; y toda vez que estás embarazada, ya debes someterte a uno u otro proceso.
El parto será la manera gracias a la cuál muy pronto te convertirás en madre de la criatura que durante 40 semanas o más cargaste en tu vientre, y que te dará la oportunidad de conocer el amor a primera vista y ser mucho más feliz de lo que eres.
Semanas antes del alumbramiento necesitas tener listo todo lo que te hará falta:
- Bolso que llevarás a la clínica completamente equipado
- Cuna armada al lado de tu cama
- Ropita del bebé lavada
- Culeros y toallitas suficientes
Es imprescindible no dejar nada a la improvisación, porque si no tienes algo listo esto te pondrá más nerviosa.
Aunque seas madre primeriza y solo conozcas del parto por los comentarios de otras mujeres, debes informarte con la bibliografía que hay acerca del tema, prestar oídos sordos a los muchos mitos que existen sobre el embarazo y el parto, y saldar cualquier tipo de duda que te pueda surgir.
Abre tu mente y déjate llevar solo por los buenos pensamientos. Eso de: seguro voy a sentir mucho dolor, estaré varias horas en trabajo de parto, mi bebé es grande y voy a necesitar una episiotomía… o cualquier otra idea negativa, no va a ayudarte.
Mente positiva para tener un buen parto
Al nacimiento de tu hijo debes ir confiada en la medicina moderna, los fármacos y el equipo de salud que va a asistirte, por ello, siempre que te sea posible, debes elegir el centro de maternidad y hasta los doctores que van a participar en él.
Usa también cualquier método que consideres oportuno para relajarte y hasta pon en práctica alguna superstición en las que creas.
Si, por ejemplo, te gusta escuchar música y crees que con ella te sentirás más cómoda, pide ponerla a tu lado en la sala de parto. O si consideras que tu pata de conejo siempre te ha traído buena suerte, llévala al alumbramiento. Cualquier cosa puede servirte para sentirte más segura.
Lo fundamental es que vayas con energías positivas y sin miedos a la cita más extraordinaria que vas a tener.
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