Los terrores nocturnos en los niños

Algunos niños pueden sufrir terrores nocturnos. Los padres se suelen preocupar si su hijo es propenso a tener estas alteraciones del sueño.
Los terrores nocturnos en los niños
Ana Couñago

Revisado y aprobado por la psicóloga Ana Couñago.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 15 abril, 2020

Muchos niños sufren por las noches pesadillas cuando están dormidos. Normalmente se les pasa cuando se despiertan y se les tranquiliza con un buen abrazo de sus padres. Pero, algunos pequeños pueden sufrir terrores nocturnos y los padres se suelen preocupar si su hijo es propenso a tener estas alteraciones del sueño.

El terror nocturno es un trastorno del sueño que se parece a una pesadilla pero es más duradero y el niño pasa mucho miedo. Los niños parece que están despiertos pero en realidad están dormidos.

Los terrores nocturnos en los pequeños asustan mucho a los padres pero si no hay ningún problema médico que lo cause no nos debemos preocuparnos. Al igual que el sonambulismo o las pesadillas no suelen tener relevancia para la salud de los niños.

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Los terrores nocturnos

El sueño es un fenómeno complejo durante el cual pueden aparecer trastornos diferentes en sus distintas etapas conocidas como parasomnias. Entre las parasomnias infantiles más comunes, podemos citar el insomnio pediátrico, el sonambulismo, hablar durante el sueño, las pesadillas, los terrores nocturnos o el síndrome de piernas inquietas, entre otros.

El sueño de nuestros hijos pasa por varias fases. En la fase REM es cuando tienen lugar la mayoría de los sueños, pero los terrores nocturnos ocurren durante el sueño no REM. Estos suelen aparecer 2 a 3 horas después de que se concilia el sueño, en la transición entre la fase más profunda no REM a la REM, la etapa en que se producen los sueños.

Durante un terror nocturno, el niño puede incorporarse y sentarse en la cama incluso puede gritar o correr por la casa angustiado. Luego después de unos minutos, el niño se irá calmando y se volverá dormir plácidamente.

Aunque parezca increíble el pequeños no se acuerda de estos terrores nocturnos. Aún así los padres se suelen preocupar mucho al ver como los niños pasan tanto miedo.

Diferencias con una pesadilla

Las pesadillas solo aparecen en la llamada fase REM del sueño. Sin embargo los terrores nocturnos surgen en la fase NREM, cuando el niño está profundamente dormido en el primer tercio de la noche.

Si un niño tiene una pesadilla se calmará si los padres se sientan y hablan con él. Si un niño está pasando por un terror nocturno no reaccionará cuando los progenitores vayan a verle. El pequeño puede permanecer sentado o incorporado en la cama incluso con los ojos abiertos, pero no sabrá ni verá que sus padres están allí, por lo que no es conveniente despertarle.

Si un niño tiene una pesadilla seguramente al día siguiente recordará lo que ha soñado. Si por el contrario ha pasado por un terror nocturno no se acordará de nada aunque otros insistan en preguntarle qué le ha pasado o qué estaba soñando.

Causa de los terrores nocturnos

Los especialistas creen que los terrores nocturnos están provocados por una hiperactivación del sistema nervioso central (SNC) durante el sueño. Suele darse en niños desde los tres o cuatro años hasta la adolescencia. Lo suelen sufrir los niños cuando están excesivamente cansados o se encuentran enfermos. También pueden aparecer como consecuencia de una medicación o cuando duermen en una casa diferente a la suya.

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Qué hacer ante un terror nocturno

Los padres se suelen asustar mucho ante estos terrores nocturnos y normalmente no saben qué hacer. Es importante no despertar al niño cuando está sufriendo un terror nocturno porque se sentirá desorientado y seguramente no sabrá dónde se encuentra.

Lo mejor es esperar a que el terror nocturno pase vigilando que el pequeño no se caiga de la cama o no se haga daño. Normalmente, estos terrores, duran unos minutos y luego los niños vuelven a dormir con tranquilidad.

No existe un tratamiento para los terrores nocturnos pero podemos intentar reducir las actividades o las responsabilidades del niño por si es lo que le está afectando. Puede que se esté estresado o esté demasiado cansado. También se puede intentar que, antes de dormirse, no vea películas violentas ni juegue a algún videojuego que le puede estar afectando. De modo que se reduzca la posibilidad de que el pequeño muestre problemas para dormir.

Si los terrores nocturnos se repiten con asiduidad hay que acudir al pediatra, por si es necesario hablar con algún especialista para controlar que el niño no tenga un transtorno del sueño.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.