¿Es bueno que los niños hagan deberes en el verano?
Llega el verano y los pequeños saben que es la temporada ideal para disfrutar al máximo de su tiempo para divertirse. En tanto, el trabajo de los padres consiste en buscar qué actividades colocar a los chicos de la casa: ¿qué tan positivo es que los niños hagan deberes en el verano?
Hay quienes dicen que es bueno que los niños tengan su espacio de esparcimiento en la temporada de vacaciones, para así poder reponer energías para comenzar el próximo año.
Por otro lado, están quienes señalan que todas estas actividades deben ser acompañadas por otras complementarias, como los deberes; de esta forma, los niños no pierden el sentido de la responsabilidad ni el hábito del estudio.
Las dos posiciones son válidas y la duda queda en el aire: ¿Es bueno que los niños hagan deberes en el verano?
¿Por qué es malo que los niños hagan deberes en el verano?
Algunos especialistas no creen que sea positivo colocar actividades a los chicos en la época estival. Afirman que esto puede generar consecuencias negativas que afectarán el desarrollo del niño en el próximo año escolar.
Se ha convertido en una práctica habitual enviar deberes en el verano sin tomar en cuenta lo bien o mal que hayan salido los chicos en el colegio. No obstante, debemos tomar en cuenta que, para muchos pequeños, esta es una forma de castigo por no dar los resultados deseados en ese curso.
Las obligaciones los desestimulan
Si los cargamos de obligaciones en vacaciones, se podría estar fomentando que en el comienzo del próximo año no le presten atención a los estudios y, por ende, bajen las calificaciones. Para los niños, daría igual salir bien o salir mal: no podrán disfrutar con plenitud de sus vacaciones igualmente.
La realización de deberes abarca un tiempo importante en la jornada del niño, lo que genera que no tenga tanto contacto con sus amigos y disminuya así su tiempo de ocio.
Sin embargo, estos son momentos que deben ser destinados al disfrute y no a las obligaciones. Por eso, los deberes dan como resultado la desmotivación hacia el estudio, el aislamiento de los demás y la poca interacción con el resto de los miembros de la familia.
Según la Organización Mundial de la Salud —OMS—, los alumnos en España dedican mucho tiempo a realizar deberes mientras están en curso escolar. Por este motivo, alertan sobre las incidencias negativas que esto podría traer, tanto en la salud física como mental, debido a que se les aplica mucha presión diariamente.
¿Y qué hay de sus derechos?
También es importante recordar que, entre los derechos de los niños y las niñas, resalta el artículo 31 de la convención internacional realizada en el año 1989.
En este se expresa que el niño tiene derecho al descanso, al esparcimiento, a las actividades recreativas que van de la mano con su edad; tienen también el derecho de participar libremente en la vida cultural y social.
“Quienes señalan que se deben dar deberes a los niños en el verano sostienen que, de esta forma, los niños no pierden el sentido de la responsabilidad ni el hábito del estudio”
¿Por qué es bueno que los niños hagan deberes en el verano?
Hay que tener en cuenta que las actividades escolares son continuas. Los deberes son los que crean en el niño la responsabilidad, la disciplina, el orden, la constancia y los hábitos de estudio.
Dar deberes a los pequeños durante el verano les ayudará a reforzar lo aprendido durante el año escolar. Sin embargo, se debe tener presente la cantidad de actividades que se le van a colocar y las capacidades que tenga el alumno, de modo que sea posible hacerlos y también compartir con la familia y los amigos sin que ninguno de los dos aspectos se vean afectados.
Tiempo para compartir
Asimismo, podemos nombrar también la oportunidad que tendremos como padres para compartir sus deberes, aunque sin ayudarlos. De esta manera, se afianzarán los lazos entre padres e hijos.
Para nosotros, los padres, los deberes escolares son importantes y necesarios para la educación de los hijos. Más aún si se trabajan las materias centrales.
La carga adecuada será aquella que se centre en afianzar el conocimiento en alguna materia en la que el chico haya mostrado más debilidad en el aprendizaje.
El tiempo que se recomienda cuando son muy pequeños es de 15 minutos; para los que están en etapa primaria es de una hora aproximadamente. Luego, la cantidad de horas dedicadas a reforzar contenidos tiene que ir aumentando según los niños van avanzando en los cursos.
Es de vital importancia que los padres y los maestros tengan una buena coordinación y una excelente comunicación para crear un esquema de trabajo. Con este detalle, el tiempo invertido en las vacaciones será verdaderamente productivo.
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