¿A qué se debe el dolor abdominal en el embarazo?

¿A qué se debe el dolor abdominal en el embarazo?

Última actualización: 11 mayo, 2020

Durante el embarazo experimentamos muchos cambios en nuestro cuerpo. La tripa crece, somos más sensibles y empezamos a sentirnos incómodas con ciertos aspectos. Uno de estos son las náuseas, comunes en esta etapa. Otros, pequeños calambres en el vientre que muchas veces nos asustan. El dolor abdominal en el embarazo no tiene por qué ser malo, pero es necesario responder a algunas cuestiones al respecto.

En principio, es normal sufrir pequeños cólicos durante el embarazo. En la primera etapa son bastante frecuentes, al igual que en los últimos meses lo son las contracciones. Si son esporádicos y el dolor es leve, no hay por qué preocuparse.

Así mismo, pueden deberse a gases o al estreñimiento provocado por ciertas hormonas gestacionales que ralentizan la digestión. También puede suceder que los ligamentos que sostienen el útero se hayan estirado, algo que ocurre a veces si has estado haciendo deporte o cambiando bruscamente de movimientos.

¿Cuando no es normal el dolor abdominal en el embarazo?

Si el dolor es fuerte y persistente, lo mejor es acudir a tu médico cuanto antes. Si además incluye fiebre, vómitos u otros síntomas preocupantes significa que algo posiblemente no va bien. Puede que tengas algún virus o infección, por lo que es necesario que seas atendida por un sanitario de inmediato.

Hay una serie de problemas serios que pueden causar dolor abdominal en el embarazo. Algunos de ellos, como la peritonitis o la apendicitis, no están relacionados con la gestación. En el caso de la segunda, se trata de la inflamación del apéndice y suele requerir una operación sencilla. Si se trata de la primera, el riesgo aumenta, ya que la inflamación del peritoneo es muy peligrosa.

El dolor durante el embarazo puede deberse a numerosas causas.

Problemas relacionados con la gestación

Embarazo ectópico

El embarazo ectópico o extrauterino sucede cuando el óvulo es fecundado fuera del útero, comúnmente en las trompas de falopio. Los síntomas que presenta son grandes hemorragias, dolor en el abdomen y la pelvis y molestias en el hombro.

Esto último se debe a la acumulación de sangre en el diafragma, que puede producirse si se daña una de las trompas. Este tipo de embarazos suele requerir un aborto provocado, ya que si se rompen las trompas de falopio las consecuencias podrían ser mortales para la madre.

Aborto espontáneo

El aborto espontáneo es una causa muy frecuente del fuerte dolor abdominal en el embarazo. Suele darse entre las 13 y las 20 semanas y va acompañado por una gran hemorragia. También puede incluir calambres en la espalda y la pérdida repentina de otros síntomas gestacionales.

Es una situación triste para la madre, pero hay que tener en cuenta que la naturaleza es sabia. Si el embrión no está preparado para sobrevivir, lo mejor es que el propio cuerpo lo elimine. Puede que los embarazos posteriores sean más fructíferos.

Desprendimiento de placenta

Se trata de una grave complicación gestacional. Ocurre cuando la placenta se desprende (parcial o totalmente) del útero antes del momento del parto. A veces, se presenta por medio de una gran pérdida de sangre, pero otras no, lo que hace aún más peligrosa la situación.

Suele venir acompañada de calambres, contracciones y dolores en la tripa. Es posible, además, dejar de notar al bebé. Los casos más comunes ocurren durante el tercer trimestre de embarazo, y puede ser indicador de un parto prematuro.

El dolor abdominal es muy frecuente durante el embarazo.

Preclampsia

La preclampsia suele ser diagnosticada gracias a la alta presión arterial y a la presencia de proteínas en la orina. Los casos más graves pueden llegar a producir falta de visión, así como fuertes dolores de cabeza. La incapacidad de respirar correctamente y la hinchazón del cuerpo también son características propias de esta alteración.

Si notas alguno de estos síntomas, es fundamental que acudas a tu médico de inmediato. Una preclamsia no tratada puede provocar daños en el hígado, el cerebro, los riñones y el feto. También es posible experimentar como consecuencia un extraño y rápido aumento de peso, provocado por la retención de líquidos.

Parto prematuro

El parto prematuro es aquel que tiene lugar antes de las 37 semanas de gestación. Siempre va unido a las contracciones, que son las indicadoras de que el bebé está en camino. La presión en la pelvis aumenta, así como la secreción de flujo o líquido por la vagina.

Actualmente, los partos prematuros no representan ningún tipo de problema. Los avances en medicina permiten que un niño de incluso 6 meses pueda sobrevivir gracias a las incubadoras, algo impensable hace medio siglo.

Si te encuentras frente a alguna de estas situaciones, lo más recomendable es que mantengas la calma. Cuanto más serena estés, más fácil será todo y más leve te parecerá el dolor. Lo más importante es atender a las indicaciones del médico o del obstetra y dejar que ellos se encarguen de todo.


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  • Elizalde, V; Calderón, A; García, A; Díaz, M. Abruptio placentae: morbimortalidad y resultados perinatales. Revista de medicina e investigación. 2015. 3 (2): 107-168. DOI: 10.1016/j.mei.2015.07.001

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