La costra láctea: qué es y cuándo tratarla

Más que una enfermedad, la costra láctea deriva en un problema estético. Se presenta en forma de piel escamosa y seca, similar a la caspa, con costras grasosas y amarillentas Si la presencia de esas pápulas se incrementa y surgen complicaciones, debe ser tratada.
La costra láctea: qué es y cuándo tratarla
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 02 diciembre, 2017

La costra láctea es la forma coloquial de denominar a la dermatitis seborreica que afecta el cuero cabelludo del bebé con pápulas blanquecinas o amarillas.

El momento de su aparición

Entre la segunda o tercera semana de vida pueden aparecer unas costras de grasa seca. Puede encontrarse en niños de hasta tres años. Esta especie de dermatitis seborreica afecta a un 10 por ciento de los neonatos. Las lesiones aparecen en la cabeza, en las cejas, en el entrecejo, detrás de las orejas o en algunos pliegues del cuerpo.

La costra láctea se relaciona con factores genéticos o meteorológicos. También con desórdenes hormonales que impulsan a las glándulas sebáceas a segregar exceso de grasa. No son graves ni duelen, pero no deben arrancarse, para evitar lesiones en la piel y el surgimiento de infecciones. Tampoco son contagiosas ni están referidas a falta de higiene.

Causas de la costra láctea

Algunos bebés reaccionan al cambio de alimentación placentaria por leche materna y sus hormonas, o la artificial. Los altos niveles de grasa generan un exceso de estimulación de las glándulas sebáceas del cuero cabelludo y desencadenan la costra láctea. Cada niño tiene sus peculiaridades.

Las hormonas que la madre transmite al feto al final del embarazo también pueden ser una causa probable. Otra razón está referida a la irritación ocasionada por un hongo que crece en el sebo. Lo que sí es un hecho es que no tiene que ver con intolerancia a la leche o su ingesta.

La costra láctea desaparece con facilidad.

Al analizar otras causas, se encuentran también los climas extremos, algunos problemas del sistema inmunitario, el estrés y ciertas afecciones de la piel. Cabe destacar que todos los especialistas coinciden en que la costra láctea es inofensiva, mas no sus causas, por eso es necesario estar atentos.

L a dermatitis atópica, una irritación general de la piel del lactante sin motivo aparente, hace más susceptibles a estos bebés a presentar costra láctea.

El color y la apariencia varían dependiendo del lugar donde se desarrolle la costra. Es blanca o amarilla, de aspecto grasiento, si está en el cuero cabelludo. Si es en la cara, tendrá un color rojizo, acompañado de costras amarillentas. Con un tratamiento adecuado, la curación de estas pápulas se da en corto tiempo. Es conveniente tener en cuenta que los bebes pueden volver a padecerla cuando estén más grandes.

Un problema con solución

En los casos más leves, no hay que preocuparse. La costra tiende a desaparecer con el paso de los meses, sin tratamiento. Si la decisión de los padres es eliminarla antes, la opción es ablandarla hasta que se caiga, con cremas o aceite corporal para bebés. Se aplican en la cabeza, con masajes sobre las costras, y se baña al niño media hora después.

La cabeza del bebé debe lavarse a diario con champú adecuado, de farmacia y no cosmético. También hay que peinarlo y aplicar el tratamiento indicado por el pediatra, si lo hubiese.

La costra láctea no supone ninguna dificultad a la hora del baño.

Otra opción es utilizar una esponja mojada y champú. Se frota la cabeza hasta lograr que algunas costras salten. Cada tres días se repite el procedimiento, siempre con la dosis de delicadeza oportuna. No hay que olvidar que estamos tratando la piel de un bebé, muy fina y vulnerable.

La dermatitis seborreica puede extenderse hasta la frente y las cejas. El aceite de oliva o de almendras resolverá el problema, aún si existe pus en las costras.

También pueden aplicarse emolientes y masajear la cabeza del bebé. Los aceites pueden dejarse toda la noche y luego lavar con un champú que no reseque el cabello. Peinarlo con un cepillo suave ayudará a eliminar las costras del bebé.

Señales de especial precaución

Hay motivos de alerta. Si la costra es muy grande, o si se torna amarillenta y con bordes enrojecidos, la visita al pediatra debe adelantarse. También se debe buscar ayuda especializada si sangra o se propaga fuera del cuero cabelludo.

Las pomadas con corticoides, antibióticos o fungicidas, por lo general, son una buena solución. La costra láctea es una afección sencilla de corregir, que no representa riesgos para la salud y se resuelve como un problema estético.

 


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.