Escuchar a tu hijo es tan importante como abrazarlo

Escuchar a tu hijo es tan importante como abrazarlo
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 15 abril, 2020

Muchos padres se quejan de que sus hijos no hablan con ellos. Sin embargo, los especialistas piensan que este fenómeno no es solo cosa de la personalidad del niño, en ocasiones se trata de un error de los padres. En la mayoría de los casos los niños dejan de hablar con sus padres por decisión propia.

Es normal que haya niños menos comunicativos que otros, pero a veces somos nosotros mismos quienes lo propiciamos. ¿Por qué somos responsables de que no nos hablen? Porque no siempre sabemos escuchar.

Como adultos sabemos identificar cuando alguien no nos presta atención o no parece interesado en lo que decimos. Podemos llegar a creer de manera equivocada que los niños no lo notan.

La importancia de la comunicación efectiva con los niños comienza desde antes del nacimiento. Se tiene entendido que el feto en el vientre puede reconocer la voz de su madre, por esos debemos hablarles. Desde la gestación también es importante escucharlos, pero no siempre sabemos cómo hacerlo.

Según los expertos saber escuchar a nuestros hijos es tan importante como cualquier caricia. Desde nuestra perspectiva adulta podemos reconocer la importancia de tener a alguien que nos escuche. De igual manera lo percibe un niño, sentirse escuchado es poder confiar en esa persona. La confianza que el pequeño necesita para poder hablar, la obtiene de quienes lo escuchan.

Aprende a escuchar a tu hijo

Tenemos por demostración de amor a muchas acciones distintas. Quizá no tengamos en cuenta que saber escuchar es una de ellas, pero cuando amamos, no es difícil de cumplir. Las primeras palabras de nuestros hijos parecen ser muy importantes, pero con el tiempo, dejamos de escucharlos con atención.

Es posible que estemos propiciando el alejamiento. No solo se trata del afecto que podemos llegar a transmitir con esta acción, sino que necesitamos saber sobre ellos. Es indispensable que conozcamos sus gustos, si tienen algún problema o si se sienten mal. Por lo tanto, saber escuchar a los niños no es una cosa superficial o mera cursilería.

A continuación, te presentamos algunas pautas diseñadas por los psicólogos para aprender a escuchar a los niños.

Hazte un examen de conciencia y acepta la verdad

 

Lo primero que nos aconsejan los expertos es que nos examinemos a nosotros mismos. No tenemos que exponer los resultados públicamente, pero es importante reflexionar. ¿Realmente estamos escuchando a los niños con atención o solo por obligación? ¿Tenemos tiempo y mostramos interés por lo que nos cuentan?

Es típico poner como excusa que estamos ocupados: “luego me cuentas, ahora estoy ocupada”. Tal vez lo que nos va a decir puede esperar, pero para él sí es importante. Sin darnos cuenta podríamos estar haciendo esto de manera regular. Por lo tanto, el pequeño comienza a pensar que intentar hablar con sus padres es un esfuerzo en vano.

No le obligues a hablar

Para que el niño te hable debes haberte ganado su confianza, él mismo debe querer hacerlo. No esperes a que te cuente sus cosas por obligación y mucho menos lo presiones para que lo haga. Dale su tiempo de que te cuente pero con amabilidad, nada de ponerle un ultimátum o exigirles de manera brusca. Nadie responde adecuadamente cuando se siente amenazado.

Procura no interrumpirle

Recordemos que a los niños no se les hace fácil encontrar las palabras correctas para expresarse. Por lo tanto es importante esperar a que terminen de hablar para preguntarles o hacer comentarios.

Aunque tengamos idea de lo que se trata, es preferible que lo diga él mismo. Además de ser un buen ejercicio de comunicación, es una de las claves para aprender a escuchar.

Practica la escucha activa

El método de escucha activa propone una serie de pasos para que mejoremos la comunicación con los niños. Consiste en mostrar verdadero interés por lo que dicen, descender a su altura, mirarlo a los ojos y conversar realmente.

Para ello es preciso hacerles saber que lo escuchamos, no solo asintiendo con la cabeza, es contestar a sus preguntas y tener las propias.

Evita juzgarlo

La mayoría de las veces buscamos quien nos escuche solo porque queremos hablar, no estamos esperando consejos y mucho menos un juicio. Aunque no estemos de acuerdo con lo que nos cuenta que hizo, es conveniente esperar a que termine y tratar de no juzgarlo inmediatamente.

A veces hay cosas que necesitan ser corregidas rápidamente, pero otras no tan graves pueden esperar. Mientras que los juzguemos por cada cosa que digan, ellos menos querrán hablar con nosotros.

Tomate un tiempo solo para escucharlos

Trata de hacer un espacio en tus ocupaciones para hablar con tus hijos. Un tiempo libre de distractores, sin lavadoras, televisión o móvil de por medio.

Conviene que sea un momento oportuno para preguntar cómo estuvo la escuela, qué tal los amigos y otras preguntas que nos permitan conocerlo mejor.


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