Los riesgos del parto en casa
Los riesgos del parto en casa son elevados por varias razones. Aún sí, actualmente existe una gran tendencia por dar a luz en el hogar. Esta practica se ha popularizado tanto en los últimos años, que ha sido necesario informar a las madres acerca de los riesgos que supone para los tengan bien en cuenta.
Los partos en casa poseen una clara diferencia respecto de los procesos ambulatorios controlados por médicos profesionales. A continuación descubriremos el por qué.
El parto en casa se trata de una práctica muy, muy antigua. Recordemos que las cosas no siempre han sido tal y como las percibimos hoy en día. Al principio de la historia de la humanidad, la mujer debía dar a luz en el hogar (en el mejor de los casos).
Pero los partos en casa no siempre son una opción viable para todos los casos. Hay embarazos atípicos o con dificultades que requieren atención y asistencia mucho más especializada (y controlada) que no pueden evadir el control sanitario si desean que todo llegue a buen término.
Con la aparición de los recintos sanitarios y el avance de la ciencia, se logró reducir progresivamente el número de partos en casa, y con ello, el índice de mortalidad en neonatos.
Gracias a la atención sanitaria en hospitales o centros de salud en general, las complicaciones que surgían al momento del alumbramiento, podían atenderse con eficiencia. Esto se debe a que en la sala del hospital se cuenta tanto con el material como el personal calificado para poder brindar soluciones.
A continuación, te contamos todo lo que necesitas saber acerca de los riesgos del parto en casa.
¿En dónde hay menos riesgos, en casa o en el hospital?
Algunas estadísticas coinciden en que la seguridad del parto en casa y el realizado en la clínica puede ser similar. Sin embargo, es evidente que hacerlo en un centro médico nos permite un mayor control de emergencias durante el pre y el posparto.
Cuando elegimos entre ambas alternativas, ponderamos la seguridad de contar con asistencia médica especializada. La otra opción es una experiencia mucho más natural, cálida y placentera al traer a nuestro bebé al mundo en los límites de su propio hogar.
No obstante, la evidencia indica que no todos los partos pueden realizarse sin ser vigilados por un médico. Y además en una habitación de hospital, con las instalaciones adecuadas.
Una práctica peligrosa en embarazos complicados
Existen condiciones bajo las cuales no se recomienda el parto en casa. Las mujeres con preeclamsia, embarazo de gemelos y parto prematuro no deben realizar esta práctica. Con respecto al tiempo de gestación, solo se recomienda en bebes que nacen a partir de la semana 37.
Si hay riesgo de aborto, cesáreas realizadas anteriormente o la mujer es mayor de edad, lo adecuado es un parto controlado en instalaciones hospitalarias. Si la mujer sufre de anemia, diabetes, hipertensión u otra enfermedad es necesario un alumbramiento estrictamente vigilado.
La posición en la que se encuentre el bebé también es determinante para poder optar por una u otra opción. Si el bebé tiene la cabeza hacia abajo, parir en el hogar será viable. Por el contrario, si el mismo tiene una posición no encefálica o transversa, lo correcto es contar con ayuda médica.
Los riesgos del parto en casa
Uno de los problemas fundamentales de parir a domicilio tiene que ver con las complicaciones médicas que pueden ocurrir durante el procedimiento. Para la madre, el principal peligro la hemorragia uterina.
Por parte del bebé, la asfixia fetal es el principal inconveniente a evitar. Esta contingencia puede acarrear consecuencias neurológicas importantes. En algunos casos, es necesario realizar una cesárea o intervención quirúrgica con fórceps.
Hay otras complicaciones que pueden exigir el internamiento en la clínica. Es el supuesto de desprendimiento placentario durante el nacimiento y la procidencia del cordón umbilical. Esto último sucede cuando dicho cordón sale por el conducto vaginal, antes que el propio bebé.
Evidentemente, los riesgos del parto en casa son elevados. En caso de tener un embarazo atípico o que la madre presente alguna condición especial, los riesgos del parto en casa serán bastante elevados y esto se debe tener en cuenta a la hora de optar por el lugar en dónde se desea dar a luz.
La examinación periódica es vital
Si una mujer quiere parir en la comodidad de su hogar, lo primero que debe hacer es llevar un control estricto durante todo su embarazo. En estos casos, lo recomendable es hacer visitas mensuales al ginecólogo y realizar todos los exámenes de rigor.
Ultrasonidos, pruebas de sangre y demás exámenes prenatales son prioritarios para identificar el estado progresivo del bebé y la madre. Son pasos imprescindibles si se quiere optar por el método de alumbramiento en casa y para prevenir partos prematuros.
Los controles y la observación ginecológica deben intensificarse en los últimos meses para tomar una decisión acertada. Cabe destacar que cualquier complicación diagnosticada con antelación o de último minuto podría imposibilitar lo planes de tener al bebé en casa. La seguridad debe ser la prioridad en todo momento.
Médicos a domicilio
Actualmente existen clínicas naturistas especializadas en la realización del parto en casa. Debemos recordar que en países tan desarrollados como Holanda el 40% de las mujeres dan a luz en su propia vivienda.
En Cuba y otros países de Centroamérica existe la respetada figura de las parteras. La base de su actuación son prácticas ancestrales y tradicionales.
Si una madre quiere parir a domicilio, en la actualidad existen médicos obstetras especializados para coordinar este tipo de alumbramiento. Lo principal es contar con una persona capacitada para afrontar y vigilar este tipo de situación médica.
Hablamos de una opción que no es totalmente impracticable pero que debe ser llevada a cabo con extremo cuidado. Si una madre tiene un embarazo totalmente normal, estable y sin mayores riesgos puede emprender esa hermosa aventura.
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