Las nuevas tecnologías en el aula, ¿qué aportan a los niños?

La progresiva incorporación de nuevas tecnologías a la educación trae como consecuencia para las escuelas una actualización del método.

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Francisco María García

Última actualización: 05 enero, 2021

Las implicaciones de las nuevas tecnologías en el aula son tan enormes como incipientes y relativamente poco exploradas. El tradicional modo de pizarra y cuaderno está desapareciendo para dejar paso a las tablets y pizarras electrónicas. 

Los niños y jóvenes manejan otros códigos que su generación anterior. Por eso es necesario adaptar la escuela y el sistema educativo a ellos y no ellos a la escuela.

¿Por qué debe hacerse el cambio gradual hacia los nuevos lenguajes tecnológicos en el aula? Básicamente, porque lo tradicional no alcanza para dar respuesta a las inquietudes de los jóvenes. Insistir en modelos creados para antiguas generaciones no hace más que negar la potencialidad de las generaciones actuales.

¿Qué significa aplicar nuevas tecnologías en el aula?

Las nuevas tecnologías hacen uso en simultáneo de herramientas como la imagen, audio, vídeo y texto. En las páginas web, el espacio cuadrado de la pantalla incita a una lectura múltiple de los distintos aspectos del contenido o, incluso, de distintos elementos en un mismo nivel. Esta es una de las particularidades que la tecnología pone en juego.

La complejidad de las nuevas tecnologías no es tal para cualquier niño o niña. Están habituados desde pequeños al contacto con tablets, smartphones o similares. Para ellos, el manejo del lenguaje de las apps es casi intuitivo. No necesitan instrucciones ni herramientas de ayuda para descifrar un juego en línea, pasar de nivel, sumar puntos, etc.

Por ello, buscar el modo de implementar las nuevas tecnologías en el aula es una manera de incentivar el interés por el aprendizaje.

En la práctica, el desafío para los educadores es importante. Generalmente, la tecnología se asocia con el entretenimiento trivial. ¿Cómo hacer para usar el recurso sin banalizar el contenido?

Desafíos para los educadores y las familias

La incorporación de las nuevas tecnologías en el aula supone para las escuelas una actualización metodológica profunda. Es imposible dar la espalda a la era digital. La comunidad educativa debe encontrar el equilibrio entre el uso en el tiempo y los contenidos que se trabajarán con estas tecnologías.

Las aulas de informática, por ejemplo, ofrecen un soporte muy interesante a la hora de adquirir destreza y tomar conciencia del alcance de estas herramientas. A su vez, las plataformas online son cada vez más empleadas en todos los niveles educativos, desde ciclos básicos hasta universidades. Esto incluye desde redes sociales hasta aplicaciones específicas para cada contenido.

Desde el punto de vista institucional y del sistema educativo, el mayor desafío es pensar los medios digitales como un recurso didáctico más que permitirá implementar una metodología con un lenguaje propio.

Por último, hay que destacar que, tanto en su modelo tradicional como en el actual, la educación es un proceso que nunca deja de involucrar a los adultos de los niños y jóvenes. No se trata de dejar todo en manos del ordenador o de la tablet, sino de acompañar cada etapa desde un lugar respetuoso y responsable.

Algunas objeciones y muchos beneficios

A lo largo de la historia, la educación ha ido implementando en mayor o menor medida recursos que la tecnología de cada época ha proporcionado. Desde vídeos educativos hasta material fotocopiado, todo encontró cierta resistencia en sus comienzos.

Es innegable que el nivel de personalización que se logra con la era digital en el aula no tiene precedentes en la escuela tradicional. A su vez, la velocidad del intercambio es la necesaria en tiempos de inmediatez en todos los medios de vida.

Como conclusión, las nuevas tecnologías en el aula favorecen clases más participativas y accesibles. Las posibilidades de aprovechar esta herramienta son infinitas y están en manos de familias, profesores y sistema educativo en general.