¿Qué hacer para evitar las regurgitaciones del bebé?

Las regurgitaciones no tienen ningún efecto sobre la salud o el crecimiento del bebé. Además, desaparecen sin tratamiento antes de que alcance los 12 meses de edad. A continuación, conocerás como evitarlas.
¿Qué hacer para evitar las regurgitaciones del bebé?

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 08 febrero, 2022

Las regurgitaciones del bebé son muy comunes durante los primeros meses de vida. Por lo general, ocurren después de alimentar a alrededor del 40% de los bebés sanos. El líquido liberado durante la regurgitación suele contener solo una pequeña cantidad de leche; consiste mayormente en saliva y jugo gástrico.

La gran mayoría de los bebés ya no tendrá este problema tan pronto como lleguen a los 12 meses de edad o incluso antes; además, las regurgitaciones no tendrán efecto en su crecimiento y desarrollo.

Sin embargo, un pequeño número de bebés regurgitan a tal punto que sí puede influir en su crecimiento. Por esta razón, los bebés que regurgitan frecuentemente deben pesarse con regularidad.

Las regurgitaciones no son causadas por una alergia o intolerancia a un alimento. Son muy comunes en los bebés y no requieren tratamiento adicional, incluso cuando parecen abundantes.

No obstante, existen algunos consejos que permiten evitar las regurgitaciones del bebé. Descúbrelos a continuación.

Causas de las regurgitaciones del bebé

En los bebés, la regurgitación tiene sobre todo dos causas: la inmadurez del sistema digestivo del bebé y su alimentación exclusivamente líquida. Sin embargo, también puede deberse a otras razones. De hecho, es un fenómeno prácticamente inevitable en todos los niños pequeños.

La causa principal de la regurgitación es la mala coordinación del esófago; es decir, el órgano que permite que los alimentos pasen al estómago. Este tiene la tarea de almacenar y desinfectar los alimentos, para luego enviarlos en porciones hacia el intestino delgado.

Normalmente, esta actividad está perfectamente regulada por el cardias, un músculo anular colocado en el punto de paso entre el estómago y el esófago. Al contraerse, el cardias evita que la comida vuelva a la boca.

En el bebé, sin embargo, este músculo aún no funciona bien. Como resultado, el esófago puede permanecer parcialmente abierto y permitir que la leche tragada retroceda hacia la boca.

El problema de la regurgitación se resuelve espontáneamente cuando el cardias puede contraerse perfectamente para empujar la comida hacia el estómago y luego cerrar el paso.

Las regurgitaciones del bebé suelen aparecer en los primeros meses de vida y tras la lactancia.

¿Qué hacer para evitar las regurgitaciones del bebé?

A veces, el bebé regurgita más de lo normal, especialmente si se alimenta con biberón. Sigue estos consejos para evitar este suceso:

  • Después de comer, el bebé debe eructar para expulsar el aire que tragó mientras amamantaba.
  • Evita darle grandes cantidades de leche cada vez y llenar su estómago en exceso.
  • Toma descansos durante la comida para permitir que eructe.
  • Asegúrate de usar el pezón adecuado y de que el flujo de leche sea el correcto.
  • Dale pecho al bebé antes de que tenga mucha hambre; esto evitará que trague grandes cantidades de aire.
  • Si el bebé es alimentado con la botella, puedes agregar sustancias espesantes a la leche para que sea menos líquida, lo que limita la aparición de la regurgitación.
  • La introducción de alimentos sólidos en el destete, por lo general, reduce la aparición de regurgitación.
  • Puedes probar la leche antireflujo o diluir un espesante en su leche habitual.
  • Al comienzo de la digestión, evita mover demasiado al bebé y jugar con él.
  • Lo mejor es no ofrecer jugo de fruta al pequeño. Su acidez puede causar reflujo gástrico.

“La gran mayoría de los bebés ya no sufrirá regurgitaciones tan pronto como lleguen a los 12 meses de edad”

¿Cuándo deberías preocuparte?

En la mayoría de los casos, no debes alarmarte en exceso. Sin embargo, existen algunos síntomas que son dignos de ser atendidos:

  • El bebé presenta problemas de crecimiento.
  • Llora mucho entre las comidas.
  • No descansa bien.
  • Sufre de infecciones.
  • Las regurgitaciones son frecuentes y van acompañadas de diarrea.
  • El bebé tiene fiebre.
  • Notas rastros de sangre en sus regurgitaciones.
Las regurgitaciones del bebé no deben confundirse con los vómitos.

¿Cómo distinguir la regurgitación de los vómitos?

A diferencia de la regurgitación, el vómito se caracteriza por la expulsión violenta del contenido del estómago. Es importante saber reconocer la diferencia entre el vómito y la regurgitación, ya que los primeros pueden indicar una enfermedad más grave y causar deshidratación si se repiten.

Por lo general, los vómitos ocasionales, si no están acompañados por otros síntomas, no deberían generar inquietudes.

En definitiva, esta lista de consejos sobre cómo evitar las regurgitaciones del bebé puede ser de gran ayuda si tu bebé presenta este problema. Como madre, debes tener en cuenta que si el niño regurgita grandes cantidades de leche, o si la regurgitación se expulsa de manera violenta, debes llevarlo con el pediatra.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.