
En la época navideña ya es costumbre dejar como recuerdo la típica foto junto a los personajes que desde siglos han creado ilusión y felicidad en millones de niños alrededor del mundo, pero no siempre son sonrisas las que quedan…
La crianza de niños con altas demandas puede resultar agotadora. Continúa leyendo y descubre cómo afrontarlo.
Los niños pueden llegar a ser muy exigentes a la par de persistentes, algo que a temprana edad resulta de lo más común. Por otra parte, los niños con altas demandas son aquellos que no parecen satisfacerse nunca y que continuamente reclaman tu atención, sin posibilidad de darte un respiro. ¿Cuáles son las características de estos niños? ¿Cómo tratar con ellos?
Los niños con altas demandas son aquellos niños y niñas que manifiestan un temperamento difícil, a la vez que se muestran muy exigentes con los padres. La principal característica que reúnen estos niños es que requieren la atención de sus padres y adultos de forma constante, algo que desencadena que su crianza sea especialmente agotadora.
Estos niños necesitan contacto físico de forma continua, por lo que es muy frecuente que manifiesten ansiedad de separación. Son niños asustadizos y nada solitarios por lo que, evidentemente, no les entusiasma la soledad y los tiempos prolongados a solas.
No obstante, a pesar del temperamento fuerte que les caracteriza, normalmente, son niños también muy sensibles. Por este motivo, los padres deben ser especialmente cuidadosos cuando hablen del niño, ya que suelen estar bastante atentos a las críticas.
De acuerdo a la psicóloga clínica Úrsula Perona, las demandas del niño no son fruto de un capricho. Su reclamo de atención se basa en que necesitan más atención, más cariño y más contacto con el adulto.
Perona ahonda en lo agotador que puede resultar criar a niños con altas demandas, y explica que este reclamo de atención no debe satisfacerse necesariamente siempre por parte de las figuras de apego. De hecho, anima a buscar fuentes de apoyo, ya que lo que el niño necesita especialmente es atención continua de los adultos.
«Estos niños necesitan comprensión, afecto y elogio. Sienten que su vida es profundamente injusta si su deseo del momento no se cumple, pudiendo caer en ansiedad, depresión y vergüenza».
-Lynne Namka-
Como ya sabemos, las exigencias de los niños con altas demandas no provienen de un capricho en concreto: se trata de su temperamento y su carácter. Por lo tanto, la forma en que debemos enfocar su crianza consiste en enseñarle a saber gestionar sus demandas y exigencias.
La crianza de un niño con altas demandas puede acabar resultando muy frustrante y, probablemente, los padres terminen por sentirse culpables. Piensan que se debe a que lo miman demasiado o es que hay algo que no están haciendo bien, cuando, sencillamente, se trata del carácter del niño y su personalidad.