No fuerces a tu hijo a dar besos y abrazos

No fuerces a tu hijo a dar besos y abrazos
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 11 enero, 2021

En algunas ocasiones, creemos que los niños tienen que expresar su cariño a las personas más allegadas, de la misma manera en que lo hacemos los adultos. Si, por ejemplo, eres de las que les pides: ¡dale besos a tu abuela! Entonces, no te has dado cuenta de que lo estás forzando a hacer gestos que no son espontáneos.

Los pequeños de la casa tienen los mismos derechos que una persona mayor; por lo tanto, son individuos con autonomía  y libertad, ellos también tienen el poder de decidir de qué manera se quieren acercar a otros o ¿acaso te sentirías cómoda si te obligaran a darle besos o abrazos a alguien? Sabemos con seguridad cuál será tu respuesta.

Los niños tienen derecho a decidir cómo se relacionan con los demás

Si ellos no quieren saludar a los demás por medio de un contacto físico, entonces no ha pasado nada malo. Muchas veces cometemos el error de catalogarlos como mal educados por no responder como socialmente está establecido. La capacidad que tienen los chicos para crear relaciones de la forma en que decidan ellos mismo es algo natural.

Antes de pensar que esto es una conducta negativa, deberías alegrarte y sentirte orgulloso porque tienes frente a ti a una persona independiente, que reconoce lo que quiere y lo que no. Pero, si esto te causa vergüenza por la reacción los demás, puedes destacar que tu hijo es un ser independiente y así empiezas a cambiar la visión del mundo.

¿Qué pasa si lo obligo a dar besos y abrazos?

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Aunque nos esforcemos por ser perfectas, las mamis nunca lo seremos. Por esta razón, si en alguna vez los has forzado a que dé besos o abrazos  a algún amigo, familiar e incluso a una persona extraña para no herir sus sentimientos, llegó el momento de que renuncies a este comportamiento.

Pero, ¿por qué es tan importante esta decisión? La idea de asumir una nueva posición ante estos escenarios es respetar la voluntad de tu pequeñín. Cuando lo conduces por las fuerza a que salude de la forma como socialmente está aceptado, entonces no le estarás diciendo que no tiene voz en sus propias decisiones.

Y, peor aún, le estarás demostrando que no tienen autonomía de su cuerpo y que las necesidades de los más grandes pueden sustituir las que ellos tengan. En este sentido, se convertirán en hombres y mujeres fáciles de manipular, sin poder de razonamiento y vulnerables al abuso.

No fuerces, podrías enviar un mensaje equivocado

Enseñarlos a que ellos tienen el control sobre su integridad física es un mensaje que debe reforzarse desde una edad temprana, tanto en los niños, como en las niñas. Por lo tanto, hay que repetirles que no está bien que alguien te toque si no quieres, porque su cuerpo le pertenece y no es propiedad de nadie más.

Irene van der Zande, directora ejecutiva de la fundación Kidpower Teenpower Fullpower International, considera que al permitir estas situaciones e ignorar los sentimientos  de nuestros retoñitos, estamos construyendo a seres humanos que son propensos a sufrir abusos sexuales o que se sometan a acciones indecorosas para agradar al resto.

Imagina por un instante cómo se puede sentir si los demás tienen derecho de besarles o abrazarles cuando les provoque… ¿No es agradable, verdad? Pero, en vez de tener en cuenta este sentimiento, lo reprimes para que haga lo que tú le estás diciendo. Sin duda alguna, pensará que dar cariño  es sinónimo de castigo.

Ahora bien, esto puede pasar con los mismos padres que desean acariciar a sus retoñitos, pero ellos no tienen ánimos de hacerlo. Una vez más, insistimos: no lo obligues a que te dé su amor. Demuéstrales por qué es positivo que haya caricias entre padres e hijos, pero sé respetuoso.

¿Cómo manejar esta situación?

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Indudablemente, nosotros debemos enseñarles de qué forma se relaciona la gente y cuáles son los límites de estas interacciones. A partir de esta premisa, debemos dejar las puertas abiertas para que ellos identifiquen sus preferencias, con el objetivo de que formen una identidad personal.

Si les das la libertad, podrán diseñar su propia identidad

Es fundamental que no confundamos la buena educación con el acatamiento y la sumisión. Por supuesto, esto no quiere decir que si ellos saludan a alguien, pueden ser víctima de acoso. El problema está en que nosotros lo llevemos a hacer algo que no quiere y opaquemos conductas que le ayudarán en un futuro a defenderse.

Al ser padres, tenemos que darles la oportunidad de que sean genuinos, sin juzgarlos. No hay nada más bonito que verlos crecer y reconocen la mejor forma para ellos para poner en manifiesto sus sentimientos, cuando ellos quieran.


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